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Enfoques multidisciplinares para combatir la resistencia a los antimicrobianos en los sistemas alimentarios y agrícolas

Monika Shifotoka

La producción de alimentos es un ámbito clave en el que la resistencia a los antimicrobianos se puede desarrollar y propagar. Con el uso indebido de antimicrobianos, en particular la administración excesiva de antibióticos al ganado, prolifera el desarrollo de bacterias resistentes (Fotografia: AdobeStock)

La resistencia a los antimicrobianos es una creciente amenaza mundial, a la que a menudo se hace referencia como la “pandemia silenciosa”. La resistencia a los antimicrobianos, que hace que los tratamientos comunes se vuelvan ineficaces contra infecciones antaño tratables, pone en peligro la salud, la seguridad alimentaria y la estabilidad económica a escala mundial. La Organización Mundial de la Salud estima que, solo en 2019, se cobró directamente 1,27 millones de vidas en todo el mundo. Según las previsiones, esta cifra podría aumentar y llegar a 40 millones de aquí a 2050, lo cual subraya la necesidad urgente de adoptar medidas. La resistencia a los antimicrobianos se produce cuando bacterias, virus, hongos o parásitos dejan de responder a los tratamientos antimicrobianos. El OIEA ha adoptado un enfoque multidisciplinar para dar respuesta a esta resistencia, centrándose en el impacto que esta tiene en los sistemas alimentarios y agrícolas.

Seguimiento de la resistencia a los antimicrobianos en la alimentación y la agricultura

La producción de alimentos es un ámbito clave en el que la resistencia a los antimicrobianos se puede desarrollar y propagar. Con el uso indebido de antimicrobianos, en particular la administración excesiva de antibióticos al ganado, prolifera el desarrollo de bacterias resistentes. El Centro Conjunto FAO/OIEA ayuda a resolver este problema analizando la presencia de fármacos y residuos en los alimentos, vigilando el uso de antimicrobianos y haciendo valer medidas de control más estrictas. Las técnicas nucleares y afines basadas en carbono 14, trazadores marcados con tritio e isótopos estables sirven para detectar residuos de fármacos en los alimentos y el medio ambiente y, al mismo tiempo, evaluar la calidad de los fármacos para garantizar que haya niveles eficaces de principios activos. La resistencia se desarrolla cuando los patógenos se exponen a dosis inadecuadas de fármacos, con las que pueden “adaptarse” a esos tratamientos.

Mediante técnicas isotópicas avanzadas es posible hacer un seguimiento de la persistencia y la propagación de residuos de antimicrobianos en entornos agrícolas. Gracias a un antimicrobiano marcado con carbono 13, desarrollado por la Universidad Técnica de Múnich (Alemania) en el marco de un estudio realizado en colaboración con el OIEA, los investigadores pueden analizar la trayectoria de los compuestos antimicrobianos en el suelo y el agua. La gestión eficaz del suelo y el agua es crucial, ya que la escorrentía agrícola puede transportar bacterias resistentes y antimicrobianos a ecosistemas circundantes, algo que puede afectar tanto a los animales como a los seres humanos.

Grado de preparación reforzado frente a la resistencia a los antimicrobianos y las amenazas zoonóticas

La iniciativa ZODIAC (Medidas Integradas contra las Enfermedades Zoonóticas) del OIEA, que se puso en marcha en junio de 2020, durante la pandemia de COVID-19, ayuda a los países a reforzar el grado de preparación a pandemias, dotándolos de medios con los que detectar patógenos zoonóticos —organismos que pueden saltar de los animales a los seres humanos— antes de que esos patógenos se propaguen. ZODIAC proporciona acceso a datos sobre el impacto de las enfermedades zoonóticas en la salud humana y desarrolla novedosas tecnologías para la detección de enfermedades zoonóticas. Asimismo, ayuda a los países a detectar casos de posible resistencia a los antimicrobianos en entornos ganaderos.

“Con los años, las investigaciones están demostrando que muchas personas se están volviendo resistentes a los antimicrobianos, lo cual quiere decir que, aun tomando antibióticos, no se curan, y es algo que afecta no solo a los seres humanos sino también a los animales”, explica Shariffa Joubert, del Laboratorio de Sanidad Animal de Seychelles. La Sra. Joubert participó en un taller regional sobre resistencia a los antimicrobianos impartido en octubre de 2024 y organizado en el marco del programa de cooperación técnica del OIEA, en colaboración con el Gobierno de Seychelles.

“Debemos saber lo que comemos y, por ello, es importante diagnosticar a los animales resistentes para garantizar que nuestro ganado se mantiene sano y apto para el consumo”, afirma la Sra. Joubert.

La iniciativa ZODIAC se centra en la creación de capacidad a escala mundial, brindando, por un lado, capacitación a profesionales de la veterinaria y, por otro, los equipos necesarios a laboratorios de todo el mundo. En el marco de dicha iniciativa, se han impartido cursos regionales de capacitación en laboratorios nacionales de la Argentina, Bulgaria, Etiopía, la República de Corea y el Senegal.

Las técnicas nucleares y de base nuclear, como los métodos isotópicos y moleculares, pueden ayudar a evaluar cómo se transfieren los genes de resistencia entre poblaciones bacterianas en animales, seres humanos y el medio ambiente. Este conocimiento es inestimable para entender cómo se propaga la resistencia a los antimicrobianos y desarrollar intervenciones específicas para contenerla.

Esfuerzos aunados en el marco de “Una sola salud”

Dada la complejidad de la resistencia a los antimicrobianos, es esencial adoptar un enfoque coordinado y multisectorial. La iniciativa “Una sola salud” reúne a las partes interesadas de los sectores de la salud humana, la sanidad animal, la producción de alimentos y el medio ambiente para colaborar en estrategias de lucha contra la resistencia a los antimicrobianos. Este enfoque integrado reconoce que la salud de las personas, los animales y el medio ambiente están interconectadas. En colaboración, estos sectores pueden diseñar políticas, ejecutar programas de vigilancia e impulsar la investigación para mitigar los riesgos de la resistencia a los antimicrobianos y mejorar al mismo tiempo los resultados en materia de salud y la sostenibilidad económica.

“Las enseñanzas que hemos extraído de nuestra respuesta global a la pandemia de COVID-19 han recalcado la importancia crítica de una detección temprana, una sólida vigilancia y la cooperación internacional en la gestión de amenazas para la salud mundial —afirma Najat Mokhtar, Directora General Adjunta y Jefa del Departamento de Ciencias y Aplicaciones Nucleares del OIEA—. Estos mismos principios también son vitales para afrontar el desafío que plantea la resistencia a los antimicrobianos”.

El OIEA, junto con la FAO, lleva más de 60 años trabajando por comprender mejor las enfermedades transfronterizas de los animales, incluidas las zoonóticas, y responder a ellas. Ahora, se sirve de esta experiencia para combatir la creciente amenaza que plantea la resistencia a los antimicrobianos.

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ZODIAC

La iniciativa ZODIAC se puso en marcha en junio de 2020. Presta apoyo a laboratorios mediante tecnología, equipo y capacitación para que los Estados Miembros puedan detectar de forma oportuna los patógenos zoonóticos de enfermedades zoonóticas emergentes o reemergentes.

Innovación y tecnologías novedosas

La iniciativa hace hincapié en la investigación, el desarrollo y la innovación, poniendo a inmediata disposición de las instituciones que participan en ZODIAC los avances más recientes en cuanto a técnicas inmunológicas, moleculares, nucleares e isotópicas.

Laboratorios y coordinación de ZODIAC

Actualmente, 128 Estados Miembros cuentan con laboratorios nacionales de ZODIAC y coordinadores nacionales de ZODIAC. 

Decisiones basadas en datos

Se brinda acceso a datos sobre el impacto de las enfermedades zoonóticas en la salud humana y, gracias a ello, es posible adoptar decisiones basadas en la ciencia y en resultados.

11/2024
Vol. 65-4

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