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Las técnicas de base nuclear ayudan a los ganaderos a combatir brotes de dermatosis nodular contagiosa en Asia
Michael Madsen
En los últimos cuatro años, una enfermedad que tiempo atrás solo se encontraba en los climas cálidos y húmedos de África apareció por primera vez en diversas partes de Asia y Europa. La rápida propagación de la dermatosis nodular contagiosa, que afecta al ganado causándole una enfermedad debilitante y a veces mortal, es tan misteriosa como alarmante.
Los Laboratorios del OIEA y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) están ayudando a países asiáticos a diagnosticar la dermatosis nodular contagiosa y a identificar diferentes cepas genéticas de la enfermedad. Esto es un requisito para poner en marcha una respuesta eficaz a esta pandemia.
Según la FAO, la enfermedad causa importantes pérdidas económicas para los ganaderos, al tiempo que genera gastos a las autoridades por concepto de medidas de prevención y control. La FAO estima que el brote de dermatosis nodular contagiosa que se produjo en los Balcanes entre 2016 y 2017 tuvo un costo directo para los países afectados de más de 20 millones de euros en concepto de vacunas, indemnizaciones por animales sacrificados y muertos y servicios de fumigación aérea. Las repercusiones económicas de este brote asiático, mucho más amplio, no se han cuantificado aún.
Rastrear la propagación
La manera en que se propaga la dermatosis nodular contagiosa, denominada así por las lesiones características que causa en la piel del ganado infectado, aún no se comprende cabalmente. En brotes previos ocurridos en África y Oriente Medio se identificaron diferentes especies de moscas como vectores, pero el movimiento de animales infectados y productos de origen animal contaminados, como semen o leche, también se consideran posibles factores de contagio.
“Debemos volver a examinar minuciosamente cuáles son los vectores de esta enfermedad. Sabemos algunas cosas sobre la manera en que se propagó en África. Tenemos una vaga idea de cuáles son los vectores en Europa, pero no sabemos nada sobre los vectores que causan su propagación en Asia”, dice Giovanni Cattoli, Jefe del Laboratorio de Producción Pecuaria y Salud Animal del Centro Conjunto FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura. El grupo de laboratorio está en contacto directo con laboratorios, investigadores y autoridades veterinarias en Bangladesh, Bhután, Camboya, Indonesia, Nepal, Mongolia, Myanmar, Sri Lanka, Tailandia y Viet Nam, con el objetivo de intentar ayudarles a comprender los orígenes y la propagación del virus que causa la dermatosis nodular contagiosa, para lo cual utilizan la técnica de base nuclear de la reacción en cadena de la polimerasa, el mismo método utilizado en todo el mundo para detectar y analizar la COVID-19.
De la lista de países más afectados se desprende que el virus puede haber viajado del Norte de África a Oriente Medio y Europa, incluida la Federación de Rusia. Posteriormente, emergió inesperadamente en China y Asia Meridional. En general, el virus se ha propagado en numerosos climas y no se sabe aún cómo ha podido ocurrir algo así en tan poco tiempo.
“El virus está propagándose muy rápidamente, mucho más rápido de lo esperado. Surgió en China por primera vez en 2019 y, tras tan solo un año, ya tenemos más de una cepa en Asia”, explica el Sr. Cattoli.
Sin embargo, las restricciones globales impuestas a raíz de la pandemia obligaron al OIEA a adaptar su apoyo en respuesta al brote de esta enfermedad. Cuando la dermatosis nodular contagiosa apareció por primera vez en Bulgaria en 2016, los expertos pudieron viajar a ese país para investigar el brote. Esta vez, el Sr. Cattoli y su grupo colaboran en línea con contrapartes de los países asiáticos afectados para prestar apoyo de urgencia en forma de equipo, reactivos y bienes fungibles, así como para investigar los brotes y analizar las muestras presentadas al laboratorio de la FAO/OIEA en Austria. Mediante la Red de Laboratorios de Diagnóstico Veterinario (VETLAB), laboratorios de Asia pueden intercambiar datos y resultados en tiempo cuasi real y el grupo del laboratorio FAO/OIEA puede formular inmediatamente observaciones y sugerencias a los países sobre la manera de mejorar sus procedimientos.
La respuesta correcta
Dar una respuesta rápida al virus, lo que comprende el sacrificio, la vacunación y la restricción de movimiento de animales, es fundamental para controlar la propagación del virus. Cuando el virus estalló en Europa, inicialmente se recurrió al sacrificio de animales, pero esta solución no fue acogida favorablemente por los ganaderos. Al final, gracias a la vacunación y las restricciones de movimiento, se logró eliminar el virus en la región, pero aún queda por confirmarse qué tan eficaces serían las actuales vacunas contra las cepas asiáticas emergentes.
“Para ahorrar dinero y ser eficaces es muy importante asegurarse de tener la vacuna correcta, ya que utilizar una vacuna inadecuada para determinada variante del virus podría exacerbar el problema”, dice el Sr. Cattoli y explica que una vacuna que no sea óptima podría dar lugar al desarrollo de nuevas cepas y prolongar la duración y la propagación de la enfermedad. El OIEA está trabajando con la oficina regional de la FAO en Tailandia para ayudar a países de Asia a garantizar la calidad y a asegurarse de que las vacunas sean eficaces contra las cepas de virus presentes en esa zona.
La inacción podría acarrear unas consecuencias económicas nefastas. La dermatosis nodular contagiosa es una enfermedad catalogada en la lista de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y, por ende, si se produce un brote en un país se podría detener la exportación de ganado. Además, es una enfermedad que pone en peligro sobre todo a las sociedades y los pueblos rurales. “Estos poseen algunos animales y pueden depender particularmente de los productos de origen animal, como la leche, para su sustento económico y su nutrición. En estos tiempos ya difíciles, este virus que se añade es una carga pesada para llevar a cuestas”, dice el Sr. Cattoli.