La optimización y la braquiterapia

» ¿Qué ventajas tiene utilizar equipos de carga diferida a distancia frente a las técnicas de braquiterapia manual?

Ante todo, el personal estará menos expuesto a la radiación.

Si las circunstancias permiten utilizar un equipo de carga diferida a distancia, hay algunos beneficios desde la perspectiva de la protección radiológica y también desde otros puntos de vista prácticos. Se reduce la exposición del personal a la radiación, puesto que no es necesario manipular manualmente las fuentes radiactivas, sino que se introducen mediante el dispositivo de carga diferida controlado a distancia. Además, el sistema ofrece la posibilidad de optimizar los tratamientos, ya que aumenta la reproducibilidad del procedimiento.

» El iridio 192 ha resultado ser una fuente frecuentemente utilizada para administrar altas tasas de dosis. ¿A qué se debe esto? ¿Por qué no se utiliza en todos los tipos de braquiterapia?

Aunque el iridio 192 (192Ir) tiene muchas propiedades útiles, conviene utilizar los distintos radionucleidos para diferentes aplicaciones clínicas.

El 192Ir es un radionucleido que tiene una alta actividad específica (o actividad másica), lo que significa que una fuente muy pequeña puede proporcionar tasas de dosis muy altas: esta es una cualidad esencial para las aplicaciones en las que se administran altas tasas de dosis. En la imagen pueden observarse algunas de las dimensiones características de las fuentes de 192Ir para braquiterapia de alta tasa de dosis. La energía fotónica efectiva administrada de aproximadamente 350 keV garantiza que se administre una dosis absorbida suficiente a una distancia suficiente de la fuente para dar un tratamiento homogéneo al blanco.

Sin embargo, el 192Ir tiene el inconveniente de que cuenta con un período de semidesintegración corto, de 74 días. Esto significa que, por lo general, hay que sustituir las fuentes cada tres o cuatro meses para mantener la duración del tratamiento en niveles admisibles. En las aplicaciones en las que suelen administrarse bajas tasas de dosis, el tamaño de la fuente reviste menos importancia. Un radionucleido que se utiliza con frecuencia en el ámbito de la ginecología es el cesio 137 (137Cs), que tiene un período de semidesintegración mucho más largo (30,2 años) que el 192Ir y, por consiguiente, solo debe sustituirse cada 10 a 15 años; sin embargo, tiene una actividad específica cien veces menor que la del 192Ir. El yodo 125 (125I) es una fuente que con frecuencia se utiliza para los implantes permanentes debido a que su baja energía fotónica facilita que el cuerpo del paciente absorba la radiación.

No hay un radionucleido perfecto para todos los tipos de braquiterapia. Es necesario evaluar cada aplicación concreta y tomar en cuenta aspectos como la actividad específica, el período de semidesintegración, el tipo y la energía de las emisiones, y el blindaje que debe utilizarse.

» ¿Por qué las fuentes radiactivas para braquiterapia están selladas?

Para garantizar la contención del material radiactivo y, en algunos casos, filtrar la radiación no deseada.

Por lo general las fuentes para braquiterapia están selladas, de manera que el material radiactivo se encuentre confinado por completo dentro de una cápsula protectora. La cápsula está diseñada para dar rigidez a la fuente radiactiva y evitar fugas o escapes de esta. Además, en el caso de las fuentes que emiten fotones, la cápsula puede servir para absorber la radiación alfa y beta que se produce durante la desintegración de la fuente. Las pequeñas semillas radiactivas para braquiterapia, por ejemplo, de yodo 125 (125I), tienen un tamaño muy parecido al de un grano de arroz y se sellan en cápsulas de titanio.

» ¿La braquiterapia de alta tasa de dosis es mejor y más segura que la de baja tasa de dosis en todos los aspectos?

No.

Aunque la braquiterapia de alta tasa de dosis tiene beneficios tales como su utilización en procedimientos más sencillos en los que se recurre a tratamiento ambulatorio, y, en condiciones normales, ofrece más posibilidades de optimizar las dosis absorbidas y mejorar la protección radiológica del personal, hay casos en los que resulta más ventajoso utilizar la braquiterapia de baja tasa de dosis. Desde el punto de vista técnico, puede decirse que la braquiterapia de baja tasa de dosis es más sencilla que la de alta tasa de dosis, en la que se administra a los pacientes una dosis absorbida muy grande en un período breve. Por consiguiente, la braquiterapia de alta tasa de dosis requiere más capacitación y conocimientos más avanzados acerca del funcionamiento del equipo y la optimización de la protección durante los tratamientos, lo que incluye administrar a los órganos objeto de tratamiento la dosis de radiación mínima indispensable para lograr el objetivo terapéutico. Aunque la probabilidad de cometer errores al aplicar braquiterapia de alta tasa de dosis no es mayor que en la de baja tasa de dosis, las consecuencias de los errores pueden ser más graves en el primer caso debido a la alta actividad específica de las fuentes que se utilizan para administrar ese tipo de tratamiento.

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