En Cuba, como en la mayoría de los países tropicales, el dengue es un problema cada vez mayor. Esta infección vírica, transmitida por mosquitos, provoca fiebre alta, dolor muscular y articular, erupciones cutáneas y, en los casos más graves, la muerte. En todo el mundo, el número de casos de dengue que cada año se comunican a la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha multiplicado por ocho en los últimos 20 años. Por ello, el Gobierno de Cuba, en su intento de frenar la propagación de esta enfermedad, está experimentando con una técnica nuclear capaz de reducir las poblaciones de mosquitos.
La técnica en cuestión es la técnica del insecto estéril (TIE), un enfoque destinado a controlar las poblaciones de insectos basado en la suelta de mosquitos macho esterilizados. Con el apoyo del programa de cooperación técnica del OIEA y en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el ensayo piloto de una campaña con la TIE en un barrio de La Habana ha reducido hasta en un 90 % el número de mosquitos (Aedes aegypti) en el último año, y los primeros informes muestran que en los dos últimos meses del ensayo no hubo ningún caso de enfermedades transmitidas por mosquitos.
“En Cuba, el control del Aedes aegypti es una prioridad nacional—, señala René Gato Armas, entomólogo y jefe del grupo dedicado a la TIE en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí de Cuba—. Tras una gran epidemia de dengue en 1981, el Gobierno puso en marcha un programa nacional intensivo basado en métodos convencionales que prácticamente erradicó el mosquito a finales de la década de 1980. Desde entonces, sin embargo, ha habido frecuentes brotes epidémicos producidos por casos importados. En la actualidad, el dengue se considera una enfermedad endémica en Cuba”.
La TIE es uno de los métodos de control de plagas de insectos más respetuosos con el medio ambiente ideados hasta la fecha. Mediante irradiación, por ejemplo con rayos gamma y rayos X, se esterilizan insectos criados en masa, de modo que, aunque siguen siendo sexualmente competitivos, no pueden reproducirse. Desde hace cinco años, el Sr. Gato Armas trabaja estrechamente con expertos del OIEA y la FAO para recopilar datos de referencia y desarrollar el ensayo piloto de la TIE como alternativa a otras medidas para el control del mosquito que están perdiendo eficacia y son dañinas para el medio ambiente.
“La insatisfacción con respecto a otras técnicas de control de las poblaciones de mosquitos, como las inspecciones sanitarias, el control de larvas y los insecticidas, ha hecho que el Gobierno se incline por la TIE, una técnica en la que los mosquitos esterilizados hacen la mayor parte del trabajo”, dice el Sr. Gato Armas. Señala que el uso indiscriminado de insecticidas también ha desencadenado una resistencia del Aedes aegypti a los insecticidas y que el ensayo piloto de la TIE es el punto de partida de un programa de control del mosquito más eficaz y respetuoso con el medio ambiente. El ensayo piloto, realizado entre abril y agosto de 2020, abarcó una superficie de 50 hectáreas de un barrio aislado al sudoeste de La Habana, El Cano, elegido como zona de intervención con la TIE. Arroyo Arenas, un barrio de dimensiones similares, se utilizó como zona de control sin tratar.
El uso de la TIE para los mosquitos es relativamente nuevo en el mundo y ensayos piloto como este muestran lo prometedores que pueden ser. Para el ensayo piloto en Cuba se soltaron casi 1,3 millones de mosquitos macho estériles en 21 semanas. El objetivo para un futuro próximo es ampliar el ensayo para abarcar una superficie mayor y, por consiguiente, muchos más mosquitos estériles.