La técnica del insecto estéril es un método en el que se emplea la radiación ionizante para esterilizar grandes cantidades de insectos criados en laboratorio, que posteriormente se sueltan en zonas infestadas para que se apareen con la población silvestre de esa plaga. Como no dejan descendencia, la población de insectos disminuye con el paso del tiempo.
Es posible soltar machos y hembras estériles de muchas especies a la naturaleza. Ahora bien, por lo que respecta a la mayoría de las especies, y por diversos motivos, es más eficiente soltar únicamente a los machos. En primer lugar, los machos estériles obstaculizan en mayor medida la reproducción de la población silvestre, porque, además de intentar activamente aparearse con las hembras, pueden lograrlo con varias de ellas. Por lo tanto, si se suelta únicamente a los machos, se agiliza la introducción de la esterilidad, porque estos terminan apareándose únicamente con hembras silvestres, sin perder tiempo con hembras que se habían esterilizado en el laboratorio. En segundo lugar, si bien es muy poco probable que se produzcan fallos en el proceso de esterilización, si se suelta únicamente a los machos, se elimina el riesgo de introducir más hembras fértiles en la naturaleza. En tercer lugar, los costos de empaquetado y suelta pueden reducirse a la mitad si las hembras no salen del laboratorio. En cuarto lugar, soltar hembras puede tener consecuencias negativas: por ejemplo, solo los mosquitos hembra pican a los humanos para succionar sangre, una vía a través de la cual se pueden propagar enfermedades.
De los métodos de control de plagas de insectos, la TIE es uno de los más respetuosos con el medio ambiente y permite reducir el uso de plaguicidas. Además, dado que los insectos estériles no se reproducen, es un método con el que no se incurre en los riesgos de introducir especies no nativas a los ecosistemas.
Desde los años cincuenta, la TIE se ha empleado con éxito en muchos países para combatir algunas especies de insecto que afectan la salud de las personas y el ganado, como el gusano barrenador en América Latina, la mosca tsetsé y los mosquitos que transmiten enfermedades. También se ha empleado para combatir plagas de insectos que destruyen los cultivos y afectan el comercio, como la mosca del Mediterráneo y las polillas.
En este enlace encontrará más información sobre esta técnica.