Nutrición de cultivos

Los cultivos necesitan nutrientes para crecer de manera satisfactoria y que su producción sea de calidad. Los isótopos contribuyen a mejorar la nutrición de los cultivos y a detectar cultivos bien adaptados a suelos poco fértiles o que aprovechan los nutrientes de una manera especialmente eficaz, lo que es fundamental para optimizar el rendimiento y la calidad, y mejorar la resiliencia de los cultivos frente al cambio climático.

La calidad nutricional de las leguminosas y los cereales tiene un efecto directo en la nutrición del ser humano. En la mayoría de los países desarrollados y de los países en desarrollo, los cultivos y los pastos padecen una deficiencia generalizada de micronutrientes, lo que afecta negativamente a la salud humana y animal.

Junto con la FAO, el OIEA ayuda a los Estados Miembros a fortalecer sus capacidades en el uso de técnicas nucleares e isotópicas para mejorar las prácticas de gestión de la nutrición de cultivos que respaldan la intensificación sostenible de la producción agrícola y la preservación de los recursos naturales.

Mejorar la nutrición de los cultivos para que sean más resilientes

La gestión mejorada de los nutrientes de los cultivos puede potenciar la biodisponibilidad de macronutrientes y micronutrientes en cultivos y cereales, un requisito indispensable para garantizar el crecimiento satisfactorio de los cultivos y un rendimiento óptimo en lo que respecta a la cantidad y la calidad. Además del agua, la luz solar y las condiciones favorables del suelo, los nutrientes esenciales son fundamentales para optimizar la producción agrícola y mejorar la resiliencia de las plantas frente al cambio climático.

Sin embargo, los factores abióticos, como las sequías frecuentes, la extracción de nutrientes del suelo y la salinidad, ponen gravemente en peligro la producción de los principales cultivos alimentarios del mundo y podrían agravar la inseguridad alimentaria. Se estima que cada año más de 77 millones de hectáreas de tierra quedan arrasadas a causa de la sequía, la salinidad y las carencias nutricionales provocadas por la extracción de nutrientes a largo plazo y el cambio climático. Existe una clara necesidad de mejorar la resiliencia de los sistemas actuales de producción de alimentos en suelos menos fértiles y en las zonas más afectadas por el cambio climático, las altas temperaturas, la escasez de precipitaciones y la salinidad del suelo.

La contribución de las técnicas nucleares e isotópicas

Los isótopos del carbono, el nitrógeno y el fósforo permiten estimar la cantidad de nitrógeno inorgánico procedente de fuentes alternativas fijado y agregado al suelo por las leguminosas, y la cantidad de carbono fijado por las plantas y secuestrado en el suelo. También ayudan a rastrear el movimiento desde el suelo hasta las plantas y el medio ambiente de los fertilizantes orgánicos e inorgánicos utilizados; a evaluar y definir genotipos de cultivos tolerantes a la sequía y a la salinidad; y a analizar la dinámica del fósforo en el proceso de transición entre la planta y el suelo para mejorar su gestión en los ecosistemas agrícolas. Los isótopos del zinc y el hierro y otros micronutrientes se utilizan para medir la dinámica de los micronutrientes en el suelo y los cultivos.

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