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COP26: informe del OIEA sobre la importancia de la ciencia y la tecnología nucleares para la adaptación al cambio climático

61/2021
Vienna, Austria

En la víspera de la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) publicó un completo informe en el que explica de qué manera las técnicas nucleares pueden ayudar al ser humano a adaptarse al clima cambiante y a aumentar su resiliencia ante fenómenos meteorológicos extremos.

En la nueva publicación Nuclear Science and Technology for Climate Adaptation and Resilience se presentan estudios de casos de proyectos apoyados por el OIEA en diferentes partes del mundo, incluidos 84 proyectos con un valor de 22,5 millones de euros en América Latina y el Caribe, en los que se usan las técnicas nucleares para resolver cuestiones relacionadas con los efectos del cambio climático en la agricultura y los recursos hídricos y marítimos. El documento describe una serie de técnicas nucleares que contribuyen a la gestión sostenible de la tierra y el agua, la agricultura climáticamente inteligente, los sistemas de producción de alimentos, el análisis de las emisiones de gases de efecto invernadero, la protección de las costas y la monitorización de los cambios en los océanos.

“El mundo atraviesa una emergencia climática que pone en peligro la supervivencia y los medios de vida de las personas”, dijo el Director General del OIEA, Rafael Mariano Grossi, quien se encuentra en la COP26 en Glasgow para destacar la importancia de la tecnología y la energía nucleares a la hora de mitigar los efectos del cambio climático y adaptarse a él. “Hoy y mañana, las técnicas nucleares constituyen una alternativa tangible para afrontar este desafío; por ejemplo, gracias a la producción de cultivos más resistentes, la protección de los limitados recursos hídricos, entre otros".

En la COP26, que se celebra actualmente en Glasgow, dirigentes de todo el mundo están reafirmando su cometido de mantener el aumento de la temperatura muy por debajo de 2º C, preferiblemente en 1,5º C, con respecto a los niveles preindustriales. En la publicación COP26 Explained se advierte que el mundo no está siguiendo un rumbo que le permita cumplir esa promesa y que de aquí a 2100 es probable que ocurran más catástrofes naturales, como inundaciones, incendios forestales, condiciones climáticas extremas y extinción de especies.

El OIEA participa activamente en la COP26 para destacar el papel de la energía nuclear en la mitigación de los efectos del cambio climático y el de la ciencia y la tecnología nucleares en las actuales iniciativas de monitorización y adaptación (más información). El OIEA publicó otro informe sobre la importancia de la energía nuclear (una fuente de energía que produce pocas emisiones de carbono) en la transición a una energía limpia para lograr un mundo sin emisiones netas.

“Necesitamos actuar conforme a nuestros discursos y debemos lograrlo usando todas las herramientas científicas a nuestra disposición, incluida la tecnología nuclear”, dijo el Sr. Grossi. “El OIEA es un aliado reconocido en el campo de la acción por el clima, que contribuirá a los debates de la COP26 de Glasgow sobre la manera de potenciar las soluciones. Esperamos que este documento sea una valiosa referencia para nuestros posibles asociados”.

Entre 2012 y 2020, el OIEA ayudó a 102 países y territorios a adaptarse a los efectos del cambio climático, mediante 481 proyectos de cooperación técnica, con un presupuesto total de unos 112 millones de euros.

Más del 70 % de los proyectos del OIEA relacionados con la adaptación al cambio climático se centran en las prácticas agrícolas climáticamente inteligentes y en la optimización de la producción ganadera y agrícola. Entre ellos cabe destacar, por ejemplo, la creación de mejores variedades de vegetales (como estos tomates en Cuba) que pueden sobrevivir a condiciones ambientales cambiantes, tener un mejor rendimiento en entornos difíciles o presentar resistencia a nuevos agentes patógenos. Las técnicas nucleares pueden usarse para luchar contra plagas de insectos como la mosca de la fruta o los mosquitos que transmiten el zika, el dengue y otras enfermedades y para comprender la erosión del suelo causada por variaciones en las lluvias.

Como reza esta nueva publicación, el OIEA también apoya el estudio de la disponibilidad y los movimientos del agua, que se ven afectados por el cambio climático. Y con esos datos es posible llegar a conclusiones sobre el origen del agua o calcular la edad y la ubicación de valiosos recursos hídricos subterráneos invisibles a simple vista. En el documento también se abordan otros temas, como la utilización de las técnicas nucleares para luchar contra el aumento del nivel del mar o la acidificación de los océanos.

La publicación completa puede consultarse en este enlace (en inglés).

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