Ho Chi Minh (Viet Nam) – Cada mañana cientos de cajas con alimentos congelados de origen marino, frutas y hortalizas desecadas, medicamentos orientales y alimentos naturales aguardan en un almacén de Ho Chi Minh (Viet Nam) su turno para ser sometidas, en el marco de un programa de irradiación de alimentos establecido con ayuda del OIEA hace unos veinte años, a un proceso similar al control de seguridad de los aeropuertos, con la diferencia de que en este caso se emplean haces de fotones o electrones de mayor intensidad.
Dependiendo de la dosis, la irradiación de alimentos garantizará que no germinen ni maduren antes de tiempo los tubérculos comestibles y las frutas, que se destruyen los parásitos y se descontaminan las especias, que se acaba con la salmonela y que se mata a los hongos que podrían estropear la carne de mamífero y de corral y los alimentos de origen marino.
Dicho proceso se puso en marcha por primera vez en Viet Nam en 1999 con la ayuda del OIEA y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y, desde entonces, se ha abierto un gran mercado para los productos irradiados, que han aumentado considerablemente la capacidad de las empresas de exportar sus productos alimenticios. La irradiación de alimentos se ha convertido en un pilar de la industria alimentaria nacional y contribuye de manera notable a la competitividad agropecuaria del país.
“En 1999 irradiábamos 259 toneladas de alimentos anuales, que han pasado a ser 14 000 toneladas en 2017”, explica Cao Văn Chung, Jefe del Departamento de Haces de Electrones del Centro de Investigación y Desarrollo para la Tecnología de las Radiaciones de Viet Nam (VINAGAMMA). “Esto demuestra un auténtico auge de la demanda de nuestro trabajo. En la actualidad somos una de las principales instalaciones del país en el ámbito de la tecnología de la radiación, y pioneros en la irradiación de alimentos”.