La Jornada Mundial de la Juventud dedicada a los jóvenes católicos, que se celebró a fines de enero en Panamá y a la que asistieron el Papa Francisco y los presidentes de Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá y Portugal, fue un gran evento en el que, durante cinco días, se celebraron conciertos, vigilias, rezos, misas y otras actividades.
Las autoridades de Panamá, que se encargaron de la seguridad durante el encuentro, pidieron asistencia al OIEA para incorporar la seguridad física nuclear a su dispositivo general de seguridad.
Garantizar la seguridad física nuclear es importante para el éxito de cualquier gran evento público. Es necesario adoptar medidas para impedir que se usen materiales nucleares y radiactivos de forma malintencionada y sin control reglamentario. La propagación de material radiactivo en un evento de ese tipo podría tener graves consecuencias sanitarias, sociales, psicológicas, políticas, económicas y ambientales.