Opciones de gestión del combustible gastado

La gestión hasta la disposición final del combustible gastado generado en las centrales nucleares es una etapa importante del ciclo del combustible nuclear y constituye lo que se conoce como la parte final de ese ciclo. Aunque se reprocesa una tercera parte del combustible gastado que se acumula a nivel mundial, la mayor parte se almacena hasta que se decide la estrategia definitiva (el procesamiento o la disposición final).

El ciclo del combustible nuclear termina con la gestión tecnológica y físicamente segura y sostenible del combustible gastado, que consiste en su almacenamiento tras ser extraído del núcleo de la central nuclear y su procesamiento/reciclaje o disposición final definitiva. Los ciclos del combustible nuclear seguros, resistentes a la proliferación y eficientes en términos económicos, que reduzcan al mínimo la generación de desechos y los efectos ambientales a escala mundial, contribuyen a hacer que la energía nuclear sea sostenible.

Las dificultades radican en determinar y abordar las cuestiones tecnológicas pertinentes y en mantener cierta flexibilidad en la gestión del combustible nuclear gastado a fin de incorporar el mayor número de opciones posibles para el futuro.

El OIEA fomenta la aplicación de buenas prácticas y el intercambio de experiencia en la gestión del combustible gastado. Proporciona información y orientaciones a sus Estados Miembros y, en particular, a los países signatarios de la Convención Conjunta sobre la Seguridad en la Gestión del Combustible Gastado y sobre Seguridad en la Gestión de Desechos Radiactivos, para que puedan mejorar sus capacidades de planificación, desarrollo y aplicación de estrategias de gestión del combustible gastado seguras, viables desde el punto de vista ambiental y eficaces.

Hasta la fecha los progresos logrados en la puesta en servicio de instalaciones de disposición final geológica profunda han sido lentos, pese a que algunos proyectos se encuentran en una etapa avanzada en lo que respecta a la consecución de este objetivo. Por tanto, es posible que haya que mantener los sistemas de almacenamiento del combustible gastado durante períodos más prolongados, posiblemente más de cien años, lo que dará lugar a la realización de actividades de investigación y desarrollo y a la instauración de programas de gestión del envejecimiento para demostrar la justificación de la seguridad del almacenamiento a largo plazo del combustible gastado.

De ahí la necesidad de una política estable de gestión del combustible gastado para los largos períodos previstos, que solo podrá lograrse con la firme participación de los encargados de formular políticas, las organizaciones gubernamentales, los órganos reguladores, los explotadores, las organizaciones de gestión del combustible gastado y de los desechos radiactivos, y la industria.

Las tecnologías avanzadas e innovadoras se aplican ya en unos cuantos países para reprocesar el combustible gastado y reciclar sus materiales utilizables, como el plutonio y el uranio, mediante la fabricación y el uso de combustible MOX. En algunos países se están desarrollando otras tecnologías de reprocesamiento más complejas para reciclar también radionucleidos fértiles (actínidos menores, como el neptunio, el americio y el curio) y/o de período largo (como el cesio y el estroncio) a fin de que el ciclo del combustible nuclear sea más sostenible y de reducir la cantidad de desechos finales que han de someterse a la disposición final y su radiotoxicidad. A la larga, estas tecnologías de reciclaje deberían contribuir al despliegue de combustibles de reactores rápidos.

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