Con 58 reactores nucleares de potencia que en 2018 produjeron aproximadamente el 72 % de la electricidad del país, Francia figura entre las naciones con un mayor porcentaje de energía nucleoeléctrica respecto de su producción energética total. No obstante, las centrales nucleares francesas, además de producir energía, también generan una cantidad considerable de combustible gastado y de desechos radiactivos.
En opinión de expertos franceses, la fortaleza de su política nacional en materia de combustible gastado puede atribuirse no solo a una legislación estricta y a un órgano regulador sólido, sino también a la normalización del parque de centrales nucleares y a la política de reciclaje del combustible gastado, lo que permite que haya un suministro eficiente y seguro y que la carga que suponen los desechos radiactivos sea menor.
En Francia, la totalidad de las unidades en funcionamiento son reactores de agua a presión de uno de los tres únicos tipos normalizados, diseñados todos ellos por Framatome, a saber: el de 900 MWe y tres circuitos cerrados (34 reactores), el de 1300 MWe y cuatro circuitos cerrados (20 reactores) y el de 1450 MWe y cuatro circuitos cerrados (4 reactores). Por lo tanto, el grado de normalización de los reactores nucleares de potencia franceses es el más alto entre los países que cuentan con un gran número de centrales nucleares. Esto se traduce asimismo en que existe un enfoque normalizado respecto de la parte final del ciclo del combustible nuclear, que abarca la gestión del combustible gastado y de los desechos, la clausura y la rehabilitación ambiental.
Para gestionar las cerca de 1150 toneladas de combustible gastado que produce cada año, Francia, al igual que otros muchos países, decidió desde un primer momento cerrar su ciclo del combustible nuclear reciclando o reprocesando el combustible gastado. De esta forma, la industria nuclear francesa puede recuperar uranio y plutonio del combustible gastado para reutilizarlo, reduciendo así el volumen de desechos de actividad alta.
El proceso de reciclaje del combustible nuclear consiste en convertir el plutonio gastado, que se forma en los reactores nucleares de potencia como un subproducto de la quema de combustible de uranio, y el uranio en un “óxido mixto” (MOX) que se puede reutilizar en las centrales nucleares para producir más electricidad.
Denis Lépée, Vicepresidente Superior y Jefe de la División de Combustible Nuclear de EDF, la compañía eléctrica francesa que explota las centrales nucleares del país, señala que “el reciclaje del combustible gastado es un elemento importante de la estrategia del sector nuclear francés, que cuenta con más de 30 años de experiencia industrial”.
“Esto nos permite limitar la cantidad de materiales y reducir al mínimo los desechos y, al mismo tiempo, acondicionarlos de manera segura. Esta estrategia, que es un pilar importante de la producción global de electricidad nuclear de Francia, contribuye de forma notable a la independencia energética del país”.
El reciclaje del combustible gastado es un elemento fundamental de la estrategia del sector nuclear francés, que cuenta con más de 30 años de experiencia industrial.