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Irradiación de gemas: preservar la seguridad de los trabajadores y los consumidores

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El color de algunas gemas puede alterarse o intensificarse por irradiación, lo que aumenta su valor comercial. (Fotografía: Adobe Stock)

La irradiación de gemas en reactores de investigación es una práctica extendida, llevada a cabo para realzar su color y aumentar su valor de mercado. El OIEA colabora con los reguladores nacionales a fin de garantizar que esta práctica sea segura para los trabajadores y consumidores.

¿Por qué se irradian las gemas?

Al exponer cuidadosamente los cristales a cantidades controladas de radiación ionizante, los trabajadores de la industria pueden inducir cambios en su estructura molecular que dan lugar a un color más intenso. Esto se debe a que la irradiación expulsa a los electrones de la gema de sus posiciones en la red cristalina, lo que modifica el patrón de absorción de la luz.

La irradiación genera tonos intensos de azul, verde, rosa y otros colores en diamantes, zafiros y topacios, así como en otras gemas, lo que a menudo es una mejora notable respecto de sus tonos más pálidos cuando se extraen de la tierra.

Inmediatamente después de la irradiación, estas piedras pueden contener material radiactivo residual activado a niveles de dosis que deben controlarse de manera rigurosa para proteger a los trabajadores de la industria joyera y a los consumidores. Es importante contar con una supervisión reglamentaria eficaz para la protección radiológica de quienes participan en la fabricación y el comercio de estas gemas.

“Es posible que las gemas irradiadas deban almacenarse para dejar que los niveles de radiación se reduzcan antes de que puedan seguir procesándose o ser utilizadas por el público —explica Miroslav Pinak, Jefe de la Sección de Seguridad y Monitorización Radiológicas del OIEA—. El OIEA ha publicado normas de seguridad que orientan a los países en la autorización, la regulación y la justificación de la fabricación y venta de gemas irradiadas y otros productos de consumo que contienen material radiactivo”.

Seguridad radiológica de los productos de consumo

Las gemas en bruto pueden irradiarse en distintas etapas de corte, desde que están completamente en bruto hasta talladas y pulidas, listas para montarlas en un collar, por ejemplo. Normalmente, el mayorista de gemas recurre a la irradiación para lograr la mejora de color deseada. Luego las gemas se conservan durante un período en la instalación de irradiación hasta que la radiactividad haya decaído de forma natural a niveles seguros, conforme a lo especificado en las Normas básicas internacionales de seguridad del OIEA o según las indicaciones del órgano regulador nacional.

Sin una supervisión reglamentaria adecuada, las gemas irradiadas podrían emitir dosis de radiación relativamente elevadas, que pueden afectar sobre todo a la piel y producir quemaduras. Por lo tanto, la supervisión reglamentaria es fundamental para garantizar que las gemas se manipulan y preparan cuidadosamente para la compra, siguiendo las orientaciones y los procesos reglamentarios relativos a las gemas irradiadas.

Si un país decide producir y comercializar gemas irradiadas, el OIEA le aconseja seguir sus normas de seguridad, que describen cómo debería establecerse y aplicarse un programa eficaz de garantía y verificación de la calidad en la instalación de irradiación. El objetivo es velar por que las gemas con concentraciones de la actividad por encima de los límites reglamentarios no lleguen al público directamente después de la irradiación, sino que se espere a que esa concentración disminuya, y garantizar la trazabilidad de lotes específicos de gemas. Entre los métodos utilizados figuran el marcado por lotes, la evaluación de las concentraciones de la actividad de radionucleidos específicos, el cálculo de los tiempos de decaimiento y emisión y el establecimiento de disposiciones de almacenamiento seguro y criterios para el levantamiento del control reglamentario.

“Garantizar la seguridad de los productos de consumo que utilizan o emiten radiación para su funcionamiento es un requisito reglamentario. Como reguladores, es esencial que nos mantengamos a la vanguardia de lo que ocurre en el sector, anticipándonos a los desafíos y elaborando marcos sólidos que no solo respondan a los riesgos actuales, sino que también prevean los futuros —señala Igor Gusev, Experto Superior de la Comisión Reguladora Nuclear y Radiológica de la Arabia Saudita—. Nuestro objetivo no es simplemente gestionar la seguridad radiológica, sino definir y ser ejemplo de las prácticas óptimas que garanticen el uso más seguro posible de estas tecnologías”.

La guía del OIEA sobre seguridad radiológica de los productos de consumo, copatrocinada por la Agencia para la Energía Nuclear de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), ayuda a los países a producir y distribuir de manera segura gemas y otros productos de consumo que contienen materiales radiactivos, como detectores de humo con cámara de ionización, electrodos de tungsteno para soldadura y lámparas de descarga de alta intensidad, de conformidad con los Requisitos de Seguridad Generales del OIEA. De esta manera, los países pueden mantener un nivel adecuado de control y evitar la venta de productos de consumo obtenidos mediante prácticas que no están justificadas, sin obstaculizar innecesariamente la venta de productos de consumo elaborados en prácticas justificadas.

 

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