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Por qué los Estados Unidos apoyan la Iniciativa sobre los Usos Pacíficos

Jeffrey L. Eberhardt

El Embajador Jeffrey L. Eberhardt desempeña la función de Representante Especial del Presidente para la No Proliferación Nuclear en nombre del Secretario de Estado. Es el Representante de los Estados Unidos ante las conferencias de examen del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP) y las reuniones conexas del Comité Preparatorio, y realiza actividades diplomáticas en representación de los Estados Unidos y el Secretario de Estado en consultas, negociaciones y conferencias bilaterales y multilaterales relacionadas con actividades de ejecución y fortalecimiento vinculadas al régimen internacional de no proliferación nuclear en general y al TNP en particular.

En 1992, el científico estadounidense Edward Knipling y su colega, Raymond Bushland, recibieron el prestigioso Premio Mundial de la Alimentación por la exitosa labor que realizaron en la década de 1950 al desarrollar la técnica del insecto estéril (TIE), un método para controlar plagas de insectos mediante la irradiación. En 2012, tras años de estudio, planificación y trabajo el Senegal —con el apoyo de los Estados Unidos— introdujo la TIE en la zona costera de la región de Niayes para erradicar la mosca tsetsé hematófaga, conocida por matar ganado y causar la “enfermedad del sueño” (tripanosomiasis africana humana) en seres humanos. El Senegal se adhirió a una lista creciente de países que utilizan esa técnica nuclear.

Durante más de cuatro decenios la TIE ha sido una importante obra conjunta entre la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el OIEA. La TIE utiliza la irradiación para esterilizar a insectos macho, que luego se sueltan en la naturaleza para que se apareen con hembras sin reproducirse, lo que, con el tiempo, reduce la población de insectos que propagan la enfermedad. El Programa Conjunto FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura invierte en actividades de investigación aplicada para mejorar la técnica y apoya la introducción de conjuntos de recursos TIE para los Estados Miembros del OIEA.

Antes de la campaña en el Senegal este programa logró erradicar con éxito la mosca tsetsé de la isla de Zanzíbar en la República Unida de Tanzanía y ayudó a controlar la plaga de insectos en el valle del Rift meridional de Etiopía. En el Senegal esa técnica condujo a la erradicación en tan solo seis meses del 99 % de la población de mosca tsetsé fijada como objetivo. Esto permitió a los productores agropecuarios pasar a variedades de ganado bovino más productivas y no resistentes a las enfermedades, lo que dio lugar a una mayor producción de carne y productos lácteos y proporcionó medios de vida más seguros para los productores. Este es solo un ejemplo de un programa mediante el cual el OIEA contribuye de forma significativa y eficaz en relación con los costos a la paz y la prosperidad en el mundo.

Acelerar y ampliar la contribución de la energía, la ciencia y la tecnología nucleares a la paz, la salud y la prosperidad siempre ha sido la misión impulsora del OIEA, conforme se estableció en sus Estatutos fundadores en 1957 y se consolidó en el Artículo IV del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP) en 1970. Los usos pacíficos de la ciencia y la tecnología nucleares tienen las respuestas a los principales desafíos del desarrollo sostenible y ofrecen un excelente rendimiento de la inversión a los países que financian y ponen en práctica proyectos relacionados con ellos. Sin embargo, las esferas más necesitadas que se beneficiarían de la cooperación y la asistencia para usos pacíficos superan con creces la financiación de la que dispone el OIEA por medio de las contribuciones de los Estados Miembros.

Por esas razones en la Conferencia de Examen del TNP, celebrada en 2010, los Estados Unidos ayudaron al OIEA a poner en marcha la Iniciativa sobre los Usos Pacíficos (PUI) con el objetivo de recaudar 100 millones de dólares de los Estados Unidos en fondos adicionales para destinar durante cinco años a las actividades del OIEA relacionadas con los usos pacíficos. Los Estados Unidos prometieron una suma inicial de 50 millones de dólares para cumplir ese objetivo e instaron a los demás países a igualar esa cantidad. La PUI comenzó con fuerza obteniendo contribuciones de Australia, Corea del Sur, Francia, Hungría, Indonesia, el Japón, Kazajstán, Nueva Zelandia, Reino Unido, la República Checa y Suecia.* Los Estados Unidos prometieron otros 50 millones de dólares en la Conferencia de Examen del TNP celebrada en 2015. Entre 2010 y 2020 los Estados Unidos y otros 23 países, junto con la Comisión Europea, aportaron cerca de 175 millones de euros a la PUI.

La PUI permite a los contribuyentes respaldar proyectos que el OIEA, en consulta con sus Estados Miembros, ha desarrollado y priorizado, pero que aún no cuentan con financiación. También proporciona capacitación y equipo para la aplicación de técnicas nucleares en la salud humana, la seguridad alimentaria y la gestión de los recursos hídricos, así como para la explotación de la energía nucleoeléctrica en condiciones de seguridad tecnológica y física. El apoyo de la PUI también otorga mayor flexibilidad al OIEA para desarrollar y ejecutar proyectos en atención a necesidades imprevistas o urgentes, como responder a las prolongadas sequías en la región del Sahel, vigilar la radiactividad en el medio ambiente marino tras el accidente de Fukushima Daiichi y ayudar a los Estados Miembros a luchar contra los brotes del virus del Ébola y la COVID-19.

Reconocemos que aún queda mucho por hacer para garantizar que los beneficios de la ciencia y la tecnología nucleares sean generalizados y accesibles. El apoyo de los gobiernos y la población es clave para la aplicación exitosa de la ciencia y la tecnología nucleares. Los Estados Miembros del OIEA desempeñan un papel decisivo en el éxito de la PUI, no solo mediante sus donaciones sino también a través de la planificación activa para alcanzar las metas nacionales de desarrollo utilizando la ciencia y la tecnología nucleares, y posteriormente mediante la labor con la Secretaría del OIEA para desarrollar y mantener proyectos nacionales y regionales que la PUI puede financiar.

Tomemos, por ejemplo, la aceptación generalizada y el uso creciente de la ciencia y la tecnología nucleares en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer. El control del cáncer es una prioridad absoluta de salud pública en muchos países y, por ende, un tema central de la labor del OIEA. El Organismo ayuda a los países a formular programas nacionales de control del cáncer con un enfoque integral que implica la participación de todas las autoridades nacionales competentes, en particular mediante la capacitación del personal especializado y la planificación para el desarrollo de infraestructura nacional adecuada para favorecer el uso de equipo en condiciones de seguridad tecnológica y física. En 2019 los Estados Unidos aportaron por medio de la PUI un monto de 1,5 millones de dólares a la labor del OIEA en materia de cáncer y en 2020 aportaron otros 2,2 millones de dólares para mejorar las instalaciones de capacitación del Laboratorio de Dosimetría del OIEA en Seibersdorf (Austria), en complemento a otras donaciones realizadas a la labor del OIEA sobre el cáncer.

Con motivo del 50º aniversario del TNP destacamos sus éxitos importantes, aunque a menudo no anunciados. Uno de ellos fue proporcionar el marco que permite a los Estados beneficiarse de los usos pacíficos de la energía, la ciencia y la tecnología nucleares de forma física y tecnológicamente segura y con sujeción a salvaguardias. El apoyo a la PUI demuestra el empeño constante de los Estados Unidos por cumplir nuestro compromiso establecido en el Artículo IV del TNP de facilitar el intercambio más completo posible de tecnología nuclear con fines pacíficos. Esperamos con interés seguir trabajando con el OIEA y otros donantes en el marco de la PUI para apoyar proyectos prioritarios en los próximos años.

*Además, las siguientes entidades han realizado donaciones al OIEA por medio de la PUI: Alemania, Bélgica, Canadá, Irlanda, Israel, Kuwait, Malasia, Mónaco, Noruega, Suiza, Tailandia, Turquía, y la Comisión Europea, así como otras fuentes.

11/2020
Vol. 61-4

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