Mientras el mundo anticipa las políticas relativas al cambio climático que se desplegarán tras el Acuerdo de París de 2015 y la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es probable que más países incluyan la energía nucleoeléctrica en sus canastas de energía nacionales. Los Estados en fase de incorporación — países que introducen la energía nucleoeléctrica por primera vez — están solicitando la asistencia del OIEA para desarrollar la infraestructura adecuada para establecer programas de energía nucleoeléctrica que sean tecnológica y físicamente seguros y sostenibles y hacer frente a los desafíos que suponen la creciente demanda de energía en todo el mundo y la necesidad de mitigar el cambio climático.
“El papel que pudiera desempeñar la energía nuclear ha aumentado considerablemente desde la histórica adopción de los ODS y el Acuerdo de París”, explica el Sr. David Shropshire, Jefe de la Sección de Estudios Económicos y Planificación del OIEA. “Tomar la decisión de usar energía nuclear es ahora más sencillo, pues constituye una de las pocas opciones de energía a gran escala e ininterrumpida con pequeño impacto medioambiental”.
El Acuerdo de París se adoptó en la Conferencia sobre el Cambio Climático (CP 21), en la que 195 países alcanzaron por primera vez un acuerdo universal y jurídicamente vinculante sobre el clima. El Acuerdo confirmó el objetivo de mantener por debajo de 2 ºC el aumento de la temperatura mundial en comparación con la época preindustrial para finales del siglo.
Para abordar este objetivo y el desafío de las relaciones entre la energía y el clima (véase El desafío de la energía y el clima), algunos países están evaluando de nuevo sus canastas energéticas y el posible papel de la energía nuclear. “La energía nuclear ya no se reconoce únicamente como una fuente de energía que impulsa las economías, sino que ahora se asocia a la acción sobre el clima”, afirma el Sr. Shropshire. “Los países que invierten en energía nucleoeléctrica no solo obtienen una energía fiable, sino también un recurso clave para no exceder el objetivo de los 2 ºC.”
La respuesta polaca
Polonia, por ejemplo, prevé generar energía nucleoeléctrica no solo para asegurar el suministro de electricidad a largo plazo y estimular el crecimiento económico nacional, sino también para mitigar el cambio climático.
“Polonia reconoce la importancia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre ellos, reducir las emisiones de dióxido de carbono y otros contaminantes atmosféricos procedentes del sector energético”, explica el Sr. Józef Sobolewski, Director del Departamento de Energía Nuclear del Ministerio de Energía polaco. “Parte de nuestra estrategia contempla la implementación de la energía nucleoeléctrica —una fuente de energía que no produce emisiones, limpia y eficiente— como una de las vías para lograr esa reducción”. A lo que añade que un programa de energía nucleoeléctrica también supondría un fuerte estímulo para el sector de la investigación y el desarrollo nacionales.
El OIEA es un centro nodal de recursos esencial para los Estados en fase de incorporación, como Polonia y otros países que están considerando utilizar la energía nucleoeléctrica. Pueden acceder a los instrumentos de planificación energética del OIEA y beneficiarse de sus conocimientos sobre la energía nucleoeléctrica para tomar decisiones fundamentadas sobre el papel de esta fuente de energía en sus países.
“Una vez que un Estado Miembro decide utilizar la energía nuclear, el OIEA puede ofrecer consejo y examinar el desarrollo de la infraestructura necesaria”, dice el Sr. Shropshire.
Logrando hitos paso a paso
El enfoque de los hitos del OIEA, de tres fases, facilita la ejecución de un programa de energía nucleoeléctrica de principio a fin. Abarca las cuestiones que debe tener en cuenta un Estado Miembro antes de decidir construir una central nuclear, los preparativos necesarios y la construcción y puesta en servicio de la central nuclear. Para complementar todo esto, los Estados Miembros frecuentemente solicitan una misión de Examen Integrado de la Infraestructura Nuclear (INIR), en la cual expertos internacionales determinan si el programa cuenta con una política y estrategia nacional eficaz, una sólida administración, un marco jurídico adecuado y personal cualificado. Basándose en este examen, el OIEA desarrolla un plan de trabajo integrado específico para cada país que ayuda a los Estados en fase de incorporación a corregir las deficiencias de su infraestructura nuclear y realiza exámenes de seguimiento para controlar sus progresos.
Polonia alcanzó el primer hito este año después de aplicar las recomendaciones del OIEA basadas en las misiones INIR que se llevaron a cabo durante la fase 1 del enfoque de los hitos. El país pretende finalizar la construcción del primer reactor de su primera central nuclear para 2024 e iniciar la construcción de una segunda central nuclear para 2030. Se espera que en 2017 se realice la fase 2 de la misión INIR para examinar los progresos del programa de energía nucleoeléctrica de Polonia.
Hacia una energía sostenible en Jordania
Entre otros Estados en fase de incorporación, Jordania incluyó la energía nucleoeléctrica en su estrategia nacional para reducir las emisiones de carbono.
“La energía de Jordania depende casi completamente del combustible fósil importado, lo cual no puede ser sostenible por diversas razones”, afirma el Sr. Khaled Toukan, Presidente de la Comisión de Energía Atómica de Jordania. “La construcción de una central nuclear, entre otras alternativas, tendrá un importante impacto positivo en Jordania desde los puntos de vista del costo y la fiabilidad energéticos, la renta nacional, la creación de infraestructura humana y la adquisición de conocimientos técnicos y la reducción de las emisiones de carbono.”
A petición de Jordania, el OIEA ya ha efectuado tres misiones INIR desde 2009 y ha facilitado a Jordania un programa de acción basado en la evaluación de la infraestructura nuclear del país y el marco normativo de seguridad nuclear y radiológica. Este año Jordania pondrá en servicio el primer reactor de investigación y capacitación y el OIEA ayudará al país a crear las capacidades necesarias para su explotación futura y su utilización eficaz.
La energía nucleoeléctrica también forma parte de la estrategia energética de Turquía para mitigar el cambio climático, de acuerdo con el informe Contribuciones previstas determinadas a nivel nacional que Turquía presentó con arreglo a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Mediante las misiones INIR, el OIEA ha ayudado a Turquía a evaluar su grado de preparación para desarrollar un programa de energía nucleoeléctrica. A petición de Turquía, expertos del OIEA formularon recomendaciones para un plan de acción nacional y examinaron asimismo los proyectos de ley en materia de energía nuclear del país. Turquía prevé construir dos centrales nucleares con ocho reactores que estarán en funcionamiento para 2028 y empezar a construir una tercera para 2023.
Polonia reconoce la importancia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre ellos, reducir las emisiones de dióxido de carbono y otros contaminantes atmosféricos procedentes del sector energético. Parte de nuestra estrategia contempla la implementación de la energía nucleoeléctrica — una fuente de energía que no produce emisiones, limpia y eficiente— como una de las vías para lograr esa reducción.