La prevención de la exposición accidental a la radiación en el campo de la braquiterapia
Preguntas frecuentes de los profesionales de la salud
» ¿Tiene alguna importancia el tipo de unidad que se utilice para caracterizar la intensidad de una fuente radiactiva al hacer cálculos?
» Si se dispone de un monitor de radiación en la sala, ¿es realmente indispensable hacer un seguimiento del paciente mediante monitor portátil después de haberlo sometido a tratamiento?
» ¿Qué tamaño de paso debe utilizarse al programar las posiciones y los tiempos de permanencia en los establecimientos?
» ¿Tiene alguna importancia el tipo de unidad que se utilice para caracterizar la intensidad de una fuente radiactiva al hacer cálculos?
Sí, el objetivo debe ser actuar en el marco de las normas internacionales y los códigos de prácticas.
A lo largo de los años, en el ámbito de la braquiterapia se han empleado distintos métodos para caracterizar la intensidad de las fuentes radiactivas, por ejemplo: la masa real de radio, la masa equivalente de radio, la actividad real o aparente de la fuente en curios o becquereles, la intensidad de kerma en aire y la tasa de referencia de kerma en aire (TKRA). En el campo de la braquiterapia se han producido accidentes por introducir en un sistema de planificación de tratamientos la intensidad de la fuente en unidades distintas de las que solicitaba el sistema, y en casos en los que se solicitaron fuentes de una determinada actividad y se entregaron fuentes de una actividad distinta, con el mismo valor numérico de actividad, pero expresado en unidades diferentes.
Con el fin de reducir al mínimo ese riesgo concreto, resulta útil hacer todo lo posible para cumplir las normas internacionales y los códigos de prácticas relativos a la manera en la que debe especificarse la intensidad de las fuentes de braquiterapia y las unidades que deben utilizarse. Esto concierne tanto a los usuarios finales como a los fabricantes. Si bien esta disposición aún no se ha puesto en marcha plenamente en el plano internacional, debe prestarse especial atención al caracterizar y comprobar la intensidad de las fuentes.
» Si se dispone de un monitor de radiación en la sala, ¿es realmente indispensable hacer un seguimiento del paciente mediante monitor portátil después de haberlo sometido a tratamiento?
Sí, es un aspecto que debe cumplirse como parte de las prácticas de seguridad.
Los monitores de radiación en la sala son una de las medidas de seguridad más importantes, ya que hacen posible detectar los niveles de radiación excesivos en las salas después de los tratamientos (lo que podría apuntar a que no se logró retirar una fuente).
En un caso fatal de exposición accidental a la radiación relacionada con un tratamiento de braquiterapia de alta tasa de dosis, se informó de que los monitores de radiación de la sala detectaron niveles de radiación relativamente altos después de un tratamiento, pero se hizo caso omiso de las lecturas debido a que había antecedentes de que los monitores no funcionaban correctamente. Se había dañado la soldadura entre el cable de transferencia y la fuente, y esta última se había quedado dentro del paciente. Si después del tratamiento el personal hubiera hecho un seguimiento del paciente por medio de un monitor portátil, se habría podido comprobar que el monitor de radiación de la sala había funcionado correctamente. La solidez de las medidas de seguridad aumenta si se utilizan monitores de sala y portátiles como parte del sistema de seguridad. Además, hay muchos otros sistemas de seguridad que deben instalarse con el fin de administrar braquiterapia de manera segura y eficaz.
» ¿Qué tamaño de paso debe utilizarse al programar las posiciones y los tiempos de permanencia en los establecimientos?
El tamaño de paso debe mantenerse constante en el establecimiento.
Al utilizar tecnología de carga diferida a distancia de la fuente radiactiva por pasos, las posiciones y los tiempos de permanencia deben programarse para optimizar la cobertura del volumen blanco y evitar dañar los órganos que están en riesgo de irradiación. Aunque puede haber variaciones al elegir el tamaño de paso, que determina la distancia entre las posiciones de permanencia, se recomienda que en cada establecimiento el tamaño de paso se mantenga en un valor constante determinado, por ejemplo, 5 o 10 mm (u otro valor, siempre y cuando se mantenga constante en el establecimiento). Esto se debe a que hay informes de accidentes en los que se programaron tamaños de paso incorrectos, lo que dio como resultado una distribución de dosis distinta de la deseada. También se han presentado casos en los que los valores de los tiempos de permanencia se introdujeron en orden inverso, lo que puso de relieve que era necesario hacer verificaciones independientes de ese dato imprescindible para la seguridad.
Si desea obtener información complementaria, sírvase consultar:
- GERBAULET, A., et al. (Eds), The GEC ESTRO Handbook of Brachytherapy, European Society for Therapeutic Radiology and Oncology (ESTRO), Brussels (2002).
- KUBO, H.D., GLASGOW, G.P., PETHEL, T.D., THOMADSEN, B.R., WILLIAMSON, J.F., High dose-rate brachytherapy treatment delivery: Report of the AAPM Radiation Therapy Committee Task Group No. 59, Med. Phys. 25 (1998) 375-403.
- INTERNATIONAL ATOMIC ENERGY AGENCY, Lessons Learned from Accidental Exposures in Radiotherapy, IAEA Safety Reports Series No. 17, IAEA, Vienna (2000).
- INTERNATIONAL COMMISSION ON RADIATION UNITS AND MEASUREMENTS, Dose and Volume Specification for Reporting Intracavitary Therapy in Gynecology, ICRU Report 38, ICRU, Bethesda, MD (1985).
- INTERNATIONAL COMMISSION ON RADIATION UNITS AND MEASUREMENTS, Dose and Volume Specification for Reporting Interstitial Therapy, ICRU Report 58, ICRU, Bethesda, MD (1997).
- INTERNATIONAL ATOMIC ENERGY AGENCY, Radiation Oncology Physics: A Handbook for Teachers and Students, STI/PUB/1196, IAEA, Vienna (2003).
- INTERNATIONAL COMMISSION ON RADIOLOGICAL PROTECTION, Prevention of High-Dose-Rate Brachytherapy Accidents, ICRP Publication 97, Pergamon Press, Oxford and New York (2005).
- WILLIAMSON, J.F., NATH, R., Clinical implementation of AAPM Task Group 32 recommendations on brachytherapy source strength specification, Med. Phys. 18 (1991) 439-448.