La mayor instalación del mundo para el tratamiento de aguas residuales mediante haces de electrones, que tiene capacidad para tratar 30 millones de litros de aguas residuales industriales al día, se inauguró en China en junio de 2020. Gracias a la construcción mediante tecnología transferida por el OIEA desde 2010, el proceso de tratamiento permitirá ahorrar anualmente 4500 millones de litros de agua dulce, cantidad suficiente para saciar la sed de 100 000 personas al año.
La planta, que funciona en el sur de China en Guanhua Knitting Factory, el mayor importador mundial de hilado peinado, emplea tecnología de haces de electrones para tratar agua contaminada con residuos de colorantes industriales cuyas moléculas, largas y complejas, no pueden descomponerse utilizando bacterias o productos químicos, pero sí mediante tecnología de haces de electrones. De ese modo, el agua tratada puede reutilizarse.
En la industria textil de China, principal productor mundial del sector, tradicionalmente se han empleado productos químicos para tratar las aguas residuales. Sin embargo, dado el fortalecimiento de las políticas de protección ambiental, la industria está recurriendo a la tecnología de haces de electrones, que ofrece un método de tratamiento de aguas residuales muy eficiente y respetuoso con el medio ambiente.
“Normalmente, esas aguas residuales se tratarían mediante procesos químicos que generan desechos secundarios”, indica Bum Soo Han, radioquímico del OIEA. “El tratamiento de aguas residuales por haces de electrones es un método ecológico y eficaz en relación con los costos, ya que permite ahorrar tiempo de tratamiento y los costos de los productos químicos sin generar desechos secundarios”.
Todo comenzó en 2012 como proyecto de cooperación técnica del OIEA a través del cual científicos chinos elaboraron un programa para tratar aguas residuales con haces de electrones. El apoyo del OIEA incluyó becas en instalaciones existentes en otros países, un curso nacional de capacitación y asesoramiento de expertos visitantes que brindaron orientación sobre el desarrollo del proyecto.
“En 2013 estuve becado en Hungría con apoyo del OIEA”, expresa Shijun He, Profesor en el Instituto de Tecnología de la Energía Nuclear y de las Nuevas Energías (INET) de la Universidad de Tsinghua. “El trabajo en un laboratorio internacional y la participación en cursos de capacitación se reflejan directamente en la labor que hoy llevamos a cabo”.