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COP29: Aprovechar el impulso de Dubái en Bakú
Matthew Fisher
Tras un año de considerables avances en relación con la energía nucleoeléctrica, el impulso internacional para ayudar a afrontar los desafíos climáticos y energéticos más acuciantes del mundo con esta tecnología limpia y fiable ha pasado del 28º período de sesiones de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), que tuvo lugar en Dubái, a la COP29 por celebrarse en Bakú, donde Azerbaiyán acoge la cumbre mundial anual sobre el clima.
La COP28 fue un evento histórico para la energía nuclear. Después de pasar casi tres decenios al margen de esa conferencia anual, el año pasado, en Dubái, la energía nuclear finalmente recibió reconocimiento. El mensaje de la COP28 fue claro: es preciso que la ampliación de la energía nucleoeléctrica sea un elemento fundamental de los esfuerzos mundiales por lograr emisiones netas cero.
Ese impulso siguió cobrando fuerza en la primera edición de la Cumbre sobre Energía Nuclear, que fue organizada por el OIEA y el Gobierno de Bélgica y se llevó a cabo en Bruselas en marzo de 2024. Líderes de más de 30 países y de la Unión Europea destacaron la importancia de la energía nuclear para la seguridad energética, los objetivos climáticos y el desarrollo sostenible.
La COP29 ofrece a la energía nuclear otra oportunidad de ser centro de atención a medida que los países trazan caminos para que esta alcance su potencial. Mientras los líderes se reúnen en Bakú, esta edición del Boletín del OIEA pone de relieve el papel cada vez más prominente de la energía nucleoeléctrica en la transición hacia una energía limpia.
Diversificar las soluciones del ámbito de la energía nuclear
Para triplicar la capacidad nuclear de aquí a 2050, el mundo tendrá que aprovechar todas las soluciones disponibles. Prácticamente todos los reactores en construcción, en total unos 60, son reactores de agua a presión de grandes dimensiones. Si bien la mayor parte de las tecnologías desarrolladas será de este tipo, también hay margen para que las tecnologías emergentes como los reactores modulares pequeños (SMR) y los microrreactores, entre ellos los de diseño novedoso con combustibles y refrigerantes innovadores, desempeñen un papel importante.
La energía nuclear es versátil: además de proporcionar electricidad de carga base a las redes eléctricas de todo el mundo, puede utilizarse para descarbonizar rápidamente y mitigar el impacto de los sectores industriales, responsables de casi el 40 % de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las necesidades de electricidad de los centros de datos y la inteligencia artificial se dispararán en los próximos años, por lo que empresas como Google y Microsoft están considerando activamente las tecnologías nucleares avanzadas como fuentes de energía limpia, fiable y flexible para satisfacer sus crecientes necesidades energéticas. Esto podría dar lugar a una vía novedosa y original para la implantación comercial de la energía nucleoeléctrica avanzada en mercados a los que le cuesta llegar por los desafíos relacionados con la financiación de tecnologías que son las primeras de una serie.
Importantes hitos cada vez más cerca
En un contexto en el que cada vez más países contemplan incorporar la energía atómica a su canasta energética, el enfoque de los hitos del OIEA, que se actualizó hace poco para que abordara cuestiones específicas relativas a los SMR, ofrece un proceso sólido para desarrollar la infraestructura necesaria para un programa de energía nucleoeléctrica sostenible y tecnológica y físicamente seguro. Los países en fase de incorporación pueden beneficiarse de las orientaciones del OIEA a medida que sigue aumentando la demanda de energía nucleoeléctrica en el mundo en desarrollo.
Los países necesitan apoyo para trazar sus propios caminos hacia unas emisiones netas cero. La modelización de escenarios energéticos suele ser el punto de partida: un panorama exhaustivo y basado en datos de los desafíos y las oportunidades que alberga el futuro. La iniciativa Atoms4NetZero del OIEA proporciona a los responsables de la formulación de políticas los datos que necesitan para tomar decisiones fundamentadas y con base científica que permiten aprovechar todo el potencial de la energía nuclear, también en sectores no eléctricos, y descarbonizar sus economías nacionales.
Canalizar el progreso
Para optimizar los planes de ampliación se necesitan enfoques novedosos que permitan ejecutar los proyectos de nueva construcción en el plazo y con el presupuesto previstos. La Iniciativa de Armonización y Normalización Nuclear del OIEA ayuda a los países a formular enfoques de reglamentación armonizados y llevar adelante la normalización industrial para facilitar el despliegue de SMR y otros reactores avanzados en condiciones de seguridad tecnológica y física.
Ahora más que nunca se necesita una fuerza de trabajo cualificada y diversa para hacer frente a los desafíos del momento y garantizar la sostenibilidad a largo plazo de la energía nuclear. El OIEA apoya a los países en estas esferas mediante iniciativas como el Curso de Gestión de la Energía Nuclear, el Programa de Becas del OIEA Marie Skłodowska-Curie, el Programa Lise Meitner y varios otros cursos de capacitación, talleres y servicios de examen por homólogos.
El OIEA debe verificar el uso pacífico del material nuclear. La ampliación continua de la energía nucleoeléctrica se sumará al aumento constante de los volúmenes de material nuclear y del número de instalaciones sometidas a las salvaguardias del OIEA. Utilizando tecnologías avanzadas y trabajando en cooperación con los Estados que están ampliando su producción de energía nuclear, así como con los países en fase de incorporación que procuran añadir la energía nuclear a su canasta energética, el sistema de salvaguardias del OIEA está preparado para satisfacer las demandas de la comunidad internacional, que van en aumento, a medida que el mundo aspira a alcanzar emisiones netas cero.
Como dejó en claro la COP28, sigue aumentando la sed de energía nuclear limpia y fiable a nivel mundial. En la COP29, los países pueden trabajar para garantizar que la energía nuclear alcance todo su potencial como elemento clave de un futuro de emisiones netas cero.