Los bebés de Sudáfrica, que en otro tiempo presentaban un alto riesgo de malnutrición, enfermedades e incluso muerte, ahora tienen un futuro más esperanzador, ya que las técnicas nucleares ayudan a las madres a ser más diligentes en la práctica de la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida del niño.
Los niños amamantados son más resistentes a las enfermedades y las infecciones que los alimentados con fórmula infantil, señala la Organización Mundial de la Salud, que recomienda que los bebés consuman únicamente leche materna desde el nacimiento hasta los seis meses de edad. Las investigaciones indican que los bebés amamantados tienen menos probabilidades de desarrollar diabetes, enfermedades cardiovasculares o cáncer en etapas posteriores de la vida.
“Sudáfrica tiene unas tasas muy bajas de lactancia materna exclusiva, y la mejora de las prácticas de lactancia materna para invertir los desalentadores índices de mortalidad infantil de nuestro país se ha convertido en una prioridad urgente”, afirmó Anna Coutsoudis, profesora del Departamento de Pediatría y Salud Infantil de la Universidad de KwaZulu-Natal de Sudáfrica.
Los profesionales de la salud, especialmente los de los países en desarrollo, han estado promoviendo esta idea en clínicas, centros de salud y salas de maternidad, con el objetivo de prevenir la malnutrición, las enfermedades e incluso la muerte de los niños.
Los funcionarios de salud de Sudáfrica pensaban que sus esfuerzos estaban dando frutos, porque las investigaciones (que se basaban en la información sobre la frecuencia de la lactancia materna facilitada por las madres) revelaban un aumento significativo de las cifras. Sin embargo, el índice de mortalidad infantil no había experimentado un descenso proporcional.
En 2013 nacieron en Sudáfrica alrededor de 1,1 millones de bebés, y 33 de cada 1000 nacidos vivos acabaron muriendo en el plazo de un año, según las estadísticas oficiales del país.
Algo no iba bien.
Detector de mentiras nuclear
En 2010, investigadores de Sudáfrica, con financiación y apoyo del OIEA, empezaron a usar un método nuclear no radiactivo llamado técnica de dilución de deuterio (véase Dilución de deuterio) para obtener cifras exactas sobre cuántos bebés estaban siendo alimentados exclusivamente con leche materna y saber cuándo se estaban introduciendo alimentos complementarios en la dieta de los bebés.
Los resultados fueron alarmantes y mostraron que las estimaciones sobre la lactancia materna exclusiva facilitadas por las madres eran muy exageradas en comparación con la información, más exacta, obtenida mediante la técnica de dilución de deuterio, dijo Coutsoudis.
El programa de tutoría y asesoramiento había tenido una gran repercusión en el aumento de las tasas de lactancia materna exclusiva.