Ha visto la luz una nueva versión de la publicación del OIEA titulada Hitos en el desarrollo de la infraestructura nacional de energía nucleoeléctrica, que se ha revisado para abordar cuestiones relacionadas con los reactores modulares pequeños (SMR).
La versión actualizada, que constituye una guía básica del OIEA sobre cómo prepararse para iniciar un programa nucleoeléctrico o ampliar un programa existente, incluye un anexo en el que se esbozan aspectos específicos del despliegue de SMR y pone de relieve la experiencia reciente de varios países que han finalizado las tres fases o han realizado progresos importantes en ellas con tipos de reactores distintos de los definidos en el enfoque de los hitos del OIEA.
La publicación sobre los hitos fue editada originalmente en 2007 y revisada en 2015, y esta nueva edición se ofrece en el marco de otros materiales y orientaciones del OIEA de importancia para el desarrollo de la energía nucleoeléctrica en ámbitos como la seguridad tecnológica nuclear, la seguridad física nuclear y las salvaguardias. En esta publicación se incorporan las enseñanzas extraídas de las misiones de Examen Integrado de la Infraestructura Nuclear (INIR) llevadas a cabo recientemente en países que inician o amplían programas nucleoeléctricos.
Aunque se sigue previendo que en los próximos años la mayor parte de la nueva capacidad se generará en forma de grandes reactores refrigerados por agua, los SMR tienen cada vez más posibilidades de desempeñar un papel importante en la reducción de emisiones y el apoyo a la prosperidad sostenible. Los SMR están diseñados para producir normalmente un máximo de 300 megavatios (eléctricos) (MW(e)) y su despliegue podría ser ideal en zonas remotas y en regiones con redes eléctricas más pequeñas. Estos reactores presentarán diseños modulares, lo que permite que los sistemas y componentes se ensamblen en fábrica y se transporten como una sola unidad a un lugar para su instalación. Gracias a esto se podría reducir el tiempo de construcción. Además, nuevos usuarios finales, como los centros de datos, están estudiando la posibilidad de utilizar la energía nucleoeléctrica para satisfacer sus crecientes necesidades de electricidad y muchas aplicaciones industriales requieren la descarbonización, por lo que no faltan aplicaciones potenciales. Los SMR podrían desplegarse más rápidamente y desempeñar un papel más importante según la rapidez con la que obtengan la licencia y alcancen la madurez comercial.
“A medida que el panorama de la energía nucleoeléctrica cambia, también debe cambiar la asistencia que prestamos. Esta última actualización de las orientaciones del enfoque de los hitos del OIEA llega en un momento crucial en el que cada vez más países se plantean incorporar la energía nucleoeléctrica en su canasta energética para cumplir sus compromisos de emisiones netas cero —indica Aline des Cloizeaux, Directora de la División de Energía Nucleoeléctrica del OIEA—. Está claro que los SMR serán un componente fundamental de la transición a la energía limpia, y debemos asegurarnos de que los países interesados en esta tecnología comprendan cabalmente lo que se necesita para ejecutar con éxito los proyectos relacionados con los SMR”.
En muchos aspectos, los SMR son muy similares a sus análogos de mayor tamaño. Comprenden muchos de los mismos sistemas y funcionan según los mismos principios que han impulsado los reactores nucleares durante décadas. Las necesidades de los SMR son, en su mayoría, las mismas que las de los reactores tradicionales, por ejemplo, marcos jurídicos y reguladores robustos, una participación dinámica de las partes interesadas y aspectos relacionados con la protección ambiental que han de considerarse. No obstante, debido a sus características únicas, como una menor potencia de salida y diseños simplificados, algunos requisitos específicos de infraestructura pueden variar.
Algunos SMR, en particular los que utilizan refrigerantes distintos del agua, pueden generar nuevas formas de desechos radiactivos, por lo que los países que tienen previsto desplegar SMR deben planificar la gestión de estas nuevas clases de desechos. Si se utilizan nuevos tipos de combustible, será importante establecer una cadena de suministro para garantizar la disponibilidad constante del combustible. Es posible que haya que elaborar nuevos enfoques de salvaguardias para abordar algunas de las características novedosas del diseño de los SMR a fin de garantizar que no se ponga trabas a la aplicación de medidas rigurosas de contabilidad y control de material nuclear.
En la actualidad hay unos 30 países en fase de incorporación al ámbito nuclear que están considerando la posibilidad de utilizar la energía nucleoeléctrica o están avanzando en los planes de construcción de su primera central nuclear. Bangladesh, Egipto y Türkiye están construyendo sus primeras centrales nucleares y se prevé que varios países más construirán sus primeras centrales en el plazo de unos diez años.
La Argentina, China y la Federación de Rusia están construyendo SMR y los dos últimos han desplegado sus primeros SMR en 2019 y 2021, respectivamente. Varios países en fase de incorporación, como Estonia, Jordania y Polonia, han determinado que los SMR formarán parte de sus futuros sistemas de energía limpia. El pasado mes de octubre se llevó a cabo en Estonia una misión INIR centrada en los SMR y, tras reunirse con expertos del OIEA el pasado agosto, Jordania está estudiando la manera de utilizar los SMR para atender sus necesidades de desalación de agua de mar.