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La victoria mundial contra la COVID 19 requiere asociaciones creativas

Takako Ohyabu

Takako Ohyabu es la Directora de Asuntos Corporativos Internacionales de Takeda Pharmaceutical Company Limited. Posee amplia experiencia en comunicación corporativa internacional en diversas industrias y tiene formación en ciencias políticas y en administración y relaciones públicas.

La respuesta mundial a la COVID‑19 ha fortalecido la resiliencia de la humanidad y puesto de relieve el poder sin parangón de las alianzas creativas. También pone de manifiesto el considerable costo humano y financiero de los sistemas de salud precarios, con cuyas consecuencias lamentablemente están muy familiarizadas las comunidades que hacen frente a enfermedades infecciosas y no transmisibles en el mundo en desarrollo. Cuando empezó la lucha contra la COVID‑19, hacía ya mucho tiempo que se habían desatado batallas contra otras numerosas amenazas para la salud.

El reto que plantean las crisis sanitarias —ya sean inmediatas o gestadas durante décadas— es de más magnitud que desarrollar medicamentos o vacunas que sean seguros y efectivos. El mundo necesita la suficiente cantidad de trabajadores sanitarios cualificados para atender a todos los pacientes; cadenas de suministro que garanticen el acceso fiable al equipo indispensable, a agua limpia, alimentos y medicinas; atención preventiva constante para todos, especialmente para los niños, las madres y otros grupos de población vulnerables; comunidades empoderadas con conocimientos sobre los cuidados y con acceso a ellos, y mucho más. Todo esto requiere una multitud de asociados comprometidos en hacer el camino y mantener el rumbo.

El fortalecimiento de los sistemas de salud y de la creación de capacidad requiere compromisos financieros importantes y a largo plazo y se basa en alianzas intersectoriales e interinstitucionales que en ocasiones pueden ser difíciles de comprender y de mantener. Estas prioridades, que raramente producen resultados inmediatos anunciados a bombo y platillos, ofrecen beneficios que en tiempos de crisis brillan con luz propia, dado que hasta el más sofisticado arsenal de intervenciones y tecnologías no sería provechoso a gran escala sin sistemas de funcionamiento en que apoyarse.

Durante más de un decenio, el Programa Mundial de Responsabilidad Social Corporativa y las alianzas de Takeda han estado asumiendo compromisos a largo plazo para fortalecer los sistemas de salud y crear capacidad en el mundo en desarrollo. La lucha contra la COVID‑19 no hace sino amplificar la importancia de nuestro Programa Mundial de Responsabilidad Social Corporativa, así como las alianzas a las que damos apoyo y las capacidades que dichas alianzas han creado, que ahora son parte del bagaje mundial contra la pandemia.

En Takeda hemos meditado largo y tendido sobre cómo seguir prestando apoyo a lo que sabemos que es esencial para ayudar a los sistemas de salud a afrontar problemas muy arraigados y las emergencias existentes sin dejar por ello de responder al desafío nuevo y sin precedentes que plantea la COVID‑19. En el marco del Programa Mundial de Responsabilidad Social Corporativa, seguiremos apoyando la labor en curso con los sistemas de salud, como la salud de la madre, del niño y del recién nacido, así como el fortalecimiento de la cadena de suministro y la capacitación de los trabajadores sanitarios. También hemos creado, con homólogos de la industria, la alianza CoVIg‑19 Plasma Alliance para acelerar el desarrollo de un posible tratamiento con plasma para la COVID‑19, y hemos señalado maneras razonadas de movilizar recursos filantrópicos durante todo el ciclo de la pandemia y de seguir impulsando los sistemas de salud en estos momentos y a largo plazo.

Para nosotros es importante que en los esfuerzos que apoyamos se trabaje de manera colaborativa e integral, y no de forma aislada. ¿El resultado? Una donación de 23 millones de dólares de los Estados Unidos destinada a tres organizaciones de las Naciones Unidas: el OIEA, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Los esfuerzos singulares desplegados por estas organizaciones respectivamente para mejorar la capacidad nacional de diagnóstico, fortalecer las cadenas de suministro de la salud pública en situaciones de pandemia y velar por el acceso continuo a una atención de salud de calidad para la madre y el recién nacido, concuerdan directamente con el Plan Mundial de Respuesta Humanitaria a la COVID‑19 de las Naciones Unidas y fortalecen los sistemas de salud para prevenir las emergencias en el futuro.

A través de nuestra cimentada relación con el OIEA, sabíamos que este ya estaba trabajando en la detección y el diagnóstico de enfermedades zoonóticas. El OIEA poseía tecnología existente sumamente provechosa para movilizar ante la nueva pandemia y, como miembro del Equipo de Gestión de Crisis de las Naciones Unidas en relación con la COVID‑19, que lidera la Organización Mundial de la Salud, estaba preparado para desplegarla para atender las necesidades inmediatas de los Estados Miembros de las Naciones Unidas.

Al evaluar las posibles donaciones en relación con la COVID‑19, valoramos que la asistencia prestada por el OIEA en caso de emergencia no solo incluía kits de diagnóstico y equipo esencial de bioseguridad, como equipo de protección personal y armarios de laboratorio, sino que también ofrecía creación de capacidad técnica para ayudar a detectar e identificar con rapidez y exactitud el nuevo coronavirus causante de la COVID‑19. Este enfoque integral aborda el desafío inmediato que se aproxima a los países de todo el mundo y amplía las capacidades de diagnóstico técnicas y operativas de los laboratorios nacionales a largo plazo.

La sinergia entre las actividades del OIEA, el PMA y el UNFPA relacionadas con la COVID‑19 permite abordar la crisis con un enfoque de “fuerzas combinadas”, en el que cada organización despliega un conjunto exclusivo de fuerzas complementarias para amplificar mutuamente los efectos de unas y otras. Takeda apoya la colaboración interinstitucional tanto como los esfuerzos individuales a efectos de fortalecer la respuesta a la crisis que se vive hoy. Creemos en la fuerza de unos sistemas de salud sólidos y de las asociaciones creativas para hacer frente a los desafíos actuales y para prevenir y prepararse para los que puedan surgir en el futuro.

06/2020
Vol. 61-2

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