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Acidificación de los océanos: Reunión centrada en los efectos y las estrategias de adaptación en América Latina

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Los arrecifes coralinos se ven amenazados por el calentamiento y la acidificación de los océanos. Investigadores de los Laboratorios del OIEA para el Medio Ambiente en Mónaco estudian los efectos de la acidificación de los océanos y otros factores de estrés ambiental en los organismos marinos. (Fotografía: D. Calma/OIEA)

La semana pasada, científicos, encargados de la formulación de políticas y representantes del sector de la acuicultura se reunieron con motivo de la primera reunión regional latinoamericana del Grupo Internacional de Usuarios de Referencia sobre Acidificación Oceánica con el objetivo de elaborar un plan de acción para comprender mejor y abordar la acidificación de los océanos.

La reunión de alto nivel, organizada conjuntamente con el OIEA por medio del Centro Internacional de Coordinación sobre la Acidificación de los Océanos y que tuvo lugar en el INVEMAR en Santa Marta (Colombia) del 19 al 21 de marzo de 2018, incluyó un discurso oficial de S. A. R. el Príncipe Alberto II de Mónaco.

La reunión, de tres días de duración, se centró en los efectos que la acidificación de los océanos podría tener en América Latina, una región donde el océano es una fuente de alimentos e ingresos clave. En el plan de acción elaborado se exponen, en líneas generales, las deficiencias que presentan la ciencia, las políticas y la comunicación en materia de acidificación de los océanos, y se establecen prioridades de actuación y posibles estrategias de adaptación.

Los participantes destacaron los motivos por los cuales es importante que los encargados de formular políticas aborden la causa raíz de la acidificación de los océanos y del cambio climático, concretamente para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2).

“Los efectos de las actividades humanas en el medio ambiente ya se pueden apreciar y, si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando al mismo ritmo que hasta ahora, cabe esperar graves consecuencias para el medio ambiente marino y las poblaciones humanas que dependen de él”, dijo Dan Laffoley, presidente del Grupo Internacional de Usuarios de Referencia sobre Acidificación Oceánica. El objetivo del grupo es compartir las conclusiones científicas con el público no científico y los usuarios finales de la ciencia, en particular con los encargados de la elaboración de políticas y la toma de decisiones.   

Repercusiones en la seguridad alimentaria

En los escenarios más pesimistas, los expertos señalaron que en determinadas zonas del mundo la seguridad alimentaria podría verse amenazada. La acidificación de los océanos —es decir, una serie de cambios en la composición química de los océanos— podría afectar la capacidad de muchos organismos para desarrollar conchas y esqueletos. Por debajo de determinado nivel de pH, las concentraciones de carbonato de calcio en el agua descienden; el carbonato de calcio es uno de los principales elementos que muchos organismos marinos necesitan para crecer. Dado que los organismos son más sensibles en las primeras fases de vida, algunos no llegarán a adultos, lo que puede conllevar la reducción de la población de algunas especies, como mejillones y ostras.

La acidificación de los océanos, en combinación con el cambio climático, también supone una amenaza para los arrecifes de coral y, por consiguiente, todos los ecosistemas y los medios de subsistencia de las poblaciones que dependen de ellos. Los arrecifes coralinos tienen una diversidad medioambiental mucho mayor que las pluviselvas y proporcionan un hábitat y un lugar de desove a varias especies. Algunos expertos calculan que el valor de los “servicios” que prestan equivale a billones de dólares.

“Los efectos combinados de la acidificación y el calentamiento de los océanos y la reducción de los niveles de oxígeno son una amenaza para los ecosistemas marinos de todo el mundo”, señaló David Osborn, Director de los Laboratorios del OIEA para el Medio Ambiente.  “Estos múltiples factores de estrés también afectan las actividades económicas, como la pesca y el turismo, que dependen de esos ecosistemas. Los efectos no son uniformes en todo el mundo. Es fundamental que desarrollemos la capacidad local y regional para comprender y abordar este problema que está cambiando las reglas del juego.”

Promoción de la investigación y el intercambio de información

La acidificación de los océanos sigue siendo una cuestión ambiental relativamente desconocida. No se acaban de comprender bien la totalidad de sus efectos y en algunas regiones la información sigue siendo limitada. Dado que cada zona se ve afectada de forma distinta, la cuestión debe tratarse a nivel regional y requiere la participación de los actores locales en la observación, vigilancia y adaptación al cambio.

El Centro Internacional de Coordinación sobre la Acidificación de los Océanos del OIEA presta apoyo a redes regionales de todo el mundo y fomenta el intercambio de información y la investigación. Asimismo, en 2015, respaldó la creación de la Red Latinoamericana de Acidificación del Océano (LAOCA), cuyos Copresidentes Michelle Graco y Nelson Lagos pusieron de relieve la enorme heterogeneidad de los ecosistemas y la biodiversidad en toda América Latina.

La reunión congregó a participantes de toda América Latina, así como de organizaciones internacionales, comprendida la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO (COI‑UNESCO), la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco y la Asociación Monegasca sobre la Acidificación de los Océanos (AMAO).

En favor del desarrollo sostenible

Un signo de la importancia del tema es el hecho de que la meta 3 del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14 de las Naciones Unidas trata de la acidificación de los océanos.

“Para tener datos que sean comparables a nivel mundial y poder abordar la cuestión de forma eficaz, es necesario contar con una metodología normalizada que permita medir la acidificación de los océanos y evaluar sus efectos”, dijo Kirsten Isensee, Especialista de Programa en la COI-UNESCO.  “Sin información adecuada y fiable, es difícil tomar medidas apropiadas.”  

Kirsten Isensee presentó el trabajo que se está realizando con la participación de la Red Mundial de Observación de la Acidificación de los Océanos y el Centro Internacional de Coordinación sobre la Acidificación de los Océanos del OIEA. Ello incluye la elaboración de una metodología de indicadores destinada a la meta 14.3 del ODS 14 para evaluar la acidez media de los océanos. La metodología, como en una receta, ofrece orientación a los científicos y los países en cuanto a las mediciones que se necesitan y la frecuencia con que deben hacerse, así como el modo de notificar la información recopilada para que sea transparente y se pueda comprobar.

El OIEA apoya a la COI-UNESCO en la elaboración de directrices sobre la forma de recopilar y compartir datos acerca de la composición química y biológica de los océanos a nivel mundial a fin de progresar en la agenda de desarrollo sostenible.

Los participantes en la reunión latinoamericana del Grupo Internacional de Usuarios de Referencia sobre Acidificación Oceánica elaboraron un plan de acción para comprender mejor y abordar la acidificación de los océanos. (Fotografía: Miguel Ospino)

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