“Todo está bajo control”. Con estas palabras finalizó el último de los cuatro escenarios de un ejercicio de audio realizado en un taller sobre la seguridad radiológica y la seguridad física del material radiactivo, que se impartió en español. La simulación se centró en el suministro tecnológica y físicamente seguro de material radiactivo e ilustró situaciones que ejemplificaban la función de los líderes y del personal directivo, así como los atributos de una cultura de la seguridad tecnológica y física.
Mientras que la seguridad tecnológica nuclear trata de prevenir la exposición a la radiación, la seguridad física nuclear se ocupa de prevenir el uso del material radiactivo para fines dolosos. Ambos tipos de seguridad comparten el objetivo de proteger a las personas y al medio ambiente. Por ello, cuando las medidas de seguridad tecnológica y seguridad física se implementan de manera integrada, pueden complementar la integridad de cada una sin comprometer ninguna.
“Cuando se aplican medidas de seguridad física, a menos que uno sea cuidadoso, se puede estar impidiendo la ejecución de medidas de seguridad tecnológica, y viceversa. Es importante asegurar que una decisión no tiene consecuencias negativas ni en la seguridad tecnológica ni en la física”, dijo Manuel Recio, Especialista Superior del OIEA en seguridad radiológica. “Es importante integrar a las personas y los sistemas de distintas esferas de manera armoniosa”.
El ejercicio formó parte de un taller virtual de dos semanas de duración que acogió el OIEA en marzo e iba dirigido a los Estados Miembros del OIEA de América Latina. El taller, el primero de su tipo en combinar la seguridad tecnológica con la física, facilitó la elaboración, el establecimiento y el mantenimiento de sistemas de gestión integrada para órganos reguladores, en consonancia con las normas de seguridad y las orientaciones sobre seguridad física nuclear del OIEA. “Un sistema de gestión integrada en el marco de la autoridad reguladora es algo muy importante, puesto que permite cumplir las metas y los objetivos de manera eficiente y eficaz”, dijo Iralda Ramos, Jefa de la Autoridad Reguladora del Ecuador, quien participó en el taller. “Esto se consigue estableciendo procesos dentro de un sistema integrado y unificando la comunicación y las metodologías de capacitación de todos los miembros de la autoridad reguladora”.
El taller fue una actividad organizada en el marco de un proyecto del OIEA, conocido como el Proyecto de Desarrollo de Infraestructura de Reglamentación, financiado por el Gobierno del Canadá en América Latina y el Caribe, y por medio del cual se presta apoyo a los países para que establezcan o mejoren su infraestructura nacional de reglamentación en materia de seguridad radiológica y seguridad física del material radiactivo. El taller combinó la seguridad tecnológica y la física porque “la mayoría de los países de la región cuentan con el mismo órgano regulador para ambos tipos de seguridad y, por tanto, deben establecer sistemas de gestión que ofrezcan soluciones eficaces que cumplan al mismo tiempo los objetivos de seguridad tecnológica y seguridad física de su organización”, dijo Luisa Aniuska Betancourt Hernández, Oficial de Seguridad Física Nuclear del OIEA.
Además de 25 módulos de aprendizaje que abarcaron esferas como la gestión del cambio, la integración, el enfoque graduado y la mejora constante, el programa del taller incluyó cuatro ejercicios prácticos y dos debates. Los grupos deliberaron sobre la función y la responsabilidad del personal directivo superior y sobre los beneficios y los desafíos que conlleva establecer un sistema de gestión integrada. Según el Sr. Recio, el programa se concibió con el fin de maximizar la interacción de los participantes para que ellos mismos experimentaran los beneficios de un sistema de gestión integrada.
Asistieron al taller 41 participantes —17 hombres y 24 mujeres— en representación de 13 países de toda América Latina y el Caribe. Los participantes se repartieron en tres niveles: el personal directivo superior, el personal directivo y los especialistas que se ocupan del funcionamiento de un órgano regulador. Cada sesión del taller se centró en un nivel específico.