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El Sudán espera doblar los ingresos de sus agricultores e incrementar las exportaciones de maní gracias a la tecnología nuclear

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Los agricultores sudaneses de zonas propensas a la sequía disponen ahora de una variedad de maní tolerante a la sequía que mejorará sus medios de vida e incrementará las exportaciones de maní del país. Se ha demostrado que esta nueva variedad puede mejorar el rendimiento hasta en un 27 % con menos necesidad de agua y tiene posibilidades de multiplicar los ingresos de los agricultores por dos. En su desarrollo se utilizaron técnicas nucleares con el apoyo del OIEA, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

“El cultivo del maní no estaba muy extendido entre los agricultores de zonas de secano del estado de Kordofán del Norte, ya que solían pensar que el medio no era el adecuado”, dice Elgailani Adam Abdalla, Director del Centro de Investigación Agrícola de El‑Obeid, ubicado en el oeste del Sudán, quien añade que había en cambio una dependencia de cultivos menos lucrativos, como la sandía. “Con esta nueva variedad han constatado por vez primera que el maní puede cultivarse y tener un alto rendimiento, incluso en condiciones adversas”.

El maní, también denominado cacahuete, suele prensarse para obtener aceite o usarse como ingrediente en ensaladas, sopas, guisos y otros platos locales. Es común que los tallos y hojas de esta planta, así como las tortas de maní prensado, sirvan de alimento para el ganado.

El Sudán solía ser uno de los principales exportadores de maní del mundo, pero ha retrocedido posiciones en los últimos años. El 70 % de la producción nacional de maní procede de la agricultura tradicional en pequeña escala de los estados occidentales del Sudán. Dado que la supervivencia del maní depende de las precipitaciones, las sequías devastadoras en estas regiones han menoscabado significativamente la capacidad de los agricultores para obtener altos rendimientos.

En la actualidad, el Gobierno del país trata de recuperar terreno entre los principales exportadores y mejorar al mismo tiempo los medios de vida de los agricultores de subsistencia. Para lograr este objetivo se necesita una variedad de cultivo que permita obtener altos rendimientos en esas zonas propensas a la sequía. Tras un decenio de investigaciones en el Centro de Investigación Agrícola de El‑Obeid, el Ministerio Agropecuario y Forestal del Sudán presentó en 2018 una variedad denominada Tafra‑1 y está multiplicando sus semillas para distribuirlas a gran escala entre los agricultores.

El desarrollo de la variedad

Los científicos emplearon la irradiación en la primera etapa de fitomejoramiento para desarrollar esta nueva variedad. La irradiación acelera los cambios en la constitución genética de los cultivos, de manera que los científicos pueden seleccionar las líneas con los rasgos deseados, como la resistencia a la sequía, y acabar obteniendo la mejor variedad. El proceso de adaptación de los cultivos a los cambios en el medio ambiente mediante mutación espontánea y selección natural puede llevar varios siglos, pero la irradiación lo agiliza. También por eso recibió su nombre la variedad: “Tafra” significa “mutante” en árabe.

En cooperación con la FAO, el OIEA presta apoyo a países como el Sudán para que adapten sus prácticas agrícolas al cambio climático. “El cambio climático provoca daños cada vez más acusados a la agricultura y está poniendo en riesgo la producción de alimentos en diversas partes del mundo, también en el Sudán”, señala Fatma Sarsu, fitotécnica y genetista de la División Mixta FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura. “Para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional es imprescindible que, además de adaptar los cultivos a las variaciones del clima, haya un aumento de la producción y productividad agrícolas. Nuestro trabajo colaborativo ha favorecido la adaptación al cambio climático de los cultivos en el Sudán al propiciar el desarrollo de una nueva variedad de maní”.

El apoyo, que se presta en el marco del programa de cooperación técnica del OIEA, se ha materializado en forma de becas, cursos de capacitación y equipo diverso, como un protector para la lluvia y un sistema de riego por aspersión. El OIEA también ha prestado apoyo al Sudán enviando expertos internacionales para prestar asistencia en el desarrollo, la evaluación y la selección de una variedad mejorada de maní.

Un enfoque participativo

Los investigadores tenían el encargo de desarrollar distintas variedades posibles, pero correspondía a los agricultores decidir cuáles funcionaban mejor en sus campos.

“Desde las primeras etapas del proceso de investigación hemos contado con la participación de agricultores para que pudieran escoger personalmente la variedad que más se adaptaba a sus necesidades”, dice Abdalla. Añade que, mediante este proceso de investigación impulsado por la demanda, también hay más probabilidades de que los agricultores adopten y utilicen la variedad en cuestión una vez se haya desarrollado.

Los agricultores probaron diversas variedades de maní en siete poblaciones de Kordofán del Norte, uno de los estados sudaneses más vulnerables a la sequía, e hicieron el seguimiento de las variedades junto a los investigadores durante cuatro años para analizar los resultados.

Se buscaban determinados rasgos convenientes, como la obtención de rendimientos elevados y estables en distintas condiciones climáticas y la tolerancia a la sequía terminal, que es el tipo de sequía predominante en la región, donde los períodos de sequía coinciden con el final del período vegetativo, momento en que las plantas de maní casi han alcanzado su maduración.

Al final, agricultores e investigadores llegaron a la misma conclusión: la variedad Tafra‑1, tolerante a la sequía y capaz de alcanzar altos rendimientos con poca lluvia, era la clara ganadora.

Beneficios para los agricultores y la economía

La nueva variedad puede cultivarse con una pluviosidad anual inferior a 250 mm, en comparación con los 350 mm que necesita la variedad tradicional, señala Abdalla. Asimismo, genera rendimientos que, en promedio, son un 11 % más altos que los de la variedad tradicional —1024 kg/ha frente a 926 kg/ha— y, en algunos lugares, los rendimientos han sido hasta un 27 % más altos en las pruebas realizadas durante los tres últimos años.

Más rendimiento significa más ingresos para los pequeños agricultores del Sudán, que representan aproximadamente el 12 % de la población del país. Las estimaciones del rendimiento hechas sobre la base de múltiples períodos vegetativos y ubicaciones indican que, con la nueva variedad, los agricultores podrían obtener hasta 28 dólares de los Estados Unidos más por hectárea y cosecha de maní. Teniendo en cuenta que un agricultor obtiene un promedio de unos 26 dólares de los Estados Unidos por hectárea y cosecha de maní, se trata de un aumento notable.

Hasta el momento se han plantado ocho hectáreas utilizando esta variedad, y el Ministerio Agropecuario y Forestal trabaja en la multiplicación de las semillas para su empleo a gran escala, dice Abdalla. Motivados por el alto rendimiento de la variedad, los agricultores han empezado a multiplicar semillas por su cuenta.

Con todo, no pasará mucho tiempo antes de que se disponga de estas semillas en cantidad.

“En 2020, entregaremos semillas a 100 agricultores”, afirma Abdalla. “Esperamos, sin embargo, que en solo tres años habremos multiplicado semillas suficientes para abastecer a los 230 000 agricultores que pueden cultivar maní en el estado de Kordofán del Norte y, entonces, nuestra producción será suficiente para atender el consumo interno y el mercado exterior”.

Mientras tanto, el OIEA sigue prestando apoyo a proyectos ejecutados en el país con miras a aumentar la productividad de los cultivos y mejorar los medios de vida de los pequeños agricultores en zonas propensas a la sequía. “Aunque estamos encantados con el éxito de esta nueva variedad de maní, es fundamental seguir multiplicando la variedad y ampliando su difusión para lograr una mayor repercusión sobre los medios de vida”, señala Solomon Haile, Oficial de Administración de Programas del OIEA encargado de proyectos en el Sudán.

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