El mundo se enfrenta a desafíos, algunos de carácter existencial y otros muy graves. Mientras la inseguridad alimentaria va a más, los recursos de agua dulce van a menos. El entorno natural se ve amenazado. Y hay un desafortunado factor que acelera el proceso: el cambio climático. La carga de estos desafíos afecta de forma desproporcionada a las personas que viven en economías en desarrollo, en particular en países de ingresos medianos y bajos. Los tratamientos contra el cáncer con los que se logran salvar vidas están distribuidos de manera desigual, por lo que la enfermedad resulta curable en algunos países y es una condena de muerte en otros.
Desde hace casi 60 años, el OIEA ayuda a afrontar esos desafíos y a facilitar la colaboración transfronteriza. Ha ayudado a aumentar drásticamente la capacidad de los Estados Miembros para utilizar la ciencia y la tecnología nucleares con miras a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los usos de la energía nuclear son tan amplios que contribuyen directamente a alcanzar más de la mitad de los ODS e, indirectamente, todos ellos.
Los 12 laboratorios del OIEA en Austria y Mónaco son un elemento singular dentro del sistema de las Naciones Unidas. Traducen la investigación nuclear en aplicaciones prácticas en la alimentación y la agricultura, la gestión de los recursos hídricos, la monitorización marina y la atención oncológica, al tiempo que proporcionan capacitación y facilitan la creación de capacidad para los Estados Miembros.
El programa de cooperación técnica (CT) del OIEA transfiere tecnologías y aplicaciones nucleares a los Estados Miembros. Mediante el intercambio de conocimientos, la creación de alianzas y la facilitación de la cooperación regional, el programa de CT ayuda a los países a abordar de forma sostenible sus prioridades más acuciantes, desde la alimentación y la agricultura hasta la energía.
En el presente número del Boletín del OIEA figuran algunos ejemplos de aplicaciones nucleares y cómo estas están ayudando a aumentar la seguridad alimentaria, mejorar la gestión de los recursos hídricos, proteger nuestros océanos, hacer frente al impacto del cambio climático y reducir la brecha que existe en los países de ingresos medianos y bajos por lo que respecta a la atención oncológica.
El OIEA puso en marcha ZODIAC en 2020 para ayudar a los países a detectar, identificar y contener brotes de enfermedades que se originan en animales y pueden transmitirse a los seres humanos. Esta es nuestra contribución de cara a prevenir la próxima pandemia. En la actualidad, unos 100 laboratorios nacionales han recibido capacitación y 50 están recién equipados para hacer un seguimiento de enfermedades sirviéndose de técnicas nucleares, poner en común información y colaborar.
En un reciente estudio del OIEA se determinó que es posible encontrar contaminación por plásticos incluso en los remotos biomas de la Antártida. Nuestra iniciativa NUTEC Plastics ayuda a los países a luchar contra la contaminación por plásticos y ahora trabaja con 63 de ellos para rastrear el movimiento de los microplásticos por los ecosistemas. Otros 31 países están desarrollando nuevos procesos de suprarreciclaje y reciclaje de plásticos basados en la tecnología de la radiación.
Se prevé que el número de enfermos de cáncer en todo el mundo se duplique de aquí a 2045. A pesar de los avances en el tratamiento, el acceso a la atención oncológica es desigual. Millones de africanos siguen sin tener acceso a la radioterapia, que resulta esencial para aproximadamente la mitad de los enfermos de cáncer. Rayos de Esperanza mejora el diagnóstico y el tratamiento para quienes lo necesitan. Desde 2022, más de 80 países han solicitado apoyo y, de ellos, más de 20 han solicitado equipos especializados de radioterapia o imagenología médica. Diez instituciones de atención oncológica e investigación sobre el cáncer, repartidas por todas las regiones, son ahora centros de referencia de Rayos de Esperanza y concentran, a escala regional, conocimientos y capacitación.
La iniciativa Atoms4Food, que es parte de la alianza de larga data entre el OIEA y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, se basa en décadas de conocimientos especializados sobre gestión del suelo, cultivos y costas, así como sobre nutrición, y presta apoyo a los países en sus esfuerzos por mejorar la seguridad alimentaria y hacer frente al hambre. La iniciativa ofrece estrategias adaptadas con las que aumentar la productividad agrícola mediante el desarrollo de nuevas variantes de cultivos, así como con las que reducir al mínimo la pérdida de alimentos, garantizar la inocuidad de los alimentos, mejorar la nutrición y adaptarse a los desafíos climáticos.
La Conferencia Ministerial del OIEA sobre Ciencia, Tecnología y Aplicaciones Nucleares y el Programa de Cooperación Técnica se centrará en la innovación y la colaboración como medios para afrontar los desafíos mundiales en relación con la salud humana y la salud de nuestro planeta. La ciencia y la tecnología nucleares son parte de la solución, y pueden traer consigo aún más ventajas.