La competencia está al rojo vivo en la milmillonaria carrera mundial por hacerse con minerales y metales de alta pureza, puesto que los recursos conocidos van escaseando y no deja de crecer la demanda para usarlos en todo tipo de productos cotidianos, desde teléfonos móviles hasta cacerolas y sartenes. Para países como Chile, la tecnología de la radiación resulta fundamental para mantener su ventaja competitiva.
“La tecnología de la radiación ofrece unas ventajas difíciles de igualar frente a otras técnicas”, declara Francisco J. Díaz Vargas, socio fundador de Trazado Nuclear e Ingeniería, una organización chilena que ofrece asesoramiento a empresas mineras sobre procesos de extracción de minerales y metales. “Estos instrumentos se han convertido en parte fundamental de nuestra manera de desarrollar la industria más importante del país y de afianzar nuestra posición como exportador mundial.”
Gracias a la riqueza de Chile en reservas minerales, su pujante industria minera aporta alrededor de un 9 % al producto interno bruto (PIB) del país y realiza aproximadamente la mitad de las exportaciones de Chile. El país es el mayor productor del mundo de cobre, un metal que se exporta para su uso en aleaciones, edificios y equipamiento eléctrico, entre otras aplicaciones. Las minas chilenas son también una importante fuente de molibdeno, elemento químico que desempeña una función crítica en más del 80 % de los procedimientos de medicina nuclear.
Con el propósito de mantener la prosperidad de su industria nacional y de ayudar a satisfacer la creciente demanda de exportaciones, las empresas chilenas de extracción minera están colaborando con el OIEA en el empleo de radiotrazadores y sondas nucleónicas (véase Radiotrazadores y sondas nucleónicas) para optimizar sus procesos de producción y extracción con objeto de lograr una mayor eficiencia en la detección y medición de concentraciones de minerales y metales. Según Díaz Vargas, la tecnología de la radiación, comparada con las técnicas tradicionales, resulta más eficaz para mejorar la calidad de los productos, optimizar los procesos y ahorrar energía.
“En muchos casos, simplemente no resulta práctico utilizar técnicas de trazadores tradicionales, ya que conllevan el empleo de equipos de gran envergadura y demasiado voluminosos para desplazarlos o utilizarlos sobre el terreno. Los radiotrazadores son más portátiles”, explica Díaz Vargas. “También son más precisos y rápidos que las técnicas tradicionales, lo que significa que pueden ahorrarnos tiempo y dinero porque tendremos una noción más exacta de las cantidades que previsiblemente se extraerán y procesarán.”
El empleo de técnicas innovadoras como estas es esencial si se pretende seguir liderando un mercado mundial cada vez más competitivo y garantizar un suministro constante de metales y minerales, señala Patrick Dominique M. Brisset, especialista en tecnología industrial del OIEA.
Según la publicación World Mineral Statistics del Servicio Geológico Británico, cada año se extraen de las reservas naturales de la corteza terrestre y se procesan más de 2700 millones de toneladas métricas de metales y minerales. Estos minerales y metales se utilizan para una ingente cantidad de productos de todo tipo, desde maquinaria hasta dispositivos electrónicos, pasando por enseres domésticos y piezas de automoción. Solo para la fabricación de computadoras se utilizan 60 tipos de metales diferentes en la producción de carcasas exteriores, circuitos impresos y chips.
A medida que aumenta la población mundial y que mejoran las condiciones de vida, la demanda de productos que contienen ese tipo de materiales también va en aumento. Sin embargo, el reto que plantea hallar minerales y metales fácilmente extraíbles, al que debe añadirse el prolongado proceso de la extracción (normalmente transcurren de 10 a 15 años desde que se descubre un yacimiento hasta que da comienzo la extracción), hace cada vez más difícil satisfacer una demanda en constante crecimiento.
“Satisfacer la demanda se está convirtiendo en algo tan sumamente complicado porque a nivel mundial se están agotando las fuentes de metales y minerales de alta pureza, y son cada vez más difíciles de encontrar, así que los países se ven obligados a buscar nuevas maneras de mantener el ritmo”, dice Brisset.
Gracias al apoyo que les brinda el OIEA, especialistas de todo el mundo están produciendo conocimientos y creando competencias en el uso de las técnicas nucleares en las industrias de la extracción, la metalurgia y el procesamiento de minerales. También están colaborando estrechamente con expertos de países como Chile, que a lo largo de los años han acumulado conocimientos especializados basados en unas prácticas e infraestructuras de extracción bien consolidadas.
“La industria está creciendo rápidamente. Si las técnicas de radiación se desarrollan y se aplican a gran escala, podríamos estar hablando de unos ahorros anuales que superarían los 19 000 millones de dólares en todo el planeta, procedentes de unos procesos de extracción y producción más eficientes y de una menor dependencia de la mano de obra”, declara Brisset.
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Este es uno de los varios temas que abordarán más de 300 expertos y funcionarios en la Conferencia Internacional sobre las Aplicaciones de la Ciencia y la Tecnología de la Radiación (ICARST) del OIEA, que se celebrará del 24 al 28 de abril de 2017. Para más detalles sobre la conferencia, visite este enlace y obtenga información actualizada a través de los medios sociales, #ICARST17.
La tecnología de la radiación ofrece unas ventajas difíciles de igualar frente a otras técnicas. Estos instrumentos se han convertido en parte fundamental de nuestra manera de desarrollar la industria más importante del país y de afianzar nuestra posición como exportador mundial.