Los contaminantes marinos y de origen terrestre que afectan las costas y los océanos pueden incluso llegar a penetrar en los alimentos de origen marino. Estos contaminantes pueden ser sustancias nocivas, como el mercurio (un metal pesado tóxico) y pesticidas y productos químicos industriales. En los Laboratorios del OIEA para el Medio Ambiente en Mónaco se investiga cómo los contaminantes pasan de la tierra al océano y de allí a nuestro plato.