Si bien Alejandría lleva el nombre de su famoso fundador, Alejandro Magno, no fue él quien erigió las primeras ciudades de esa parte de Egipto. A menudo, arqueólogos e investigadores encuentran objetos en los alrededores de esa urbe, en la bahía de Abu Qir, y emplean técnicas y tecnologías nucleares para datarlos y analizarlos.
Dina Atwa es una de esas investigadoras y trabaja en el Centro de Conservación del Gran Museo Egipcio. En colaboración con la Instalación Europea de Radiación Sincrotrónica (Francia) y el centro del sincrotrón Elettra (Italia), la Sra. Atwa empleó la radiación sincrotrónica para estudiar ocho monedas antiguas dentro de un ámbito de estudio denominado “arqueometría de metales”. Gracias a los rayos X de esos sincrotrones, que no dañan las monedas, la Sra. Atwa recopiló datos sobre la composición, la fabricación y los procesos de corrosión de las monedas, y concluyó que databan de la época ptolemaica (305 a.C. a 30 a.C.), posterior a la conquista de Alejandro Magno.
La Sra. Atwa es uno de los 125 expertos de 48 países (incluidos Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, México, Panamá, Perú y República Dominicana) que se reunieron en el Taller sobre Enfoques Innovadores en materia de Ciencia y Tecnología de Aceleradores para la Gestión Sostenible del Patrimonio. El evento de cuatro días se celebró de manera virtual y presencial en Austria el pasado junio. En él los expertos expusieron sus técnicas y hablaron de oportunidades de colaboración para preservar y entender el patrimonio cultural.
“La tecnología de los aceleradores puede emplearse para estudiar bienes del patrimonio cultural y obtener datos cuantitativos sobre su antigüedad, historia, proceso de fabricación y composición”, dice Aliz Simon, organizadora del evento y Física Nuclear del OIEA. La Sra. Simon, quien se especializa en aceleradores y encabeza la labor del Organismo sobre caracterización del patrimonio, explica: “Con las técnicas nucleares, se pueden estudiar objetos históricos para entender el pasado y preservarlos en el futuro. Al reunir a los investigadores en este taller, fomentamos el intercambio de información especializada sobre técnicas nucleares para el avance de la arqueología, la antropología y la ciencia forense hacia la gestión sostenible del patrimonio en todo el mundo”.
En mayo, el Organismo publicó una edición de su emblemática revista trimestral, el Boletín del OIEA, en la que se trataba el tema de las aplicaciones de los aceleradores y otras fuentes de radiación ionizante. En ella se aborda el uso de esas tecnologías para caracterizar y preservar bienes históricos y para detectar obras de arte falsificadas.
La tecnología de los aceleradores puede emplearse para estudiar bienes del patrimonio cultural y obtener datos cuantitativos sobre su antigüedad, historia, proceso de fabricación y composición.