Según el informe más reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, casi todos los glaciares del mundo han experimentado un retroceso desde la década de 1950. Se trata de un hecho sin precedentes en al menos los últimos 2000 años, explican los científicos, y muy probablemente tenga su origen en las actividades humanas que contribuyen al cambio climático.
Desde 2014, el OIEA, en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ha prestado apoyo a 50 científicos de 12 países en la utilización de técnicas nucleares e isotópicas para estudiar cordilleras de hasta 6000 m de altitud en seis continentes y evaluar el impacto del cambio climático en los recursos edáficos e hídricos. Gracias a una red internacional de laboratorios creada para analizar e intercambiar los resultados de estos estudios, los encargados de adoptar políticas tienen acceso a información oportuna y precisa que les ayuda a elaborar estrategias a medida de adaptación al cambio climático y mitigación de sus efectos.
Para saber más sobre este tema, conversamos con Edson Ramírez, glaciólogo en la Universidad Mayor de San Andrés (Bolivia) y coordinador de los estudios FAO/OIEA en los Andes. A continuación presentamos sus reflexiones en relación con los resultados de los estudios sobre la situación de esta cordillera que se extiende a lo largo de siete países y alberga a 85 millones de personas:
¿Cómo ha afectado el cambio climático a los Andes?
En diciembre de 2019, glaciólogos del Grupo de Trabajo de Nieves y Hielos de la UNESCO, del Programa Hidrológico Internacional para América Latina y el Caribe, evaluaron el estado de los glaciares en los Andes, que recogieron en la Declaración sobre Glaciares y Cambio Climático (Portillo-Juncal, Chile). Transmitieron preocupación ante los indicios de un grave retroceso glaciar, la pérdida de espesor e incluso la desaparición de glaciares en la región. El retroceso de los glaciares se ha hecho notorio, con especial intensidad en las últimas cuatro décadas, debido al cambio climático. Los glaciares de la región andina —Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú— han perdido, de promedio, más del 50 % de su cubierta desde la década de 1960. Asimismo, en los últimos diez años las tasas de retroceso y pérdida del espesor del hielo han seguido aumentando, especialmente en los Andes áridos y semiáridos de la Argentina y Chile.
El proyecto del OIEA ha permitido mejorar los conocimientos sobre el impacto del cambio climático en la criosfera (glaciares, permafrost y nieve) y sus efectos en los recursos edáficos e hídricos. ¿Por qué es importante este tipo de evaluación?
Gracias a ella podemos saber si los efectos del cambio climático en los ecosistemas de alta montaña, como glaciares, humedales, etc., pueden afectar a la disponibilidad de recursos hídricos. En la región andina, los recursos hídricos de montaña se utilizan para el consumo humano, la generación de energía y el riego. Por lo tanto, la disponibilidad de agua es clave para la seguridad alimentaria y la producción de energía. Prácticamente la mitad de la electricidad regional procede del potencial hidroeléctrico de los ríos andinos. La energía hidroeléctrica cubre entre un 70 % y 80 % de las necesidades de electricidad en Colombia; el 50 % de las necesidades del Perú; y el 45 % y 40 % del Ecuador y Bolivia, respectivamente.