El cáncer, además de un grave problema de salud para las personas, es un desafío cada vez mayor para el desarrollo, que tiene graves consecuencias en el bienestar nacional y los presupuestos sanitarios de los gobiernos. Según el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud, en 2010 el costo económico anual total del cáncer se estimó en 1,16 billones de dólares de los Estados Unidos. Se prevé que esta cifra siga subiendo, ya que cada año aumenta el número de personas que padecen cáncer: a nivel mundial, en 2018, los casos de cáncer superaron los 18 millones y se registraron 9,6 millones de fallecimientos. De aquí a 2030 se prevé que estas cifras anuales aumenten hasta alcanzar los 24 millones de casos y 13 millones de fallecimientos.
Muchos países de ingresos medianos y bajos no pueden ofrecer suficientes servicios de diagnóstico y tratamiento del cáncer y se ven obligados a enviar a los pacientes al extranjero para recibir asistencia, lo que resulta costoso y puede ser una carga para los pacientes y sus familias. El establecimiento de servicios nacionales de atención oncológica, comprendidas las instalaciones de radioterapia y unidades de medicina nuclear, es una tarea compleja que exige una cuidadosa planificación para contar con infraestructuras, equipos y capacitaciones muy especializados, así como para movilizar fondos.
El OIEA apoya desde hace mucho tiempo a los países para utilizar la tecnología nuclear en la salud. En lo que respecta al cáncer, ha estado transfiriendo tecnología y creando capacidades humanas e institucionales para el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad mediante el uso de tecnologías de la radiación. Por conducto de su programa de cooperación técnica, el OIEA ha capacitado a más de 2000 profesionales sanitarios y, desde 2011, ha proporcionado más de 172 millones de euros para ayudar a los países a desarrollar los servicios nacionales de atención oncológica. Solo en 2019, respaldó más de 125 proyectos relacionados con el cáncer a nivel mundial.
“Nuestro objetivo es colaborar con los Estados Miembros, en particular, con los países de ingresos medianos y bajos, para fomentar y consolidar sus capacidades de lucha contra el cáncer y así poder tratar de forma segura y eficaz a un mayor número de pacientes”, afirma Dazhu Yang, Director General Adjunto y Jefe del Departamento de Cooperación Técnica del OIEA.
El apoyo del OIEA en este ámbito incluye capacitación especializada para desarrollar los recursos humanos y asesoramiento especializado en todas las fases del proceso, así como los recursos, los materiales y el equipo necesarios para tener instalaciones operativas y para poder ofrecer servicios.
Los efectos de este apoyo pueden verse en países como Sri Lanka, que lleva más de 40 años colaborando con el OIEA para desarrollar los servicios de atención oncológica del país. En los últimos ocho años, por ejemplo, esta colaboración ha dado lugar a mejoras de las capacidades de imagenología en medicina nuclear y a que haya especialistas muy capacitados para prestar servicios de diagnóstico en Sri Lanka.
En la ciudad de Kandy, en la zona central de Sri Lanka, se ha establecido una unidad de medicina nuclear completamente equipada para complementar a una instalación similar en Galle, ciudad al sur del país. Asimismo, se está construyendo una nueva instalación en el norte, cerca de Jaffna. Está previsto que en octubre de 2019 Sri Lanka reciba una misión de evaluación imPACT del OIEA, en la que los expertos analizarán los progresos del país y ayudarán a definir planes para avances futuros en lo que respecta al control del cáncer.
Nuestro objetivo es colaborar con los Estados Miembros, en particular, con los países de ingresos medianos y bajos, para fomentar y consolidar sus capacidades de lucha contra el cáncer y así poder tratar de forma segura y eficaz a un mayor número de pacientes.