Un grupo de científicos realizó estudios para encontrar soluciones a la malnutrición infantil en Guatemala, México y otros cuatro países de ingresos medianos, y, más concretamente, a la deficiencia de vitaminas y de minerales esenciales. Los resultados sugieren que es posible mejorar la nutrición y la salud de los niños si se combinan correctamente alimentos locales y acordes a su cultura.
“Se generó una cantidad considerable de datos que demuestran que estas simples estrategias de alimentación son muy útiles para mejorar la ingesta de micronutrientes en bebés y niños de corta edad”, explica Victor Owino, del Departamento de Ciencias y Aplicaciones Nucleares del OIEA.
Las vitaminas y los minerales son fundamentales para la salud y están presentes en las verduras que consumimos. Sin embargo, la capacidad del cuerpo humano para absorber esos nutrientes depende de muchos factores, como la combinación de alimentos que consumimos, cómo los cocinamos y la composición interna de cada uno de ellos; este concepto se conoce como “biodisponibilidad” de los nutrientes. Por ejemplo, aunque consumamos a menudo determinada verdura rica en hierro, podemos igualmente sufrir problemas de salud relacionados con una ingesta insuficiente de hierro, ya que otros compuestos de esa verdura o de otros ingredientes de esa comida pueden estar impidiendo la absorción de ese nutriente.
Mediante el uso de técnicas de isótopos estables (véase el recuadro “Base científica”), los investigadores pudieron establecer cuánto hierro y zinc se absorbía de determinadas comidas o combinaciones de comidas, y en qué medida la provitamina A presente en algunas comidas de origen vegetal se convertía en vitamina A una vez en el cuerpo. De los resultados se desprende que existen otras posibilidades de mezclar de alimentos locales que podrían mejorar la nutrición y la salud de los niños de corta edad.