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Una técnica nuclear revela cuánta agua ha de beberse al día

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Según el estudio publicado en Science, un varón típico de 20 años de edad en los Estados Unidos o Europa debería beber entre 1,5 l y 1,8 l al día y una mujer, 1,4 l.  (Fotografía: Nigel Msipa/Unsplash).

“Beber mucha agua” es un mantra habitual para quien quiere gozar de buena salud, más energía, una piel radiante o perder peso. Si bien la recomendación habitual, por ejemplo de The Eatwell Guide del Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido, es beber 2 litros (l) al día, a veces se aconseja una cantidad mucho más elevada. Las Academias Nacionales de los Estados Unidos, por ejemplo, recomiendan hasta 2,7 l de agua al día a las mujeres y 3,7 l, a los hombres. Muchas de estas recomendaciones se basan en estudios epidemiológicos, experimentos realizados a decenas de personas o métodos subjetivos (por ejemplo, cuestionarios).

Sin embargo, un nuevo estudio llevado a cabo por un grupo internacional de investigadores y publicado en Science, en el que se examinó el recambio hídrico a partir de datos recopilados mediante la técnica nuclear de análisis del agua doblemente marcada, está arrojando nueva luz sobre cuánta agua se ha de consumir realmente. Por recambio hídrico se entiende la cantidad de agua utilizada por el cuerpo cada día y, si bien guarda una estrecha relación con las necesidades de agua del organismo, no es exactamente lo mismo, pues también absorbemos agua de los alimentos que ingerimos y del aire a través de la piel.

El estudio ha revelado que las directrices y recomendaciones anteriores podrían ser demasiado elevadas para la mayoría de las personas en la mayor parte de situaciones y que una cifra diaria realista podría ser tan baja como 1,5 l para los hombres jóvenes y 1,3 l para las mujeres jóvenes, sujeta a variaciones motivadas por numerosos factores.

“El agua potable representa entre la mitad y el 40 % del recambio hídrico —afirma Yosuke Yamada, del Instituto Nacional de Innovación Biomédica, Salud y Nutrición del Japón, y principal autor de este nuevo estudio—. Consumimos el agua que contienen los alimentos, y nuestro propio cuerpo también produce algo de agua durante el proceso de metabolismo energético —añade—. Si uno multiplica el recambio hídrico por 0,4, aproximadamente, tal vez obtenga una respuesta a la cantidad de agua que ha de beber al día, si bien esto dependerá de lo que uno coma”.

El Sr. Yamada y más de 90 investigadores de institutos de todo el mundo se sirvieron de la Base de Datos de Agua Doblemente Marcada, del OIEA, y examinaron datos sobre el contenido de agua en el organismo y el recambio metabólico de 5604 hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 8 días y los 96 años, procedentes de 23 países en desarrollo y desarrollados.

Con esos datos, los investigadores desarrollaron una ecuación general con la que predecir el recambio hídrico, y que puede servir para prever los efectos de los futuros cambios climáticos y demográficos, por ejemplo, y ayudar a los países a prever sus necesidades hídricas futuras.

“Comprender los factores que impulsan nuestro recambio hídrico y la importancia relativa de los distintos factores es un gran paso adelante en nuestra capacidad para predecir las necesidades hídricas futuras”, afirma John Speakman, Profesor del Instituto de Tecnología Avanzada de Shenzhen y de la Universidad de Aberdeen, y uno de los autores del estudio.

En ese estudio se descubrió que hay muchas variables predictivas asociadas al recambio hídrico más allá de la edad, la talla y la composición corporal. El estado atlético, el nivel de actividad física y los factores socioeconómicos y ambientales también determinan el recambio hídrico.  

“Estos datos no respaldan una política única con respecto a la ingesta de agua —declara Alexia Alford, Especialista en Nutrición del OIEA y coautora de este estudio—. No es tan sencillo como decir que todas las personas deberían beber 2 litros de agua al día. Son muchos los factores que intervienen y, sobre todo en países donde es caro producir agua potable limpia, esta recomendación no se ve justificada por exigencias sanitarias”.  

La Sra. Alford señaló que la estimación del recambio hídrico mediante esas nuevas ecuaciones no solo puede ayudar a diseñar estrategias para la ingesta de una cantidad adecuada de agua, sino también a definir las necesidades hídricas futuras, y esto resulta crucial dado el aumento demográfico y el cambio climático.

El estudio se basó en los datos almacenados en la Base de Datos de Agua Doblemente Marcada, del OIEA, que contiene información relativa a más de 8300 personas. Esto la convierte, y con diferencia, en la máxima recopilación mundial de datos de ese tipo, para la cual se han utilizado isótopos estables (no radiactivos) del hidrógeno y el oxígeno: deuterio y oxígeno-18. La base de datos es gratuita y está a disposición de investigadores con preguntas de investigación claras y definidas aprobadas por el grupo de gestión de la base de datos. Si bien los datos proceden, en su mayoría, de estudios realizados en países occidentales, el OIEA se propone ampliar aún más ese conjunto y ha iniciado un proyecto coordinado de investigación para agregar datos procedentes de Asia, África y América Latina.

No es tan sencillo como decir que todas las personas deberían beber 2 litros de agua al día. Son muchos los factores que intervienen y, sobre todo en países donde es caro producir agua potable limpia, esta recomendación no se ve justificada por exigencias sanitarias.
Alexia Alford, Especialista en Nutrición del OIEA

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