Los piensos y forrajes nutritivos constituyen un insumo fundamental para toda industria ganadera saludable y productiva. Mediante el uso de tecnologías nucleares y tecnologías conexas, contribuimos a optimizar los recursos alimentarios y las prácticas de alimentación necesarias para responder a las carencias actuales y la demanda futura de productos alimentarios de origen animal.
Nutrición animal
Los piensos y forrajes constituyen los principales gastos de funcionamiento de cualquier explotación ganadera. No obstante, aun sumándolos a los pastos y tierras de pastoreo, no son suficientes para satisfacer la demanda actual de la industria ganadera. Existen otros factores que agravan el problema: el suministro de alimento, a menudo escaso, fluctúa en cantidad y calidad; muchos pastos autóctonos y residuos de cultivo acusan un desequilibrio de nutrientes, y los piensos concentrados comerciales, que podrían proporcionar una fuente de proteínas complementaria, no existen o su uso es limitado. El rápido crecimiento de la población, sumado a la degradación del suelo y el terreno, el constante aumento de la urbanización y la industrialización, y los efectos del cambio climático, también se hacen sentir.
Junto con la FAO, el OIEA ayuda a sus Estados Miembros a crear y a adoptar tecnologías de base nuclear que optimicen los recursos alimentarios y permitan definir prácticas de alimentación innovadoras que incrementen la productividad del ganado y ayuden a satisfacer la creciente demanda de alimentos de origen animal.
La innovación y las nuevas tecnologías pueden contribuir a optimizar la producción de piensos para animales
Para subsanar el desequilibrio que hay entre unos recursos cada vez más escasos y una demanda cada vez mayor, es preciso optimizar el uso de los distintos recursos alimentarios locales, como los pastizales naturales, las tierras de fincas privadas y los pastos cultivados. Ese proceso también ha de integrar a la industria cervecera y a otras agroindustrias, y debe incluir desde los desechos alimentarios y los subproductos de granos y los residuos de cultivo hasta los biocombustibles y los pastos de corte, así como plantas y productos vegetales menos conocidos que no se usan tradicionalmente como forraje.
La optimización del uso de los recursos debe basarse en la innovación y la validación continuas de las tecnologías. Se necesitan programas de investigación y desarrollo destinados a elaborar metodologías y directrices para el cultivo de gramíneas capaces de prosperar en climas difíciles y desarrollarse más deprisa en ciclos cortos de crecimiento, al tiempo que producen una mayor biomasa con un mayor grado de digestibilidad para el consumo animal.
Ello requiere la realización de análisis constantes del contenido nutricional de posibles recursos de piensos en laboratorios y mediante ensayos de campo. Sobre la base de los resultados de esas pruebas, los ganaderos pueden sustituir los piensos convencionales parcial o totalmente por prácticas de alimentación más innovadoras que utilicen recursos locales y tengan efectos directos en la productividad del ganado, sin dejar de proteger el medio ambiente y conservar los recursos naturales.
Cómo pueden contribuir las técnicas nucleares e isotópicas
Es posible utilizar una combinación de perfiles de n-alcanos con una concentración de carbono 13 natural en especies vegetales que ingieran los rumiantes y sean rastreables en las heces, a fin de determinar el consumo de alimento durante el pastoreo y ramoneo. El carbono 14 se utiliza para determinar la relación entre la absorción de purina (un compuesto orgánico) y la excreción de derivados de la purina en la orina, que refleja la eficacia de la digestión microbiana en el rumen (la primera cavidad del tracto gastrointestinal de los rumiantes).
La incorporación de fósforo 32, fósforo 33, nitrógeno 14 o azufre 35 en los microorganismos del rumen permite determinar la tasa de síntesis de las proteínas microbianas. Distintos minerales marcados, como el fósforo 32, el selenio 75, el calcio 45, el arsénico 76 y el cobre 67, se utilizan para investigar los desequilibrios de minerales en los animales de granja. La emisión de metano de los rumiantes se puede estimar mediante una dilución isotópica, utilizando metano marcado con hidrógeno 3 o con carbono 14.