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La protección radiológica y las TEP/TAC

La obtención de imágenes mediante equipo en el que se conjugan la tomografía por emisión de positrones y la tomografía computarizada (TEP/TAC) proporciona las ventajas únicas de ambos procedimientos en un mismo estudio. Se trata de una técnica de imagenología muy sensible que se utiliza en los ámbitos de la oncología, la cardiología y la neurología, y para estudiar enfermedades infecciosas e inflamatorias. 

La información que se obtiene de una TEP y la que se obtiene de una TAC es distinta, pero se complementan entre sí. En las TEP se aprecian las zonas en las que hay un aumento de la actividad metabólica, mientras que en las TAC pueden observarse localizaciones anatómicas con gran detalle. La asociación de ambas técnicas da a los médicos la posibilidad de valorar si en una zona hay actividad metabólica considerable y, de ser el caso, determinar con total certeza la ubicación.  

Con frecuencia se hacen varias TEP/TAC para hacer el seguimiento de la reacción a tratamientos contra determinadas enfermedades. Por lo general, en las TEP se utiliza como radiomarcador la 18F-FDG, que tiene un período de semidesintegración corto (110 minutos) y conlleva una menor exposición a la radiación en comparación con otros radionucleidos de uso frecuente, tales como el 99mTc (6 horas) y el 201Tl (72 horas).

Como resultado de la administración de la 18F-FDG, se somete al paciente a exposición interna y las demás personas que conviven con él reciben una baja exposición externa a la radiación. Solo los pacientes reciben la radiación (rayos X) que emiten los equipos de TAC, y ello ocurre únicamente mientras el estudio se lleva a cabo. En caso de que sea necesario repetir una TEP/TAC, la TAC debe hacerse con técnica de baja dosis de radiación.

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