Los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes. Las sequías, las inundaciones y los incendios nos dicen que tenemos que actuar con decisión y a gran escala.
Las iniciativas mundiales encaminadas a descarbonizar la energía, la industria y el transporte están logrando avances, especialmente en el reconocimiento de la función crucial que desempeña la energía nuclear.
La inclusión de la energía nuclear en el balance mundial publicado durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), celebrada el año pasado en Dubái, fue un hecho, cuando menos, histórico. Por primera vez desde que se celebró la cumbre inaugural sobre el clima en 1995, los 198 países signatarios de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) pidieron oficialmente que se acelerara la implantación de la energía nuclear. Asimismo, más de 20 países se comprometieron a trabajar para cumplir el objetivo de triplicar la capacidad nucleoeléctrica mundial a fin de ayudar a alcanzar unas emisiones netas cero para 2050.
En marzo de 2024, el OIEA y el Gobierno de Bélgica organizaron la primera Cumbre sobre Energía Nuclear del mundo, que reunió en Bruselas a líderes de más de 30 países y de la Unión Europea para poner de relieve medidas concretas encaminadas a agilizar la implantación de la energía nucleoeléctrica para lograr la seguridad energética, cumplir los objetivos climáticos y fomentar el desarrollo sostenible. Esta primera cumbre sobre energía nuclear supuso un punto de inflexión y dejó claras las medidas que es necesario adoptar: desde establecer las condiciones necesarias para la inversión hasta garantizar que ningún país se quede atrás.
Gracias a este impulso, el OIEA ha aumentado sus proyecciones relativas a la generación nucleoeléctrica por cuarto año consecutivo. Según la hipótesis alta, en 2050 la capacidad nuclear mundial será 2,5 veces superior a la actual, y una cuarta parte del crecimiento procederá de los reactores modulares pequeños (SMR).
En todo el mundo hay países en fase de incorporación al ámbito nuclear que están apostando por la energía nuclear y países con programas consolidados que están prolongando la vida útil de las centrales nucleares y construyendo centrales nuevas. Las empresas tecnológicas que necesitan alimentar centros de datos de gran consumo energético sin aumentar las emisiones nocivas están alcanzando acuerdos con agentes del sector nuclear, como proveedores consolidados de electricidad nuclear y empresas emergentes de SMR.
En esta edición del Boletín se examina el panorama actual de la energía nucleoeléctrica mediante ejemplos de logros recientes y de la labor que queda por hacer para que la energía nucleoeléctrica cumpla dichas proyecciones. Desde aumentar la fuerza de trabajo hasta racionalizar los procesos y acelerar el despliegue de los reactores, el camino a seguir está claro. Para lograr nuestros objetivos, debemos actuar con determinación y llevar a la práctica las intenciones que declaramos a escala mundial. El mundo necesita más energía nuclear; ha llegado el momento de pasar a la acción.