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Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia: de estudiante de química a Especialista en Combustible Gastado

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Según la UNESCO, las estadísticas de paridad de género en la ciencia en América Latina son mejores que en muchas otras regiones del planeta: en América Latina el 45% de los investigadores son mujeres, mientras que este porcentaje es del 28% a nivel mundial. No obstante, no deberían cesar los esfuerzos por promover el empoderamiento de la mujer hasta que no se alcance una paridad de género plena. Si algún día queremos lograrlo, las nuevas generaciones deberán seguir con la tendencia. Para conmemorar el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, el OIEA, con el fin de inspirar a otras jóvenes del mundo a que opten por la ciencia, ha publicado la historia de una científica que llegó a la cima.  

A toda joven que baraja la idea de hacer carrera en ciencia y tecnología nucleares, Laura McManniman da un consejo muy simple: “Confía en ti”.

La Sra. McManniman, de 35 años, es Especialista en Combustible Gastado en el OIEA. Dirige un proyecto de investigación con científicos de diez países en el que trabajan para crear una base de conocimientos técnicos sobre el comportamiento de los materiales y el combustible gastado almacenados en húmedo y en seco provenientes de los reactores nucleares. En su viaje desde un barrio deprimido de la ciudad de Liverpool hasta la cima del sector nuclear, la Sra. McManniman aprendió a adaptarse al cambio y a aprovechar oportunidades, incluso cuando ello suponía tener que superar obstáculos en una industria dominada en gran medida por los hombres.

Si bien algunos de esos obstáculos parecerían insignificantes, tuvieron consecuencias en su día a día cuando intentaba abrirse camino en el sector nuclear. Por ejemplo, en una ocasión se quedó atrapada en una unidad de monitoreo de la radiación de una central nuclear. “La central se había construido en la década de 1960, momento en que no había mujeres que trabajaran en las centrales nucleares. Las instalaciones estaban diseñadas para un hombre de estatura media”, relató la Sra. McManniman entre risas. “Como soy más pequeña que el hombre promedio, no alcanzaba el lugar donde tenía que poner las manos y no podía salir”.

Gracias a la ciencia y la tecnología nucleares, la humanidad puede afrontar diversos desafíos que van del cambio climático y la inseguridad alimentaria a la COVID-19. No obstante, es necesario que más mujeres formen parte de su fuerza de trabajo. Si la mitad de la población mundial no está debidamente representada en un sector determinado, no sólo se pierde talento e ideas preciosas, sino que también es menos probable que las innovaciones del sector satisfagan las necesidades de todos. Por lo tanto, el OIEA se esfuerza por tener una fuerza de trabajo diversa e inclusiva en la que tanto mujeres como hombres puedan participar en los avances de la tecnología nuclear y gozar de sus beneficios. Con ese fin, el OIEA ha puesto en marcha recientemente el programa de becas Marie Skłodowska-Curie para inspirar y alentar a las mujeres a que opten por carreras profesionales en las ciencias nucleares y a que ayuden a promover los avances científicos y tecnológicos en sus países.

Mientras transcurría su infancia en la ciudad de los Beatles y del Liverpool FC, la Sra. McManniman asistía a la escuela en un barrio desfavorecido. Descubrió su pasión por la química a través de programas que ayudaban a los niños con aptitudes para la ciencia. Posteriormente, estudiaría en la Universidad de Liverpool. “Como fui la primera de la familia en ir a la universidad, mis padres me dieron mucho apoyo”, dijo la Sra. McManniman, quien hoy vive en Viena con su esposo y sus dos hijos, de seis y nueve años.

La Sra. McManniman emprendió estudios de desarrollo de fármacos, pero luego se percató de que deseaba ir más allá del trabajo de laboratorio. Se informó de las posibilidades de hacer carrera en el sector nuclear y pensó que, de esa forma,podría seguir trabajando en la ciencia a nivel internacional. “Estaba claro que era una química increíblemente motivada y talentosa”, dijo la Dra. Cate Cropper, antigua compañera de clase en la universidad. “Laura también ha demostrado ser una científica nuclear increíble”.

En línea con sus ambiciones, tras su graduación, la Sra. McManniman aceptó un trabajo en Sellafield Ltd. (en ese entonces, British Nuclear Group) en Cumbria, en la costa noroeste de Inglaterra. Muchos de sus amigos le cuestionaron su ingreso en el sector nuclear. "He oído más referencias a Homero Simpson y a brillar en la oscuridad de lo que me hubiera gustado, pero fue una buena decisión", dijo.

Cuando la Sra. McManniman empezó a trabajar, desarrollaba y ejecutaba pruebas de puesta en servicio de una unidad de evaporación en la planta de reprocesamiento de óxido térmico (THORP) en Sellafield. David Hughes, Ingeniero de Procesos Jefe en aquel entonces, dijo: “Laura no tardó en darse a conocer y se ganó la confianza del equipo de puesta en servicio por su manera tranquila pero segura y eficiente de determinar y resolver problemas”. 

La Sra. McManniman también se enfrentó a obstáculos ocupacionales debido a su género, como el tener que usar botas de cinco a seis tallas más grandes de lo necesario o vestir trajes de protección enormes: las instalaciones y el equipo no estaban diseñados para las mujeres porque eran pocas las trabajaban en ese ámbito.

Ser una “minoría ocupacional” puede ser desalentador en algunas ocasiones, pero la Sra. McManniman nunca ha puesto en duda su elección de carrera. “Trabajar en el terreno me brindó una perspectiva diferente y me ayudó a entender mejor los detalles técnicos y la necesidad de ver tendencias de alto nivel, el panorama general”, explicó la Sra. McManniman, quien decidió especializarse en almacenamiento del combustible gastado después de haber asistido a una reunión técnica del OIEA en 2009. “La situación está cambiando en la industria nuclear. Como en otras industrias, más mujeres escogen este ámbito y en el sector cada vez se presta más atención a las cuestiones de género”.

La Sra. McManniman (a la derecha) empezó a trabajar en la Sección del Ciclo del Combustible y de Materiales Nucleares del OIEA en 2018.      

Cuando comenzó a trabajar en el OIEA en 2018, “Laura trajo conocimiento y, también, nuevo dinamismo a nuestro equipo”, puntualizó Clément Hill, Jefe de la Sección del Ciclo del Combustible y de Materiales Nucleares. “Dado que solo 30 países operan centrales nucleares, los conocimientos técnicos y la experiencia son más bien escasos. Inspirar a más mujeres a que hagan carrera en este ámbito es clave para que la fuerza de trabajo tenga una composición equilibrada de hombres y mujeres. Laura es un buen ejemplo para mostrar a las nuevas generaciones que esto es posible”.

Como miembro de la junta del Congreso Internacional de Jóvenes Profesionales del Ámbito Nuclear, la Sra. McManniman aboga por una industria nuclear más inclusiva, no solo con respecto a las mujeres, sino también con respecto a los jóvenes. “Ya sea que un país se esté incorporando al ámbito nuclear o que se esté retirando de él, la industria nuclear existirá por muchos años y ofrecerá trabajos en una variedad de ámbitos”, dijo.  “Definitivamente es necesario atraer a los jóvenes a la industria, porque la fuerza de trabajo en muchos países está envejeciendo y sus conocimientos deberán mantenerse”.

Siguiendo el camino de líderes como la Sra. McManniman, la nueva generación ayudará a transformar el futuro de la industria de la energía nuclear, no sólo añadiendo diferentes tallas de botas y ropa de protección, sino defendiendo una visión inclusiva en la que hombres y mujeres estén representados por igual.

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