Cinco años más tarde, los investigadores volvieron a examinar a Apoxiómeno utilizando una técnica PIXE de alta resolución lateral y descubrieron que los labios incrustados en la estatua estaban hechos de un cobre muy puro, sin alear. Mediante radiografías de rayos X, pudieron saber cómo se insertaron y fijaron las incrustaciones y determinar las sofisticadas técnicas de fundición y unión empleadas para las extremidades. Los investigadores llegaron a la conclusión de que Apoxiómeno era, sin duda, una copia de una estatua mucho más antigua, de mediados del siglo IV a. C., hecha mediante una técnica indirecta de fundición a la cera perdida en la que se usaba una aleación con una composición baja en plomo.
“Las técnicas basadas en aceleradores tienen un papel importante en la caracterización de los objetos del patrimonio, y Apoxiómeno nos muestra que a menudo es necesario utilizar un método que combine varios tipos de análisis. El OIEA fomenta estos tipos de aplicaciones”, dice la Sra. Bassel. Desde 2018, el OIEA y sus Estados Miembros han promovido el uso de “Átomos para el patrimonio”, y el año pasado crearon una alianza estratégica con la Universidad de París-Saclay de Francia para potenciar el uso de las técnicas nucleares en la caracterización y preservación del patrimonio natural y cultural. En colaboración con el OIEA, la universidad centrará su atención en la investigación y el desarrollo científicos, así como en la transferencia de conocimientos y el intercambio de mejores prácticas con expertos de todo el mundo.