Dao Thanh Canh nunca estudió ni física ni química en la escuela, pero ya sabe un par de cosas sobre los isótopos nucleares. Hasta hace dos años, gran parte de su cafetal de dos hectáreas, en las colinas del centro del Viet Nam, estaba desapareciendo poco a poco por el deslizamiento de las tierras. Gracias a las técnicas nucleares que se utilizan para determinar la causa y el origen exacto de la erosión del suelo, ahora sus tierras están estabilizadas y su cafetal es rentable. “Estábamos muy preocupados y dominados por la incertidumbre”, comenta. “Cada año, con las grandes tormentas de granizo, perdíamos varios centímetros de tierra”.
Thanh Canh no está solo. La degradación del suelo afecta a 1900 millones de hectáreas de tierra en todo el mundo, cerca de dos tercios de los recursos mundiales de suelos.
La erosión del suelo es lo que más contribuye a la degradación de las tierras en todo el mundo y comporta la pérdida de 75 000 millones de toneladas de suelo fértil al año, con un costo económico anual de unos 126 000 millones de dólares de los Estados Unidos. El OIEA, en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ayuda a los científicos y agricultores a medir y controlar la erosión del suelo mediante varias técnicas nucleares, entre ellas la que utiliza radionucleidos procedentes de precipitaciones radiactivas, que ayuda a evaluar las tasas de erosión del suelo, y la del análisis de isótopos estables por compuestos, que ayuda a detectar los puntos críticos de degradación de las tierras (véase Radionucleidos procedentes de precipitaciones radiactivas y análisis de isótopos estables por compuestos).
El círculo vicioso de la erosión
La erosión afecta a la capa superior — más fértil — del suelo. Además, se lleva gran parte de los fertilizantes empleados en la agricultura y los deposita en las aguas dulces, donde los fertilizantes sirven de alimento para las algas, que reducen drásticamente la calidad del agua. “Es un golpe doble”, afirma Mohammad Zaman, científico especialista en suelos de la División Mixta FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura.
Ahora que sabemos con precisión de dónde proviene la erosión, podemos adoptar las medidas de mitigación adecuadas.