La protección radiológica y las mamografías

La mamografía es una técnica radiológica en la que debe prestarse atención a dos elementos, a saber, la gestión de las dosis que se administran y la reducción del riesgo para las pacientes. Ello se debe a que el tejido mamario tiene una sensibilidad relativa alta a algunas de las reacciones adversas de la radiación y también a que la mamografía requiere, para la obtención de imágenes de la calidad necesaria, que las pacientes se expongan a una mayor dosis de radiación que en otros procedimientos. En comparación con otros procedimientos radiográficos, en las mamografías se necesita una mayor exposición debido a que la mama se compone de tejido blando (es decir, no contiene hueso ni aire) y produce un contraste muy bajo. Es necesario administrar más radiación para obtener imágenes nítidas tanto de las características anatómicas de las mamas normales como de los signos radiológicos de enfermedad.

En el caso de las mamografías, el objetivo de la técnica es obtener imágenes en las que puedan verse lo mejor posible las características anatómicas de la mama y los signos radiológicos de enfermedad sin someter a las pacientes a dosis de radiación innecesarias.

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