Todo está preparado para extraer uranio en la República Unida de Tanzanía, después de los recientes cambios introducidos en el marco regulador del país para adecuarlo a las recomendaciones del OIEA. Según los funcionarios de Tanzanía y los expertos del OIEA, las consideraciones ambientales y la participación de la comunidad local en la supervisión del proceso de concesión de licencias y de las operaciones futuras contribuirán a la sostenibilidad del proyecto.
Tanzanía, que ha determinado la existencia de aproximadamente 60 000 toneladas de recursos de uranio, prevé iniciar la extracción en 2016 para explotar sus depósitos de uranio, como parte de los planes del país para aumentar la aportación del sector minero al producto interno bruto, del 3,3 % de 2013 al 10 % a finales de la década. Con sus reservas de oro y diamantes casi agotadas, el país está dirigiendo su atención al uranio. “Ahora es el momento de que el país se beneficie de sus depósitos de uranio”, dice Iddi Mkilaha, Director General de la Comisión de Energía Atómica de Tanzanía.
Tras los análisis preliminares, el Gobierno ha detectado media docena de emplazamientos con buenas perspectivas para la extracción y ha emitido licencias de prospección. Recientes estudios de viabilidad permitieron identificar un emplazamiento con perspectivas comerciales en breve plazo, dice Mkilaha, pero dada la posterior caída de los precios del uranio y las negociaciones en curso con empresas mineras extranjeras, las actividades de extracción no han comenzado todavía.
El Gobierno ha solicitado la asistencia del OIEA para adecuar la legislación y los procedimientos pertinentes a las normas de seguridad y ambientales y para asegurarse de que se apliquen las mejores prácticas antes del comienzo de las actividades de extracción, explica Mkilaha. “Queríamos beneficios para la gente de Tanzanía y nos percatamos de que no teníamos en vigor la legislación apropiada para garantizar la seguridad de las actividades de extracción, procesamiento y transporte”, dice.
En el examen realizado se analizaron aspectos reglamentarios, sanitarios, de seguridad y ambientales, así como la sostenibilidad de las operaciones. El grupo formuló varias sugerencias en relación con el marco regulador y para garantizar que las actividades de extracción sigan las normas del OIEA y las buenas prácticas internacionales, especialmente las relacionadas con cuestiones de salud, seguridad y medio ambiente, afirma Harikrishnan Tulsidas , especialista en tecnología nuclear del OIEA que dirige el proyecto de Tanzanía.
Enfoque holístico
Gracias a las aportaciones del OIEA, el Gobierno adoptó un enfoque más holístico para la extracción de uranio e introdujo reglamentación ambiental, en particular en la esfera de la protección del agua, dice Mkilaha. “No nos habíamos percatado antes de la importancia de vigilar las corrientes de agua y el agua subterránea en los alrededores de las futuras zonas de extracción”, dice, y añade que al comienzo del proyecto del OIEA se habían tomado mediciones de referencia para determinar la concentración de los distintos minerales y sustancias químicas presentes en el agua. “Podremos vigilar la actividad por comparación con estos valores”, explica.Hugo Cohen Albertini también contribuyó a este artículo.
“Queríamos beneficios para la gente de Tanzanía y nos percatamos de que no teníamos en vigor la legislación apropiada para garantizar la seguridad de las actividades de extracción, procesamiento y transporte.