Los daños causados por las plagas pueden poner en peligro los medios de vida de los agricultores y afectar al comercio internacional y la seguridad alimentaria mundial, debido a las restricciones que se imponen a la circulación de ciertos productos para frenar la propagación de estas plagas. No obstante, es posible luchar contra ellas y, en algunos casos, eliminarlas mediante el uso de técnicas de base nuclear. La técnica empleada requiere criar insectos en masa y, gracias a los nuevos hallazgos científicos, cada vez será más eficiente.
Durante 60 años el OIEA, en cooperación con la FAO, ha investigado y mejorado la técnica del insecto estéril (TIE) para ayudar a los países a luchar contra insectos vectores de enfermedades. De acuerdo con datos de la FAO, cada año los agricultores pierden entre el 20 % y el 40 % de las cosechas debido a las plagas, lo que equivale a unos 220 000 millones de dólares a nivel mundial. La TIE es un método de gestión de la población de insectos en que se emplea la irradiación para esterilizar a los machos. Una vez que han sido sometidos al tratamiento, se suelta a los machos en una zona delimitada para que se apareen con las hembras silvestres sin dejar descendencia y se reduzca así la población con el paso del tiempo. De esta forma, se disminuyen los daños causados por los insectos, que podrían ingerir los cultivos o excavar en ellos.
Para garantizar el éxito de un programa de la TIE es fundamental producir y soltar millones de machos estériles que gocen de buena salud y que puedan competir con los machos silvestres. Los participantes de un proyecto coordinado de investigación, Comparación de la eficiencia de la crianza y la competitividad de cepas de machos estériles producidas con tecnologías genéticas, transgénicas o derivadas de una simbiosis, han estudiado los obstáculos de este proceso y las maneras de superarlos. En el marco de este proyecto, se publicaron artículos científicos en que se presentan los avances de las investigaciones.