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Juntos pongamos la tecnología nuclear al servicio de la humanidad
Kai Mykkänen
A finales de noviembre el OIEA, cuyo lema es “Átomos para la paz y el desarrollo”, logra un hito importante: del 26 al 28 se celebrará en Viena la Conferencia Ministerial sobre Ciencia, Tecnología y Aplicaciones Nucleares y el Programa de Cooperación Técnica. Es un gran honor para Finlandia copresidir la conferencia junto con Ghana. En mi calidad de Ministro de Clima y Medio Ambiente de Finlandia y copresidente de la conferencia, quisiera subrayar por qué esta reunión reviste una importancia fundamental. En mi análisis, tomaré como punto de partida las tres principales esferas temáticas de la Conferencia: cambio climático, salud e inocuidad de los alimentos y seguridad.
El cambio climático es una amenaza existencial para la humanidad y el medio ambiente. Debemos hacer todo lo posible para reducir las emisiones de dióxido de carbono y el momento de actuar es ahora, no después. La energía nuclear es un instrumento clave de la política energética para transformar nuestras sociedades en economías bajas en carbono. En Finlandia, nuestro sector eléctrico prescinde ya casi por completo del dióxido de carbono, gracias a la política a largo plazo de desarrollo conjunto de la energía nuclear y las energías renovables. Esta labor no habría sido posible sin el firme compromiso de los encargados de formular políticas, la industria, la autoridad reguladora y otras partes interesadas en la seguridad nuclear. La sensibilización y la aceptación del público son factores clave para el ámbito nuclear. Debemos mantener informada a la población sobre la tecnología nuclear y prestar especial atención a la seguridad nuclear, desde el diseño y la construcción de centrales nucleares hasta su operación y clausura en condiciones de seguridad, lo que incluye también la gestión del combustible gastado y los desechos radiactivos.
“ La ciencia nuclear es la base de todo en el ámbito nuclear, y solo puede mantenerse contribuyendo a la capacitación, la enseñanza y la investigación.
El segundo tema central de la conferencia es la salud. Millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a la radioterapia, lo que tiene un costo humanitario inaceptable. La iniciativa del OIEA Rayos de Esperanza tiene como objetivo luchar contra el cáncer facilitando el acceso a la atención oncológica a quienes la necesitan. La tecnología nuclear puede ayudarnos a afrontar los desafíos que plantean las enfermedades zoonóticas que, como ha demostrado la reciente pandemia de COVID-19, pueden tener efectos devastadores. En ese sentido, me gustaría subrayar la importancia de la iniciativa del OIEA Medidas Integradas contra las Enfermedades Zoonóticas (ZODIAC).
La tecnología nuclear desempeña una función trascendental en la mejora de la inocuidad y la seguridad alimentarias, que es el tercer tema sustantivo de la Conferencia. El hambre sigue siendo una grave preocupación para millones de personas en todo el mundo y la iniciativa Atoms4Food del OIEA aspira a remediar la situación, por ejemplo mejorando los cultivos mediante la tecnología nuclear. He observado con agrado la labor activa del Grupo de Amigos de la Seguridad Alimentaria en Viena. Debemos erradicar el hambre juntos.
La energía nuclear es una tecnología consolidada y más versátil de lo que podría parecer a primera vista. Además de los usos descritos, las técnicas nucleares pueden emplearse para una gran cantidad de tareas, que van desde la detección de microplásticos en los océanos hasta la conservación del patrimonio cultural. Quisiera subrayar que un denominador común de todas estas iniciativas es la ciencia nuclear. Es la base de todo en el ámbito nuclear y solo puede subsistir si contribuimos a las actividades de capacitación, enseñanza e investigación. Quisiera rendir homenaje al trabajo que realizan los laboratorios del OIEA en Seibersdorf, a las afueras de Viena. Allí se lleva a cabo todos los días la gran labor de mejorar la vida de las personas. Visiten el sitio. Se sorprenderán.
Las personas con conocimientos nucleares especializados son el mayor activo de la comunidad nuclear. Por lo tanto, es necesario garantizar que en el futuro dispongamos de una fuerza de trabajo capacitada y expertos en cantidad suficiente. No se puede dar por sentada esta cuestión, y debemos centrarnos particularmente en la manera de atraer a la juventud al sector nuclear, y en la proporción de mujeres en el sector. Deberíamos hacer todo lo posible por atraer a más mujeres a este importante ámbito, desde las primeras etapas de la enseñanza. El ámbito nuclear debería convertirse en una comunidad de profesionales verdaderamente inclusiva.
Nosotros, los responsables de la toma de decisiones de los Estados Miembros del OIEA, tenemos mucho trabajo por delante. Nos enfrentamos simultáneamente a varios desafíos de enormes proporciones que repercuten de forma notable en la vida cotidiana de nuestros ciudadanos, que necesitan soluciones. Debemos atender este llamamiento y aprovechar la oportunidad que nos brinda la tecnología nuclear. De hecho, esta tecnología puede ofrecernos instrumentos que superan nuestra imaginación. También necesitamos que la industria, las instituciones financieras y otras partes interesadas clave emprendan este viaje con nosotros. Recorramos juntos este camino común y demos el primer paso en Viena en noviembre.