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Las prácticas mejoradas de gestión del suelo y los nutrientes aumentan la producción de arroz en la República Democrática Popular Lao

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TC project, LAO5004 - Enhancing National Capability for Crop Production and Controlling Trans-Boundary Animal Disease (2018-2020)

Ensayo de demostración con arroz en un terreno de cultivo. (Fotografía: M. Zaman/OIEA)

El arroz, que es el principal cultivo básico de la República Democrática Popular Lao, es fundamental para la seguridad alimentaria y el empleo. Más del 80 % de los agricultores del país producen arroz, que ocupa aproximadamente el 60 % de la superficie cultivada del país. Sin embargo, la topografía montañosa de Laos, su clima tropical con monzones frecuentes, la erosión del suelo, la falta de variedades de arroz adecuadas y el uso insuficiente de fertilizantes limitan la producción de arroz y amenazan los medios de subsistencia de esta sociedad agraria. Dado que el 72 % de la superficie del país en la que se cultiva arroz depende de las precipitaciones naturales, se prevé que la distribución de las precipitaciones, cada vez más variable debido a los cambios en el clima, tendrá efectos devastadores en la producción de arroz.

El OIEA, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ha ayudado a los agricultores de Laos a aumentar un 60 % la producción de arroz gracias a unas prácticas mejoradas de gestión del suelo y los nutrientes determinadas mediante técnicas nucleares (véase el recuadro “Base científica”). Según los resultados de ensayos realizados en campos de cultivo, la producción de arroz ha pasado de 3,16 a 5,1 toneladas por hectárea gracias a la utilización de fertilizantes químicos y estiércol de forma optimizada.

“Llevo tres años siguiendo estas prácticas —dice Somphet Siphandone, agricultor del distrito Sanakarm, en la provincia de Vientián, que participa en un proyecto piloto en el que se ponen en práctica estos hallazgos—. Mi cosecha ha aumentado un 60 % con respecto a nuestra práctica tradicional. En la capacitación se nos presentaron técnicas agrícolas eficientes y eficaces que han funcionado bien en nuestros campos. Gracias al programa, somos más resistentes a los cambios en el clima y nuestras cosechas han aumentado”.

El gráfico muestra un aumento en la producción de arroz gracias al uso de prácticas mejoradas de gestión del suelo y los nutrientes.

El OIEA, a través de su programa de cooperación técnica, ha capacitado a investigadores en la utilización de nitrógeno 15, un isótopo estable del nitrógeno, para cuantificar la cantidad de nitrógeno que las plantas absorben de los fertilizantes y, posteriormente, determinar la cantidad exacta de fertilizante que los agricultores deberían utilizar en las distintas fases de la vida de un cultivo, así como la mejor forma de incorporar a estos fertilizantes paja de arroz localmente disponible y estiércol como fuentes de nutrientes.

Sobre la base de esos resultados, expertos del OIEA y la FAO ayudaron a especialistas locales a elaborar una serie de directrices para la producción de arroz dirigidas a los agricultores y los oficiales agrícolas que están trabajando con ellos. Estas directrices ofrecen las prácticas óptimas para la gestión del suelo y los nutrientes y se basan en los resultados obtenidos utilizando técnicas isotópicas.

Con el objetivo de llegar a un mayor número de agricultores y difundir estas prácticas óptimas, el OIEA y los expertos del Instituto Nacional de Investigación sobre Agricultura y Silvicultura (NAFRI) elaboraron un folleto para los agricultores en el que se reproducía de forma sencilla en idioma laosiano información tomada de las directrices sobre el cultivo de arroz. Hasta la fecha, 57 agricultores de cuatro localidades en la provincia de Vientián han recibido capacitación en la fase experimental del programa.

“El folleto ofrece un conjunto completo de instrumentos tecnológicos en el que se enseña a los agricultores qué tienen que hacer exactamente, desde preparar el terreno para la siembra hasta aplicar el fertilizante, gestionar las malas hierbas y los insectos, y recolectar en el momento oportuno”, explica Mohammad Zaman, edafólogo y especialista en fitonutrición del Programa Conjunto FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura.

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