Una ventanilla única para gestionar el combustible gastado. Así se podría describir el Complejo Minero y Químico (MCC) de Rusia, situado en las proximidades de Krasnoyarsk, en Siberia, y concebido para manipular en un único emplazamiento el combustible gastado en sus distintas etapas. En muchos países, estas actividades, relacionadas con combustible que ya no es útil pero que sigue siendo muy radiactivo, se llevan a cabo en instalaciones independientes que, en algunos casos, se encuentran a cientos de kilómetros de distancia entre sí. La estrategia nacional de Rusia para la gestión del combustible gastado, basada en un enfoque integrado, tiene por objetivo mejorar la eficiencia, reducir los gastos y optimizar la seguridad tecnológica y física.
“La industria rusa de la energía nucleoeléctrica sigue evolucionando y aumentando su aportación a la canasta energética global del país, por lo que necesitamos asegurarnos de que la gestión del combustible gastado sea fiable, sostenible y segura”, señala Anzhelika Khaperskaya, directiva superior de la oficina encargada del proyecto sobre gestión del combustible nuclear gastado, adscrita a la Corporación Estatal de Energía Atómica (Rosatom) de Rusia, y una de las artífices del enfoque integrado. “El complejo integrado nos ayudará a reducir la necesidad de transportar materiales o desechos nucleares y nos permitirá concentrar las medidas de seguridad tecnológica y física en un solo lugar, lo que también es mejor desde un punto de vista económico”.
Situado en Siberia central, a unos 4000 kilómetros al este de Moscú, la reconversión del MCC en el marco de este enfoque integrado se inició en 2017. El personal y las instalaciones con que contaba ya el emplazamiento brindaron la infraestructura necesaria para poner en marcha la integración.
Hasta entonces, Rusia principalmente almacenaba su combustible gastado y procesaba parte de este en la planta RT-1 de Mayak Production Association, cerca de Ekaterimburgo, a unos 1600 kilómetros al este de Moscú, en Siberia occidental.
A diferencia de esa planta, dedicada sobre todo a actividades de reprocesamiento y que cuenta con una pequeña instalación piloto de fabricación, el MCC ya permite el almacenamiento en húmedo y en seco de combustible gastado, dispone de instalaciones de reprocesamiento y de fabricación de combustible nuevo para reactores de agua ligera y reactores rápidos y tendrá, en el futuro, un laboratorio de investigación subterráneo para la disposición final de desechos de actividad alta. Está previsto que la integración completa del complejo y su entrada en funcionamiento sean una realidad para 2035.
El complejo integrado mejorará la eficiencia y la competitividad de la industria nuclear rusa y hará que la energía nuclear sea todavía más segura y más respetuosa con el medio ambiente.