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Los singulares laboratorios del OIEA

La ciencia nuclear desempeña un papel primordial en la resolución de algunos de los desafíos más apremiantes del mundo: mejorar la asistencia sanitaria, contribuir a la inocuidad de los alimentos y a la seguridad alimentaria y monitorizar el medio ambiente. La piedra angular de esos esfuerzos son los 12 laboratorios de ciencias y aplicaciones nucleares del OIEA, situados en Austria y Mónaco. Estos laboratorios impulsan investigaciones y tecnologías que repercuten directamente en millones de vidas, en pos de un futuro más saludable y seguro para todos.

Un esfuerzo mundial para un futuro más saludable y más seguro

Desde la asistencia sanitaria hasta la seguridad alimentaria y la gestión del agua, pasando por la protección ambiental, los laboratorios del OIEA están interconectados en su misión de aprovechar la tecnología nuclear para el bien común.

La labor de cada uno de los laboratorios contribuye a solucionar los desafíos mundiales más apremiantes, y la suma de todos ellos constituye un empeño a escala mundial que empodera a las naciones para que construyan un futuro más saludable, sostenible y seguro para todos.

 

Proteger los recursos hídricos

El acceso a agua limpia y sostenible es un desafío para muchos países. El Laboratorio de Hidrología Isotópica del OIEA ayuda a los países a gestionar los preciados recursos hídricos por medio de técnicas de hidrología isotópica, que utilizan isótopos naturales para seguir el movimiento y la calidad del agua. Estas técnicas, que permiten desde elaborar mapas de las reservas de aguas subterráneas hasta determinar las fuentes de contaminación, son esenciales para hacer frente a la escasez de agua a nivel mundial y gestionar los recursos hídricos transfronterizos a fin de asegurar el acceso sostenible de las generaciones futuras.

 

Asegurar el suministro mundial de alimentos

La amenaza de la inseguridad alimentaria se ve agravada por el cambio climático, las plagas y los menguantes recursos. El Laboratorio de Fitomejoramiento y Fitogenética afronta esos desafíos empleando la tecnología de la radiación para acelerar la evolución natural de las plantas. Desde 1964 se han creado más de 3400 nuevas variedades de plantas que poseen los rasgos deseados, como el trigo resistente a la sequía, el arroz tolerante a los suelos salinos y otras variedades con mayores rendimientos y períodos de maduración más breves. Estos avances ayudan a los agricultores a cultivar en entornos cambiantes, aumentando así el rendimiento y mejorando la nutrición.

 

Al mismo tiempo, el Laboratorio de Gestión de Suelos y Aguas y Nutrición de los Cultivos se centra en optimizar el uso sostenible de los recursos naturales en la agricultura. Utilizando técnicas nucleares e isotópicas, el laboratorio ayuda a los países a mejorar la fertilidad del suelo y la conservación del agua, garantizando que los cultivos se produzcan de forma eficiente al tiempo que se reduce al mínimo el impacto ambiental. Desde el estudio de la erosión del suelo hasta la mejora de la absorción de nutrientes como el nitrógeno, las actividades de investigación del laboratorio representan un apoyo fundamental para los agricultores, ya que los ayudan a aumentar la productividad sin agotar los recursos naturales.

 

La inocuidad de los alimentos sigue siendo primordial para asegurar la salud pública y mantener el comercio internacional. El Laboratorio de Inocuidad y Control de los Alimentos utiliza el análisis de isótopos estables para rastrear el origen de los alimentos, con lo que ayuda a los países a que sus productos cumplan las normas internacionales. Estas técnicas de rastreo avanzadas protegen a los consumidores y fomentan la confianza en las cadenas mundiales de suministro de alimentos. De forma complementaria, la irradiación de alimentos, una tecnología delicada y no invasiva, preserva el contenido nutricional, el sabor y la calidad general de los productos alimenticios. Este método garantiza que los alimentos se puedan exportar cumpliendo los requisitos internacionales de inocuidad de los alimentos, y llegar a los consumidores de todo el mundo. Al sustituir el uso de productos químicos o el calor, la irradiación de alimentos reduce los costos y las pérdidas, contribuyendo así a unas modalidades de consumo más sostenibles.

La labor del OIEA también abarca la mejora de la inocuidad de los alimentos mediante la aplicación de técnicas nucleares para detectar posibles contaminantes. Los científicos de los Laboratorios para el Medio Ambiente Marino, por ejemplo, ayudan a los investigadores a encontrar biotoxinas peligrosas en las algas marinas que pueden dar lugar a focos de alimentos marinos contaminados.

 

El control de plagas es otro elemento crítico en la protección de los cultivos. Durante más de seis decenios, el Laboratorio de Lucha contra Plagas de Insectos ha sido pionero en la técnica del insecto estéril (TIE), que utiliza la radiación para esterilizar insectos y limitar las poblaciones de plagas. La TIE, que permite desde prevenir los brotes de mosca de la fruta en América Latina hasta controlar los mosquitos que propagan enfermedades, ha revolucionado la gestión sostenible de plagas, beneficiando tanto a la agricultura como a la salud pública, y reduciendo al mismo tiempo el uso de plaguicidas.

 

Proteger la planeta

La salud de nuestros océanos es una preocupación básica ante la contaminación, el cambio climático y la sobreexplotación. El Laboratorio de Estudios del Medio Ambiente Marino monitoriza contaminantes como los metales pesados y los hidrocarburos del petróleo, y suministra datos vitales para proteger los ecosistemas marinos.

 

A su vez, el Laboratorio de Radioecología aborda la contaminación por plásticos por medio de la iniciativa Tecnología Nuclear para el Control de la Contaminación por Plásticos (NUTEC Plastics), que utiliza técnicas nucleares para rastrear microplásticos en los organismos marinos y evaluar sus repercusiones a largo plazo en los ecosistemas.

 

Los Laboratorios del OIEA para el Medio Ambiente, incluido el Laboratorio de Radiometría, amplían aún más esta labor mediante el seguimiento de la radiactividad ambiental en 90 países. Los datos que recopilan sirven de base para las políticas destinadas a preservar la salud de los océanos. El Centro Internacional de Coordinación sobre la Acidificación de los Océanos desempeña una función clave en la lucha contra la acidificación de los océanos, proporcionando a los países herramientas como datos sobre los niveles de pH, métodos de monitorización normalizados y técnicas de modelización, y permitiéndoles así adaptarse a las condiciones marinas cambiantes.

 

En tierra, el Laboratorio de Radioquímica del Medio Ambiente Terrestre apoya a los países en la monitorización de contaminantes, con lo que ayuda a las comunidades a responder a las emergencias ambientales. Mediante el suministro de materiales de referencia y pruebas de competencia, este laboratorio garantiza que los laboratorios de todo el mundo puedan medir con exactitud la radiactividad y la contaminación industrial, para proteger tanto la salud humana como el medio ambiente.

 

Transformar la asistencia sanitaria a nivel mundial

El desafío de proporcionar asistencia sanitaria segura y eficaz es de carácter universal. El Laboratorio de Dosimetría del OIEA vela por que los pacientes que se someten a radioterapia en todo el mundo reciban la dosis correcta, salvaguardando así su salud. También desempeña un papel fundamental en la calibración de equipos de diagnóstico por la imagen, como los aparatos de rayos X y los escáneres de TC, con lo que garantiza que los procedimientos administren dosis exactas de radiación a los pacientes. El laboratorio, que ha realizado más de 5500 verificaciones dosimétricas y lleva más de 3000 instrumentos calibrados, favorece el uso exacto de la radiación en los hospitales y ayuda así a que millones de pacientes reciban tratamientos que salvan vidas reduciendo al mínimo los riesgos.

 

Las amenazas sanitarias de carácter mundial, como la resistencia a los antimicrobianos y las enfermedades zoonóticas, van en aumento. El Laboratorio de Producción Pecuaria y Salud Animal hace frente a estas amenazas apoyando la iniciativa ZODIAC (Medidas Integradas contra las Enfermedades Zoonóticas) y utilizando técnicas nucleares y otras técnicas conexas para diagnosticar, monitorizar, prevenir y controlar las enfermedades zoonóticas y animales. Además, el laboratorio ayuda a los países a optimizar las prácticas de reproducción y cría del ganado, mejorar la nutrición animal y fomentar la producción pecuaria sostenible. Durante la pandemia de COVID-19, el laboratorio prestó apoyo a más de 286 laboratorios de 128 países, proporcionándoles kits de diagnóstico esenciales y equipos de protección individual, lo que pone de relieve su función vital en materia de preparación sanitaria a escala mundial.

 

Fomentar la ciencia y la tecnología

La innovación en ciencia y tecnología es esencial para resolver los desafíos más importantes a escala mundial. El Laboratorio de Ciencias e Instrumentación Nucleares promueve la instrumentación y las técnicas nucleares de vanguardia, y dota a los países de las herramientas y los conocimientos especializados necesarios para monitorizar la radiación y desarrollar nuevas aplicaciones nucleares. Ya sea mediante espectrometría de rayos X, generadores de neutrones o tecnología de aceleradores, este laboratorio desarrolla tecnología de apoyo a la capacidad mundial en materia de monitorización radiológica, seguridad física nuclear, protección ambiental y desarrollo industrial.

 

 

11/2024
Vol. 65-4

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