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Mejora de la seguridad del envejecimiento de las centrales nucleares durante el confinamiento

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Para prolongar la vida operacional de la central nuclear de Doel (Bélgica) es necesario realizar un examen de la seguridad exhaustivo. El OIEA ha prestado apoyo al explotador de la central mediante servicios de asesoramiento después de una misión de examen. Los cuatro reactores de la central de Doel, de los cuales dos empezaron a funcionar en 1975, suponen el 30 % de toda la electricidad generada en el país. (Fotografía: N. Hippert)

Si hace un año le hubiéramos preguntado a Robert Krivanek dónde estaría esta primavera, seguramente habría dicho que lo encontraríamos en Ascó (España). Este Oficial Superior de Seguridad Nuclear del OIEA tenía previsto realizar un examen de la seguridad de la central nuclear de dos gigavatios de potencia de esta localidad española y ayudar a sus explotadores a cumplir los requisitos para ampliar la vida operacional de los dos reactores de la central. A día de hoy, sin embargo, el Sr. Krivanek no está en España.

Las restricciones impuestas a los viajes debido a la pandemia de COVID-19 han dificultado sobremanera, cuando no imposibilitado, los exámenes de la seguridad que requieren interacción personal y observaciones y visitas in situ, pero, sin embargo, no han impedido que el Sr. Krivanek y su equipo continuaran trabajando.

Desde su Sede en Austria, el grupo del OIEA dedicado a la explotación a largo plazo ha reorientado su labor, cambiando las misiones por la mejora y ampliación de un nuevo conjunto de directrices para los explotadores de instalaciones nucleares. Entre otros temas, se han añadido orientaciones para los reactores de potencia que llevan mucho tiempo en funcionamiento, las fases iniciales de explotación de una central nuclear y los reactores de investigación. Estas directrices ofrecen a los explotadores de centrales nucleares orientaciones útiles hasta que se puedan reanudar las misiones, y constituyen otro instrumento de apoyo que se añadirá a los que ya ofrece el OIEA. 

El servicio de examen por homólogos del OIEA llamado Aspectos de Seguridad de la Explotación a Largo Plazo (SALTO) ofrece a los países con centrales nucleares un examen exhaustivo centrado directamente en la estrategia y los elementos clave para la explotación a largo plazo de centrales nucleares en condiciones de seguridad. Desde su creación en 2005 hasta la fecha el servicio ha llevado a cabo 45 misiones para centrales nucleares y 1 misión para un reactor de investigación en 17 países de todo el mundo.

A medida que las centrales nucleares envejecen y su vida operacional se prolonga es necesario tener en cuenta importantes consideraciones en relación con la seguridad, como la gestión del envejecimiento físico y la obsolescencia tecnológica del equipo de seguridad, la introducción de las actualizaciones de seguridad necesarias y la garantía de la disponibilidad de personal cualificado.

En la actualidad, más de dos tercios del número total de reactores de potencia en funcionamiento a escala mundial llevan más de 30 años en explotación. Dado que aproximadamente el 10 % de la producción total de electricidad y un tercio de la generación de electricidad con bajas emisiones de carbono provienen de la energía nuclear, es importante mantener en funcionamiento el parque mundial de centrales nucleares.

“La COVID-19 no ha frenado la demanda de una energía nuclear fiable y con bajas emisiones de carbono. Es fundamental mantener el funcionamiento seguro y fiable de las centrales nucleares por lo que, además de los exámenes in situ, estamos utilizando otros métodos para ayudar a que las centrales sigan funcionando de forma segura”, explica el Sr. Krivanek. La Agencia Internacional de Energía (AIE) ha concluido que la explotación a largo plazo de las centrales nucleares es la opción menos costosa para la generación de electricidad con bajas emisiones de carbono.

Ampliación de la vida útil de una central nuclear

Para que una central pueda producir electricidad de forma segura y fiable durante decenios hay que empezar por un diseño minucioso, materiales de gran calidad y una construcción sólida. Además de eso, la seguridad depende de la solidez de la gestión, las políticas, los procedimientos, los procesos y las prácticas; la capacidad y la fiabilidad del personal de operación; la suficiencia de recursos y la introducción frecuente de actualizaciones y modificaciones a las estructuras, los sistemas y los componentes de la central.  Todos estos elementos contribuyen a prolongar la vida de una central.

El servicio de examen de la seguridad SALTO apoya estos procesos evaluando las actividades y los programas de una instalación relacionados con la explotación a largo plazo de acuerdo con las normas de seguridad del OIEA y con las buenas prácticas probadas a nivel internacional, y posteriormente formulando recomendaciones a los explotadores para que mejoren la preparación para una explotación segura a largo plazo y logren una coherencia con las normas de seguridad del OIEA.

“Agradecemos al OIEA el apoyo que prestó a nuestra central en materia de gestión del envejecimiento y preparación para la explotación segura a largo plazo”, dice Dan Bigu, Director Corporativo de la central nuclear de Cernavoda que ejercía como Director del emplazamiento durante una misión SALTO realizada en febrero de 2020. “Los resultados de esta misión nos ayudarán a mejorar nuestras actividades para una explotación segura a largo plazo y a seguir ajustándolas a las normas de seguridad del OIEA.”

En el sitio web del OIEA se publican los resúmenes de todas las misiones SALTO, así como los análisis de los resultados de todas las misiones realizadas entre 2005 y 2015 y entre 2015 y 2018.

La tercera edición de la guía SALTO Peer Review Guidelines, publicada en junio de 2021, amplía las ediciones anteriores con nuevas orientaciones detalladas para los examinadores y mecanismos para la autoevaluación y la detección de posibles vulnerabilidades antes de que se lleven a cabo las misiones SALTO, además del envío a las instalaciones de información mejorada para preparar dichas misiones.

Próximas misiones

En previsión del levantamiento gradual de las restricciones a los viajes en un futuro próximo y, con ello, la reanudación de las misiones de examen de la seguridad, como las misiones SALTO, los preparativos ya están en fase avanzada. El siguiente hito será la 50ª misión, que podría llevarse a cabo más adelante en 2021 o a principios de 2022.

Antes de eso se han previsto misiones en varias centrales nucleares; por ejemplo, a petición del Gobierno de Ucrania, el grupo de SALTO está preparándose para llevar a cabo una misión de examen en agosto de 2021. En 2019 las 15 unidades de reactores operacionales de Ucrania generaron el 53,9 % de la electricidad total del país, cuya estrategia energética hasta 2035 indica el compromiso de mantener al 50 % la parte de la producción total de electricidad correspondiente a la energía nuclear. La empresa estatal de energía nuclear del país, Energoatom, calcula que sus centrales nucleares han evitado 2700 millones de toneladas de emisiones de CO2 durante su vida operacional, lo que equivale a los gases de efecto invernadero que emiten más de 587 millones de vehículos de pasajeros durante un año.

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