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#DíadelaBiodiversidad: Iniciativas del OIEA para invertir la curva de la pérdida de biodiversidad

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Día de la Biodiversidad 2022

El OIEA lleva a cabo investigaciones y facilita conocimientos especializados sobre procesos y factores de perturbación, como la contaminación o el cambio climático, que podrían traducirse en una pérdida de la diversidad biológica (Logotipo: Convenio sobre la Diversidad Biológica/UNEP).

Este año, el tema del Día Internacional de la Diversidad Biológica, que se celebra cada 22 de mayo, es "construir un futuro compartido para toda la vida en la Tierra”. En esta fecha, se destacan todas las iniciativas que buscan invertir la curva de la pérdida de biodiversidad, que se está dando a una velocidad sin precedentes en la historia de la humanidad. Mediante el uso de técnicas de base nuclear, el OIEA, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), contribuye a preservar la biodiversidad del suelo, las plantas y los animales, y ayuda a los países a conseguir sus objetivos estratégicos en materia de seguridad alimentaria, desarrollo rural sostenible y ecosistemas.

En la reunión más reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente sobre el marco mundial de la diversidad biológica posterior a 2020, se concluyó que, de los ocho millones de especies animales y vegetales que existen en el mundo, un millón está en peligro de extinción. Por ende, deben adoptarse medidas para atenuar los factores que provocan la pérdida de biodiversidad.

Durante años, el OIEA, en cooperación con la FAO, ha elaborado y puesto a prueba una amplia gama de técnicas isotópicas y de base nuclear para luchar contra la pérdida de biodiversidad en la agricultura, los bosques y el medio marino. A través de su programa de cooperación técnica y de sus proyectos coordinados de investigación (PCI), el OIEA transfiere estos conocimientos a científicos, técnicos y expertos de todo el mundo.

Promoción de la agricultura sostenible

El suelo es una fina capa de la Tierra que alberga una cuarta parte de la biodiversidad del planeta. Es el hábitat más diverso de micro y macroorganismos, como las bacterias, los hongos, los nematodos, los vertebrados y los invertebrados, que interactúan entre sí y forman parte de los ciclos mundiales que constituyen la vida.

“Lamentablemente, estamos degradando y destruyendo nuestros suelos más rápido de lo que se transforman o se regeneran, con el cambio climático, la agricultura intensiva, la deforestación y la actividad industrial”, dijo Lee Kheng Heng, Jefa de la Sección de Gestión de Suelos y Aguas y Nutrición de los Cultivos del Centro Conjunto FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura.

Dentro de sus actividades para fomentar un uso más sostenible del suelo, el OIEA celebrará en julio el Simposio Internacional sobre Gestión de las Tierras y el Agua para una Agricultura Climáticamente Inteligente. Además, el Centro Conjunto FAO/OIEA ayuda a los agricultores de Chile, Costa Rica y España, además de otros siete países, a adoptar prácticas de agricultura climáticamente inteligente (véase el PCI sobre los gases de efecto invernadero en la agricultura). También apoya a las autoridades de Honduras en la lucha contra la desertificación y organiza muchas otras actividades en todo el mundo.

Este investigador recoge muestras de gases de efecto invernadero provenientes del suelo en Costa Rica. Mediante técnicas isotópicas y de base nuclear, es posible medir los gases de efecto invernadero procedentes de la agricultura y reducir su volumen (Fotografía: M. Zaman/OIEA).

Mejora de la diversidad genética de las plantas y los animales

Desde su creación, hace 58 años, el Centro Conjunto FAO/OIEA ha trabajado con miles de científicos de todo el mundo para crear variedades mejoradas de plantas, tanto en el caso de los cultivos más comunes como de los poco frecuentes, lo que contribuye a la biodiversidad. En 2021, proporcionó apoyo técnico para crear y cultivar 36 nuevas variedades de plantas. Entre ellas cabe destacar los tomates de calidad superior en Cuba, los bananos resistentes a la fusariosis en Bolivia, Colombia, el Ecuador y el Perú, y el café resistente a la roya en Costa Rica. Para lograrlo, se utilizó la técnica de irradiación de semillas, en la que se seleccionan nuevas variedades mutantes en función de sus propiedades superiores. Por otro lado, el Centro Conjunto FAO/OIEA inició recientemente un PCI de cinco años como parte de sus iniciativas para promover en diferentes países la mejora por inducción de mutaciones

“Gracias a nuestra labor en el ámbito del fitomejoramiento por inducción de mutaciones, ayudamos a los países a que mejoren sus variedades de cultivos al brindarles nueva diversidad genética para estabilizar y mejorar el rendimiento de cara a los problemas medioambientales actuales y emergentes, como el cambio climático”, dice Shoba Sivasankar, Jefa de la Sección de Fitomejoramiento y Fitogenética del OIEA. “En ese sentido, estamos aportando nueva diversidad ‘genética’, que no repercute negativamente en la biodiversidad local porque se usa principalmente en tierras agrícolas en las que se mejora una variedad de cultivo que ya existía”.

En 2021, los expertos detectaron casos de fusariosis del banano en muchas plantaciones de esta fruta en toda América Latina. (Fotografía: M. Dita/Biodiversity International, Colombia).

El OIEA y la FAO también apoyan a muchos países en el ámbito de la reproducción y cría de animales mediante protocolos y directrices sobre la biodiversidad del ganado y su uso sostenible. El OIEA y la FAO prestan servicios a laboratorios de genética animal y a los ganaderos. Por ejemplo, imparten cursos sobre las técnicas genotípicas de base nuclear que pueden emplearse para encontrar variedades que se adaptan al medio ambiente por sus características genéticas superiores, por ejemplo, resistencia a los efectos del cambio climático, como las sequías, o menor susceptibilidad a enfermedades zoonóticas nuevas o reemergentes. Mediante estas iniciativas, se suelen mejorar los medios de subsistencia de los ganaderos.

Como parte de ese apoyo, el OIEA ha puesto en marcha un PCI de cinco años sobre el uso de tecnologías nucleares y genómicas para mejorar la eficacia de los programas nacionales de cría de ganado lechero y mejorar su productividad y adaptabilidad (más información).

Atenuación de los daños causados por las especies invasoras en los ecosistemas

“Los daños causados por las especies invasoras son la segunda causa de pérdida de biodiversidad a nivel mundial, después de la destrucción de los hábitats naturales. Las especies invasoras pueden interferir con los servicios de los ecosistemas o perturbar ecosistemas enteros y debilitar a muchas especies autóctonas que hoy se encuentran en los registros de especies amenazadas o en peligro”, dice Walther Enkerlin, Entomólogo del Centro Conjunto FAO/OIEA.

Mediante la técnica del insecto estéril (TIE), el OIEA y la FAO ayudan a los países a luchar contra las especies invasoras, como la drosófila de alas manchadas que invadió América y otros continentes. En esa técnica de base nuclear, se sueltan insectos macho estériles para que se apareen con hembras silvestres de su misma especie. Al no haber descendencia, se reduce la población de la plaga con el pasar del tiempo.

Los científicos analizan las consecuencias de la introducción de la Drosophila suzukii estéril en los invernaderos de fresas en Mendoza (Argentina), para someter a prueba el conjunto de recursos TIE diseñado por el Laboratorio de Lucha contra Plagas de Insectos (C. Cáceres, FAO/OIEA).

Estudio y restauración de los ecosistemas

El OIEA ayuda a los países a emplear técnicas nucleares e isotópicas para entender, fortalecer y restaurar los ecosistemas, que no solo son el hogar de los seres vivos que conforman su diversidad biológica, sino que también mantienen un equilibrio que fomenta la biodiversidad.

Los ecosistemas interactúan entre sí y están conformados por diversos componentes (por ej. aire, agua, suelo) y organismos (por ej. animales, plantas, microorganismos). La expansión de las zonas urbanas, las actividades agrícolas y la industria pueden afectar tanto a la diversidad biológica de los ecosistemas (su número de organismos), como a su biodiversidad (su capacidad para mantener y aumentar la diversidad biológica). El OIEA lleva a cabo investigaciones y facilita conocimientos especializados sobre procesos y factores de perturbación, como la contaminación o el cambio climático, que podrían traducirse en una pérdida de la diversidad biológica.

Por ejemplo, en 2021, el OIEA puso en marcha un PCI de cuatro años en el que se usan isótopos para analizar los flujos de agua en los ecosistemas conformados por humedales y aguas subterráneas (más información).  Los humedales se encuentran en zonas en las que hay descarga de aguas subterráneas y constituyen un punto de transición entre estas y el agua superficial. “Entender estas conexiones es fundamental para la protección a largo plazo de los humedales y para la sostenibilidad de los sistemas de aguas subterráneas que dependen de ellos”, dice Lucía Ortega, Hidróloga Isotópica del OIEA.

Los humedales albergan miles de singulares especies de animales y plantas, como los carpinchos (Hydrochoerus hydrochaeris, “capibaras” o “chigüiros”) que viven en el Pantanal, un gigantesco humedal ubicado en América del Sur. Los humedales también son fundamentales para el medio ambiente, porque mejoran la calidad del agua, previenen la erosión, almacenan carbono y preservan los cauces de los arroyos. Los científicos utilizan técnicas isotópicas para ayudar a conservar y proteger estos ecosistemas. (Fotografía: Adobe Stock).

Entre otros proyectos e investigaciones del OIEA que buscan proteger los ecosistemas cabe mencionar las soluciones frente a la acidificación de los océanos y las floraciones de algas nocivas, la restauración de los manglares y las praderas marinas, y el análisis y la protección del agua de los glaciares (más información).

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