Las técnicas isotópicas permiten a los científicos comprender los componentes del ciclo del agua, lo que les ayuda a evaluar mejor la cantidad, la calidad y la sostenibilidad del agua.
El agua subterránea es el componente más desconocido del ciclo del agua. Los científicos emplean isótopos naturales como trazadores para averiguar si hay recarga del agua subterránea, de dónde procede, cómo se desplaza por debajo de la superficie terrestre y si es vulnerable a la contaminación y a los cambios de las condiciones climáticas.
El agua procedente de distintos lugares tiene una firma isotópica distinta o una “huella” única. Los científicos se sirven de estas “huellas” para rastrear el movimiento del agua por todo el ciclo del agua, desde la evaporación, la precipitación y la infiltración hasta la escorrentía y la evapotranspiración, así como el posterior regreso al océano o la atmósfera y la repetición del ciclo.