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El Uruguay toma medidas decisivas para invertir las elevadas tasas de incidencia y mortalidad del cáncer

Giovanni Saporiti, Lisa Berthelot

Expertos del OIEA, la OMS y el CIIC evaluaron los servicios oncológicos del Uruguay para asesorar al Gobierno sobre cómo afrontar la creciente carga del cáncer en el país. (Fotografía: G. Saporiti/OIEA)

Un grupo de expertos desplazados al Uruguay dedicó las últimas semanas de 2021 a evaluar el sistema de control del cáncer del país y buscar soluciones para fortalecer las capacidades de control del cáncer y reducir las tasas de mortalidad. Junto con el Ministerio de Salud Pública y 20 expertos nacionales, un grupo internacional de especialistas reunido por el OIEA, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) viajó al país para estudiar cómo atajar estas tasas de mortalidad, que siguen siendo elevadas a pesar de los conocimientos médicos especializados de que dispone el país y de las inversiones tecnológicas que se han realizado en los últimos años.

Durante cinco días a finales de diciembre, un grupo de evaluación imPACT integrado por expertos internacionales se reunió con casi 100 partes interesadas nacionales, entre ellas oncólogos, personal de enfermería, técnicos de hospital y laboratorio, y funcionarios de la administración pública. En el marco de la evaluación, visitaron siete centros oncológicos públicos y nueve privados de zonas urbanas y rurales del país.

El grupo de evaluación imPACT también se trasladó al departamento de Florida (a 90 km al norte de Montevideo) para conocer tres de las principales instalaciones de oncología en las zonas rurales del Uruguay. La visita permitió a los expertos analizar las realidades urbana y rural y formular una serie de recomendaciones para mejorar el acceso de toda la población a los servicios de control del cáncer.

A partir de lo abordado en las reuniones y talleres virtuales que se iniciaron en septiembre, los expertos analizaron a fondo las capacidades y las necesidades del Uruguay en materia de recursos humanos, detección del cáncer y tecnologías de diagnóstico y tratamiento, así como infraestructura.

“Acoger esta misión imPACT es una gran oportunidad para el Uruguay, tanto para el personal médico como para los pacientes y para nosotros mismos en el Ministerio —expresa Daniel Salinas, Ministro de Salud Pública—. Esta misión conjunta nos ofrece un análisis imparcial y transparente de la situación actual de nuestro sistema de control del cáncer, lo que nos permitirá desarrollar soluciones para cumplir las normas internacionales más estrictas y respetar, al mismo tiempo, las especificidades de nuestro país”.

Evaluaciones imPACT en formato híbrido

Los cuatro tipos de cáncer más frecuentes en el Uruguay son el de mama, el de próstata, el colorrectal y el de pulmón, al igual que en otros países de renta alta. Estos cuatro tipos de cáncer son la causa de la mitad de las 8000 muertes anuales por cáncer en un país de 3,5 millones de habitantes. Según el Registro Nacional de Cáncer, cada año se registran más de 16 000 nuevos casos.

El sistema de control y prevención del cáncer del Uruguay está integrado por proveedores públicos y privados, un registro nacional, la sociedad civil, las administraciones y las instituciones públicas. Para hacer frente a la carga del cáncer, los expertos señalaron que es necesario un importante esfuerzo de coordinación entre estas partes a fin de garantizar una estrategia coherente y que esté en consonancia con las prioridades y los objetivos nacionales en materia de salud.

El grupo de evaluación imPACT también recomendó prestar atención a esferas como la promoción de centros oncológicos públicos integrales, la regulación de las prácticas médicas para el control de la calidad y la normalización de los servicios, la renovación tecnológica de los equipos y la capacitación del personal, atribuyendo particular importancia a las especialidades médicas necesarias en los centros. Estas necesidades incluyen, entre otros, a radioterapeutas, físicos médicos, técnicos y especialistas en anatomía patológica.

“La pandemia nos ha enseñado las ventajas de aplicar en las misiones imPACT, que normalmente se llevan a cabo en persona, un enfoque híbrido que incluya una serie de reuniones virtuales preliminares con las diferentes contrapartes. De esta forma, podemos dedicar mucho más tiempo durante la visita al país a examinar la calidad de los servicios prestados y las recomendaciones más realistas y coherentes para superar los obstáculos del país —explica Andrés Córdova, radioncólogo superior de Chile y miembro del grupo del imPACT—. La experiencia con el Uruguay nos enseñó que esta nueva fórmula funciona y puede aprovecharse para futuras evaluaciones”.

El grupo del Programa Nacional de Control de Cáncer (PRONACCAN) y los expertos nacionales designados por el Ministerio de Salud Pública del Uruguay participaron en todo el proceso de evaluación, organizando y facilitando las visitas a los centros oncológicos y aportando una perspectiva local al análisis.

El último día de la misión tuvo lugar un taller en el que se debatieron las principales conclusiones y las recomendaciones preliminares con el Ministro de Salud Pública y altos funcionarios de la OMS y el OIEA, a fin de garantizar que las conclusiones de la evaluación imPACT contribuyan a los esfuerzos nacionales y los respalden.

 

Evaluaciones imPACT

Una de las principales dificultades que afrontan los países para abordar con eficacia la carga del cáncer es la capacidad de formular estrategias y planes de control del cáncer que sean realistas y sólidos, teniendo presente los recursos disponibles.

El OIEA presta apoyo a los países para evaluar sus capacidades nacionales de control del cáncer por medio de las evaluaciones imPACT, un instrumento de evaluación exclusivo. Desde 2005, el OIEA ha llevado a cabo más de 100 evaluaciones imPACT para valorar las capacidades y necesidades de control del cáncer de los países y determinar las intervenciones prioritarias.

Las evaluaciones imPACT, coordinadas por el OIEA y llevadas a cabo junto con la OMS y el CIIC, proporcionan a los Gobiernos y a sus asociados un análisis inicial de la situación y una serie de recomendaciones que sirven para orientar la planificación y las inversiones en todo el espectro del control del cáncer, desde la prevención hasta los cuidados paliativos.

Las evaluaciones imPACT constan de tres fases: un análisis de estudios preliminares de la situación nacional con respecto al control del cáncer, una misión en el país y un informe de la evaluación imPACT.

Una evaluación imPACT redunda en los siguientes beneficios para el país:

1. apoyo para la planificación nacional del control del cáncer;

2. priorización de sistemas de registro del cáncer reforzados;

3. promoción de un mejor acceso a tratamientos;

4. orientación para el establecimiento de servicios de medicina radiológica seguros y de gran calidad, e

5. información sobre las oportunidades en materia de movilización de recursos y alianzas.

02/2022
Vol. 63-1

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