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Día Mundial de los Océanos: la tecnología nuclear ayuda a estudiar los mares de Colombia

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Un grupo de científicos en el INVEMAR, el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras de Colombia. A la izquierda, huesos de ballena. (Fotografía: L. Gil/OIEA)

Los océanos son vida. De ellos proviene la mitad del oxígeno que respiramos y una buena parte de las proteínas que ingerimos. Aun así, los contaminantes, especialmente los que se derivan de la actividad humana, siguen amenazando nuestros océanos. El aumento en las cantidades de dióxido de carbono (CO2) está cambiando la química del agua del mar, y muchos contaminantes no solo están dañando la vida marina, sino que también se están abriendo paso a través de la cadena alimentaria hasta nuestra mesa.

Una sola gota de agua del océano basta para que los científicos puedan utilizar la tecnología nuclear y poner de manifiesto procesos que nos ayuden a comprender mejor nuestro medio ambiente marino. Científicos de todo el mundo están pidiendo apoyo al OIEA para utilizar técnicas de base nuclear a fin de estudiar los océanos y estar mejor preparados para protegerlos.

Para conmemorar el Día Mundial de los Océanos, en este artículo examinamos la ayuda que el OIEA ha estado prestando a Colombia, un país cuyo territorio marino representa prácticamente el 50 % del territorio total, para abordar este desafío.

Desde el inicio de la colaboración en 2007, funcionarios del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras de Colombia (INVEMAR) han recibido equipo y capacitación especializada en técnicas de base nuclear que actualmente utilizan para estudiar fenómenos que afectan a las aguas de Colombia, como la acidificación de los océanos y los efectos de los microplásticos y de otros tipos de contaminación.

“Una gran parte del territorio de Colombia, que abarca una superficie de 1 millón de kilómetros cuadrados, está rodeada por el océano”, señala Francisco Arias, Director General del INVEMAR. “Las técnicas nucleares proporcionan una amplia gama de oportunidades para estudiar nuestros mares, que van desde identificar los metales pesados ahí presentes hasta medir la creciente acidez del océano y estudiar de qué manera afectará a determinados organismos”.

Un científico analiza muestras de agua en el INVEMAR, en Santa Marta (Colombia). (Fotografía: L. Gil/OIEA)

La acidificación de los océanos es una alteración de la composición química del agua del mar debida al aumento acelerado de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. Este fenómeno constituye una amenaza cada vez más grave para organismos como los corales y los moluscos. La pérdida de los corales podría suponer un duro golpe para Colombia, que tiene la fortuna de atraer turismo costero gracias a sus playas y a su rica vida marina. De modo similar, el debilitamiento de las conchas de los moluscos puede afectar a la industria pesquera del país. Los investigadores están estudiando estos potenciales efectos futuros para ayudar a los responsables de la formulación de políticas a que adopten medidas adecuadas contra la acidificación de los océanos.

El INVEMAR también está investigando las causas y los efectos de la contaminación marina y costera. Debido a la contaminación antropogénica, la calidad del agua se está deteriorando, lo que repercute sobre los organismos vivos que habitan en el medio marino, la salud humana y, además, la economía de Colombia. Recientemente, distintos estudios realizados por el INVEMAR y los Laboratorios del OIEA para el Medio Ambiente en los que se utilizaron técnicas de base nuclear han ayudado a determinar la cantidad exacta de mercurio depositado desde los años setenta en los sedimentos de la bahía de Cartagena, en la región Caribe de Colombia. Los resultados obtenidos por los científicos están ayudando a las autoridades a realizar evaluaciones del riesgo y adoptar las medidas precautorias pertinentes.

De entre todos los contaminantes, los microplásticos son uno de los más preocupantes, complejos y difíciles de manejar, a causa de sus dimensiones, ya que estas partículas de plástico que acaban en los océanos tienen un tamaño inferior a cinco milímetros y, por lo tanto, son difíciles de rastrear. Proceden de materiales manufacturados para uso industrial y doméstico, como el velcro o el detergente para la ropa. Los investigadores del INVEMAR han participado en cursos organizados en el marco del programa de cooperación técnica del OIEA sobre métodos para rastrear estos contaminantes y estudiar sus efectos sobre los organismos marinos.

Compartir la ciencia nuclear

En palabras del Director General del instituto, Sr. Arias, la esencia del INVEMAR es compartir con otras instituciones del país las capacidades que está adquiriendo gracias a los proyectos del OIEA. “Creemos que la parte más valiosa de este trabajo es compartir nuestros métodos, nuestros resultados y nuestros análisis con la comunidad científica en sentido más amplio”.

Por ejemplo, el INVEMAR acogió el mes pasado en Santa Marta un taller que reunió a más de 20 científicos y comunicadores de América Latina y el Caribe para transformar los resultados de su labor científica sobre el medio ambiente marino, obtenidos por medio de técnicas de base nuclear, en productos de comunicación para los responsables de la formulación de políticas. Si desea más información sobre el taller, puede leer este artículo.

También a escala nacional, el INVEMAR tiene una política de puertas abiertas por la cual otras entidades del país pueden utilizar el equipo y las técnicas de base nuclear del instituto incluso en ámbitos ajenos al estudio de los océanos. Por ejemplo, algunos de los equipos y técnicas que administra el INVEMAR se están utilizando para apoyar la gestión sostenible de los recursos hídricos y la energía hidroeléctrica en el país por medio del estudio de las tasas de sedimentación en ríos y zonas costeras.

“La idea es utilizar INVEMAR como punto de referencia, o centro colaborativo, para otros institutos en Colombia”, afirma Juan Pablo Parra, del Ministerio de Minas y Energía, que actúa como coordinador ante el OIEA. “Para aprovechar las capacidades y compartirlas a nivel nacional, en lugar de tenerlas atomizadas en una sola institución”.

El INVEMAR alberga una colección de organismos marinos y costeros preservados provenientes de Colombia. (Fotografía: L. Gil/OIEA)

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