Los agricultores de África pronto se beneficiarán de nuevas variedades de sorgo resistentes a la striga (también conocida como “hierba bruja”), una de las plantas parasitarias más devastadoras que perjudican el rendimiento de los cultivos en el continente. Con el apoyo del OIEA y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se han desarrollado líneas de sorgo mejoradas con resistencia a la striga mediante la irradiación con rayos gamma. “Este importante logro es de gran trascendencia, especialmente cuando nos estamos preparando para el Año Internacional de la Sanidad Vegetal 2020”, dijo Qu Liang, Director de la División Mixta FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura.
“Para los agricultores africanos, la disponibilidad de variedades de sorgo resistentes a la striga será un gran avance: mejorará los medios de vida de las comunidades rurales y contribuirá a la seguridad alimentaria”, aseguró Abdelbagi Ghanim, fitomejorador y genetista de la División Mixta FAO/OIEA, quien agregó que la infestación por striga es una lacra que sigue planteando un enorme desafío para la productividad de los cultivos, al reducir la capacidad nacional y regional de producir alimentos.
La striga está presente en distintas partes de África, Asia y Australia, y las mayores pérdidas de cosechas se registran en las sabanas africanas. La FAO estima que las pérdidas de cosechas anuales por culpa de la striga en África superan los 7000 millones de dólares, lo que afecta a más de 300 millones de personas. Según el Sr. Ghanim, hasta 50 millones de hectáreas de cultivos están infestadas de striga. “La striga es un grave obstáculo biológico para la producción de cereales en la mayor parte de África Subsahariana y en las regiones tropicales semiáridas de Asia”. Cultivos como el sorgo, el mijo, el maíz y el arroz de montaña son los más proclives a la amenaza de esta planta parasitaria.